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"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Mi último día como Consejero en 20 minutos

Con emoción, algo de miedo y no poca atracción, me asomo hoy a una nueva etapa vital. Ayer fue mi último día en 20 minutos.

Con Arsenio Escolar, Juan Carlos Avilés y Virginia Perez

Con Arsenio Escolar, Juan Carlos Avilés y Virginia Perez

Al cabo de 14 años, desde que lo fundamos en el sótano de mi casa, ayer cerré uno de los capítulos más bonitos de mi ya larga vida profesional. Los colegas me dedicaron esta portada ficticia de «20 minutos Almería». Y Juan Carlos Avilés compuso un sonetillo (con estrambote) titulado:

El que no ríe, no mama

 

 

Portada de una edición ficticia de 20 minutos Almería

Portada de una edición ficticia de 20 minutos Almería

 

Con algunos consejeros de 20 minutos.

Con algunos consejeros de 20 minutos.

Despedida de JAMS del Consejo de 20 minutos (13 de febrero de 2014)

Queridos presidente y consejeros:

Estas serán mis últimas palabras en el Consejo de Administración del Grupo 20 minutos España, editor del primer diario español (en papel y web) “que no se vende”.

Con emoción, agradezco a todos vosotros y a los colegas del Grupo 20 minutos y del Schibsted Media Group el apoyo y el afecto recibidos durante los últimos 14 años. En este momento de despedida y para que conste en acta, me gustaría recordar algunas palabras sobre las razones por las que vendimos nuestra compañía a los noruegos que ya dije hace algunos años en Oslo, en representación de los empleados no escandinavos de Schibsted en el funeral de Tinius.

La primera vez que oí el nombre de Schibsted fue en la primavera de 2001 en Madrid. Fue durante el “road show” para vender nuestra compañía Multiprensa y Mas S.L. (editora de 20 minutos en España), fundada 2 años antes en el sótano de nuestra casa con mi esposa, Ana Westley. Noruegos, suecos e italianos fueron los finalistas y la oferta de los suecos fue, por una pequeña diferencia, la mas alta en términos monetarios.
No puedo negar la influencia de mi suegra (100% noruega) en la decisión de vender nuestra compañía a Schibsted. Ella me dijo:

-“Jose, olvídate de los italianos y ¡ni se te ocurra venderla a los suecos! ¡Uff Da!”

Arsenio y yo le dijimos a nuestro jefe, Julio Ortega Zurdo, y a nuestro Consejo que vendiéramos nuestra compañía a los noruegos por dos razones importantes:
Primera: habíamos analizado el modelo noruego en Zurich y era tan local como el nuestro mientras que el Metro sueco era mas global.
Segunda (y no la menos importante): Schibsted nos garantizaba libertad de expresión, independencia editorial, credibilidad y calidad -¡y todo ello por escrito! Lo hicieron a través de una fundación que llaman Tinius Trust.

“No se diga más”, pensamos los dos inmediatamente.
Y aquí estamos, 13 años más tarde.
Basamos nuestra decisión en la garantía de libertad de prensa del Tinius Trust. Esta libertad es una planta tan maravillosa –aunque frágil y delicada. Como podéis imaginar, durante siglos, esta plantita fue tan extranjera y exótica que apenas podía echar raíces ni prosperar en España. Y ahora, Schibsted está cultivando y defendiendo esta admirable planta en 25 países con diferentes lenguas –y está prosperando.

He sido periodista durante la dictadura de Franco y en democracia, fundando periódicos y empresas, y puedo confirmaros verdaderamente lo que vale la libertad de expresión. La libertad, como el oxígeno, es más valorada cuando nos falta. He sufrido la falta de libertad durante demasiados años de mi vida y he luchado, y lucho aún por ella, tal como Schibsted nos ha enseñado mediante el Tinius Trust.

