Inge Lehman: la mujer que corrigió a Verne

Por Beatriz Pozo Bea Pozo

Estos días los ojos del mundo están vueltos hacía un pequeño país de Asia, donde un terremoto se ha llevado por delante más de 8000 vidas y buena parte de sus infraestructuras y patrimonio histórico y cultural. Mientras en Nepal los equipos de rescate y las ONG se afanan por llevar ayuda humanitaria a los más afectados, un debate vuelve a resurgir: ¿Se podía haber evitado la tragedia? Cada vez que hay un terremoto  -bien sea en Japón, en Indonesia, en Chile o en Nepal-, esta pregunta ocupa las primeras planas.

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En este caso los expertos dicen que, aunque no se podía predecir el momento exacto, Nepal se encuentra en una zona con una gran actividad sísmica, y un terremoto de estas características podía tener lugar en cualquier momento. Sin embargo, las infraestructuras y los edificios no estaban preparados para ello.

Más allá de buscar los porqués y de analizar la pobreza del país o la labor de las autoridades, hoy quiero destacar y reivindicar la importancia que tienen la sismología y aquellos avances científicos que ayudan a predecir este tipo de catástrofes y que permiten prevenirlas. En la historia de esta materia me llama especialmente la atención la figura de Inge Lehmann, una mujer que redefinió el concepto que se tenía hasta entonces de los movimientos sísmicos. Estos días se está celebrando el 127 aniversario de su nacimiento y, el pasado día 13, Google le dedicó su Doodle.

Lehmann fue una pionera en su campo, aunque siempre tuvo que luchar contra las dificultades de ser mujer en un mundo hecho por y para los hombres o, por ponerlo en sus propias palabras, ‘no sabéis con cuántos hombres incompetentes he tenido que competir en vano’. Nacida en 1888 en Østerbro, Dinamarca; estudió matemáticas en la Universidad de Copenhague y en Cambridge, donde no pudo graduarse porque las mujeres en esa época no lo tenían permitido, una injusticia que no se corrigió hasta 1948. Su experiencia inglesa la dejó exhausta, por lo que abandonó los estudios  y no los volvió a retomar hasta 6 años después, de nuevo en su país natal.  Una vez graduada, la sismología llamo la atención, iniciando así una carrera que la convirtió en una de las figuras más eminentes en la materia.

En 1936, publicaría “P”, su obra más famosa. En ella demostraba que el centro de la tierra tiene en realidad dos núcleos (interno y externo), uno líquido y otro sólido, que interactúan entre sí, pero que están separados por una discontinuidad, que recibió su nombre. Hasta entonces se pensaba que había un solo núcleo líquido. Este descubrimiento le llevó a recibir numerosos premios. Se convirtió así en la primera mujer en recibir la medalla William Bowie en 1971, la máxima distinción en el campo de la geofísica.

De entre todos los datos de su biografía, llama especialmente la atención que estudiara en el primer instituto de Dinamarca que trataba a chicos y chicas por igual. Ella misma dijo que ‘allí no se reconocía ninguna diferencia entre el intelecto de hombres y mujeres. Tuve muchas decepciones más adelante al descubrir que esa no era la actitud general’. Recibir una educación mixta e igualitaria tuvo pues una gran influencia en su desarrollo posterior y en que se convirtiera en lo que llego a ser; aunque fue también una de las causas de su desdicha en Cambridge donde ‘a las chicas jóvenes se les imponían muchas restricciones’.

En estos días en los que una nueva tragedia nos recuerda la importancia de que se sigan produciendo avances científicos que nos permitan entender mejor el mundo y prevenir las catástrofes, no viene mal recordar figuras como la de Inge Lehmann, que durante toda su vida trabajó porque estos descubrimientos tuvieran lugar, por muchas dificultades que se le pusieran por delante. Su ciencia no solo sirvió para mejorar nuestro conocimiento de los movimientos sísmicos, sino también para reivindicarse a sí misma y con ello el papel de las mujeres en el mundo de la investigación.

Beatriz Pozo es estudiante de periodismo y comunicación audiovisual. Colabora con el equipo de comunicación de Oxfam Intermón.

7 comentarios

  1. Dice ser Antonio Larrosa

    ¡Aún falta mucho para que los derechos de la mujer sean reconocidos en todo el mundo.

    Clica sobre mi nombre

    22 mayo 2015 | 08:23

  2. Dice ser Pili

    A ver, si queremos reconocer el mérito de las mujeres, algo muy necesario, perfecto. Pero en realidad el título es ridículo, corregir a un imaginativo escritor de ciencia ficción??? oh, venga ya, eso es buscar tres pies al gato y totalmente descabellado y una injusticia. No perdamos el norte.

    22 mayo 2015 | 08:24

  3. Dice ser PILI

    Es una comparación descabellada la realizada entre un escritor de ciencia ficción y una científica.

    22 mayo 2015 | 08:29

  4. Dice ser susi

    Ojalá hubiera más mujeres como ella, que distinto sería todo. Cada vez me admiran más estas pioneras que tuvieron que abrirse paso, porque no me digáis que no hay que tener moral para estudiar una carrera como matemáticas y no poder obtener el título y a pesar de todo seguir investigando y con entusiasmo.

    22 mayo 2015 | 08:43

  5. Dice ser Lico

    Una vida digna de mencionar. Debería quizás haber ganado un nobel. Bien a parte de eso por que no se centra el artículo en ensalzar esta gran figura en vez de sacar a colación que era mujer y que malos eran los hombres de la época? Que pesadilla! Mencionarlo si por que era una realidad pero centrar el artículo en eso más que en la gran mujer que era me parece penoso y que no se sigue ese precepto de igualdad en este blog.

    22 mayo 2015 | 09:21

  6. Dice ser Javier

    ¿Y en qué corrigió a Verne? Que al final no lo especifica. Supongo que se refiere a su obra «Viaje al centro de la tierra».

    22 mayo 2015 | 11:59

  7. Dice ser Tobor

    “De entre todos los datos de su biografía, llama especialmente la atención que estudiara en el primer instituto de Dinamarca que trataba a chicos y chicas por igual. Ella misma dijo que ‘allí no se reconocía ninguna diferencia entre el intelecto de hombres y mujeres.”

    De donde deduzco que una de las ventajas de la enseñanza mixta, es que fomenta la igualdad.

    22 mayo 2015 | 12:51

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