Han pasado casi 13 años desde que vendimos nuestra compañía y gracias al espíritu y la letra del Tinius Trust, bajo la dirección y el apoyo de de Ole Jacob Sunde, Kjell Aamot an Rolf Erik Ryssdal y de mis jefes directos Biger Magnus, Sverre Munk y Bernt Olufsen, el milagro de “asegurar la libertad y la independencia” en 20 minutos España fue, desde luego, posible.

Y hemos cumplido, lo mejor que hemos podido, los tres pilares fundamentales que aprendimos de Schibsted:
-(1) Pasarlo bien, (2) ganar dinero y (3) con integridad

Por esta razón, y con gran orgullo y gratitud, quiero decir, en este momento tan emotivo de mi despedida como miembro de Consejo de Administración, que en toda mi carrera profesional (en más de 20 compañías) nunca disfruté de tanta libertad, independencia y confianza como en 20 minutos España.

Me gustaría citar la frase de Don Quijote que mi padre me recitaba cuando era niño:

-“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni aquellos que la mar encubre: por ella, uno puede, y debe, aventurar la vida”.

Gracias a todos vosotros, en Schibsted, por cultivar y defender vuestra libertad y la nuestra porque eso marca una diferencia con otras empresas periodísticas y deja una huella importante en los países donde está Schibsted.

Para mi, éste es un momento cargado de emoción y mezclado, al mismo tiempo, con tristeza y felicidad.

Triste, porque la decisión que he tomado de acuerdo con mi presidente, Bernt Olufsen, me aleja físicamente de vosotros y de estas reuniones del Consejo, tan enriquecedoras, y pone fin a una larga e importante etapa profesional. Hemos tenido épocas brillantes y, sí, tiempos de oscuridad que han sido muy duros y que nos han exigido sacrificios para salir de la crisis y salvar nuestro proyecto.

Después de varios años de vacas gordas y otros de vacas flacas, dejo hoy 20 minutos e inicio, con una mezcla de miedo y atracción, una nueva etapa de mi vida: la jubilación.

Pido disculpas por los errores que haya podido cometer como Director General y como Consejero. Y aplaudo y agradezco la dedicación, el esfuerzo y el entusiasmo que mis colegas de 20 minutos han demostrado sacando a este braco de las piedras y poniéndolo a flote. Ellos han vencido a los competidores. De los cuatro diarios gratuitos somos el único superviviente. Me alegra ver que este año vamos cumpliendo el presupuesto. Confío en que muy pronto recuperemos nuestro liderazgo en toda la prensa española. Y el break even!

Felicito a todos los empleados de 20 minutos que han hecho esto posible. Ya vemos la luz al final del túnel. Y os aseguro que, con este equipo excepcional, lo mejor está por llegar.
Sabéis que podéis contar siempre conmigo. Y recordad nuestro lema: “Pasarlo bien, ganar dinero y con integridad”. Muchas gracias.—-

Cena de despedida con Julio Ortega, en primer plano, y José Luis Gómez Ansótegui (cofundadores) de Multiprensa.

Cena de despedida con Julio Ortega, en primer plano, y José Luis Gómez Ansótegui (cofundadores) de Multiprensa.

Esta ha sido mi tradución de lo que dije ayer en mi último Consejo tras ser aceptada mi dimisión. Los Consejos de 20 minutos se celebran en inglés ya que algunos noruegos no saben castellano. Por la noche, hubo emocionante y rica despedida en el Restaurante Al Mounia, una de mis favoritos (hacen algunas comidas como las de mi madre). Mis palabras ante el Consejo (en inglés, tal como recogerá el acta) fueron éstas:

JAMS´s departure from the Board of Grupo 20 minutos España (Madrid, February 13, 2014

Dear Chairman and colleagues:

These will be my last words at the Board of Directors of Grupo 20 minutos España, the publisher of the first Spanish daily newspaper (in paper and on the web), “that is not for sale.”

With emotion and my appreciation to all of you and to all the colleagues of Grupo 20 minutos and Schibsted Media Group for the support and affection received over the last 14 years, in this moment and for the record, I would like to recall some words about the reasons why we sold our company to the Norwegians which I said a few years ago in Oslo, when I was speaking on behalf of the thousands of non-Scandinavian employees of Schibsted at Tinius’s memorial.

The first time I heard the name Schibsted was in the spring of 2001 in Madrid. It was during our road show to sell our company Multiprensa y Más S.L. (the publisher of 20 minutos in Spain), founded 2 years earlier in the basement of my house with my wife, Ana Westley.  Norwegians, Swedes and Italians were the finalists and the Swedish bid was, by a slight difference, the highest in monetary terms.
I cannot deny the influence of my mother-in-law (100% Norwegian) in the decision to sell our company to Schibsted. She said:

– “Jose, forget the Italians and don’t even think about selling it to the Swedes! Uff Da!”

Arsenio and I told our boss, Julio Ortega, and our Board to sell our company to Schibsted for two very important reasons:
First, we had studied the Schibsted model of 20 minuten in Zurich and it was as local as ours, while Metro was more global.
Second, and last but not least: Schibsted guaranteed us freedom of expression, editorial independence, credibility and quality – and all in writing! They did this through a foundation they called the Tinius Trust.

Say no more,” we both thought immediately.

And here we are 13 years later.
We staked our decision on the Tinius Trust’s guarantee of freedom of the press. This freedom is such a marvelous plant – though fragile and delicate. As you may imagine, for centuries this seedling was an exotic foreign plant that could not grow roots or thrive in Spain.  And now, Schibsted is cultivating and defending this remarkable plant in 25 counties with many different languages — and it is thriving.

I also have been a journalist both in the Franco dictatorship and in democracy, founding newspapers and companies, and I assure you that I truly appreciate how much freedom of expression is worth. For freedom, like oxygen, is most valued when it is lacking.
I suffered a lack of freedom for too many years of my life and I have fought, and still fight for it, as Schibsted has taught us through the Tinius Trust.

Con Sverre Munck, (Izda) mi presidente durante 12 años en 20 minutos España.

Con Sverre Munck, (Izda) mi presidente durante 12 años en 20 minutos España.

Almost 13 years have gone by since we sold our company, and thanks to the spirit and letter of the Tinius Trust, under the direction and support of Ole Jacob Sunde, Kjell Aamot and Rolf Erik Ryssdal and of my direct bosses, Birger Magnus, Sverre Munck and Bernt Olufsen, the miracle of “ensuring freedom and independence” in 20 minutos in Spain was indeed possible. And we accomplished, to the best of our abilities, the three fundamental principles that I have learned from Schibsted:
-(1) Have fun, (2) make money and (3) with integrity.
For this reason, and with great pride and gratitude, I wish to say at this emotional moment of my farewell as Member of the Board of Directors, that I have never enjoyed in my entire professional life (in more than 20 companies) as much freedom, independence and trust as in 20 minutos España. I would like to quote the phrase of Don Quijote that my father recited to me when I was a child:

-“Freedom, Sancho, is one of the most precious gifts that the heavens have given unto man. It cannot equal all the treasures that the earth holds nor all those that the seas engulf: for this, one should, and one must, stake his life!”

Thank you, all of you, in Schibsted for cultivating and defending your freedom and our freedom because this makes a difference with other media companies and leaves and important imprint in countries wherever Schibsted operates.

This is a moment full of emotion for me mixed with both sadness and happiness, at the same time.

Sad, because the decision I have taken in agreement with my president, Bernt Olufsen, separates me physically from you and these enriching meetings and puts an end to a long and great professional phase. There were times of brilliance and, yes, times of darkness that have been very tough and which demanded sacrifices to emerge from the crisis and save our project.

After several years of fat cows and others of thin cows, I leave today 20 minutos and begin, with an exciting mixture of fear and attraction, a new phase in my life: retirement.

I apologize for any mistakes I may have committed under my management as CEO and as member of the Board of Directors.   I applaud and appreciate the dedication, effort, and enthusiasm that my colleagues of 20 minutos have demonstrated in getting this great ship off the rocks and through the shoals.  They have beat the competition.  We are the lone survivors of four free newspapers.   I’m pleased to see that this year we will fulfill the budget.  I am confident that very soon we will recover our leadership in the Spanish press. And, of course, the break even.

Congratulations to all the employees of 20 minutos who have made this possible.  We now see the light at the end of the tunnel.  And I assure you that, with this exceptional team, the best is yet to come.

You know you can always count on me.  And remember our slogan: “Have fun, make money, and with integrity.”

Thank you very much. Muchas gracias.

—-

Mañana será otro dia… y sin obligaciones.  ¡Miedo me da!

 

 

Ha muerto Gerry Westley, la abuela de mis hijos

En primer lugar, muchas gracias a todos los amigos que han enviado su mensaje de pésame a Ana -que sigue en el área de Boston, atareada con asuntos funerarios- y al resto de la familia. Es difícil responder ahora mismo, individualmente, a cada uno. Gracias.

Pese a ser una persona extraordinaria, con una inteligencia brillante, superada tan sólo por su bondad, mi suegra, Geraldine (Gerry) Westley, apenas ha salido en los papeles.

Hoy ha muerto en su residencia de Riverwoods, Exeter, N.H., a los 89 años, y mañana se publicará una pequeña esquela y un breve obituario en el diario local.

Cuando se enteró de que Barak Obama había ganado las elecciones presidenciales norteamericanas, la abuela Westley rompió a llorar.

Como este blog tiene una pestaña de asuntos y recuerdos personales (y pido perdón a quien no le interese), me atrevo a dejar aqui constancia de que mi suegra -¡y mira que suena mal este título!- ha dejado una huella de exquisita humanidad, imponente e imborrable, en toda nuestra familia y en todos cuantos la conocieron. Fue profesora de Literatura, anticuaria, especializada en utensilios de hierro, pintora, rebelde y pionera del feminismo más auténtico. Esto último lo transmitió muy bien a su hija, Ana, y a su nieta, Andrea. (¡Si lo sabré yo!)

Es una pena que no haya publicado sus escritos, o incluso sus cartas familiares, dando cuenta de la historia cotidiana reciente de Estados Unidos desde la Gran Depresión hasta nuestros días. Su prosa era brillante, cargada de humor y de fina ironía, no exenta de ternura. Vamos a hurgar en sus archivos para recuperar algunas de sus joyas literarias domésticas.

Se han salvado, eso sí, sus acuarelas y óleos.

Hace tres semanas, su hija le organizó la última exposición de pintura de su vida. Acabo de recibir los recortes de prensa y compruebo que Grandma Westley salió en los papeles y ¡en primera página!. El titular de primera del periódico de Exeter , N.H. (la ciudad de la Phillips Academy, vivero para la Universidad de Harvard y otras «Ivy League«), es muy revelador:

Reina por un día

Mientras la abuela Westley se recuperaba de una trombosis y fractura de cadera, su hija, G. Ana Westley, dejó en este óleo un vivísimo recuerdo de nuestra última visita a su residencia. Madre e hija, cada una en su mundo…

—-

Este es un detalle de la foto (disculpen la pésima calidad) que acabo de hacer al cuadro de Ana que tenemos en casa.

Gerry Westley era muy norteamerica y también muy noruega, nieta de immigrantes de la zona de Bergen . Los abuelos de su marido, Alph Westley, tembién fueron inmigrantes noruegos, pero procedentes de la zona de Stavanger. Todos ellos se instalaron en Dakota del Norte hasta que la postguerra mundial les distribuyó por todo el país. Los pueblos de Dakota aún conservan multitud de bares y clubes con el nombre de «Sons of Norway» donde conservan las tradiciones escandinavas (comida, música, artesanía, etc.).

Ahí va una anécdota para la pequeña historia de 20 minutos, en la que mi suegra creyó haber jugado un papel de protagonista.

Me gustaría registrarla y recordarla aquí, en este blog de 20minutos.es, pues tiene relación con la superviviencia y el éxito de nuestra empresa (Multiprensa y Más, S.L.) cuya primera sede social escriturada fue el sótano de mi casa.

El diario sueco Metro (hoy desaparecido) aterrizó en Madrid y Barcelona en 2001 y trató de pisarnos los talones, mediante grandes tiradas fianciadas por su casa matriz con sede en Estocolmo. Naturalmente, nos asustamos.

Ante tamaña amenaza, nuestros socios cofundadores (siete valientes Cajas de Ahorro, entre otros) debían decidir entre cerrar nuestra compañía, pionera de la prensa gratuita diaria en España, ampliar significativamente su capital, para poder financiar grandes tiradas como las de los suecos y mantener nuenstro liderazgo o bien venderla a un poderoso grupo editor extranjero o nacional.

Entre los candidatos finalistas del «road show» figuraban nuestros competidores suecos de Metro Internacional , los italianos del Grupo Rizzoli (los dueños de El Mundo de Pedro Jota) y los noruegos del Grupo Schibsted (editores desde 1830), a quienes afortunadamente vendimos finalmente nuestra compañía.

Hoy, el grupo Schibsted, (a través de 20 minutos España S.A). es el dueño del 80% de Multiprensa y Más, S.L. editora del diario líder de la prensa española 20 minutos, de la tercera web de información general de España, www.20minutos.es , de la revista mensual Calle 20 y de la red social www.nettby.es.

Cuando Ana Westley, administradora única fundadora de Multiprensa y Más S.L comunicó a su madre, Gerry Westley, nuestra intención de vender la mayoría de control de la compañía a un socio extranjero (sueco, italiano, noruego, etc.), ya ningún grupo de comunicación español había hecho una oferta creíble, obtuvo una respuesta contundente, como sólo la podría expresar una anciana emigrante noruega que sufrió la II Guerra Mundial:

«Dont even think to sell your company to the Swedish!»

(«¡Ni se te ocurra vender tu compañía a los suecos!»)

Cuando su hija le preguntó el porqué de su reacción tan airada, replicó con igual contundencia:

«Porque los suecos dejaron pasar a los nazis de Hitler hasta Noruega»

.

Finalmente, vendimos la companía a los noruegos, naturalmente por otras razones profesionales y económicas (en ese orden) que nada tenían que ver con la invasión nazi de Noruega a través de Suecia.

El presidente de 20 minutos España S.A, Sverre Munck, es de Bergen, la ciudad de donde partieron los abuelos de mi suegra hacia Dakota del Norte. Ella estaba encantada con sus raíces noruegas y ha muerto hoy convencida quizás de que, con su intervención antinazi (y antisueca) , había cambiado el rumbo de la historia de 20 minutos.

Nunca quisimos defraudarla diciéndole que nuestro editor, el grupo noruego Schisbsted, es también el dueño del primer diario de Estocolmo (Aftonbladet)y de la primera web de Suecia (www.aftonbladet.se).

Seguramente, se habría partido de la risa.

Echaremos mucho de menos a Gerry Westley.

No encuentro palabras para celebrar la excelencia -y la superioridad moral y artística- de mi suegra.

Descanse en paz.

El mejor premio de mi vida profesional
(Autobombo, apto sólo para amigos)

La compañía que tengo el gusto y el orgullo de dirigir empresarialmente desde su fundación (la editora del diario 20 minutos, de la web www.20minutos.es y de la revista mensual Calle 20 ) ha sido citada hoy, en letra impresa, nada menos que en El País (suplemento Negocios, pagina 98). No lo puedo remediar: (con perdón) voy a arrimar hoy el ascua a mi sardina.

He pegado aquí, a la izquierda, el recuadro donde aparece nuestra empresa en el puesto número 9 de las que tienen entre 250 y 500 empleados. Estoy bastante feliz por esta noticia que ha sido revelada esta semana: 20 minutos entra en la lista de las 50 mejores empresas españolas para trabajar

La investigación ha sido realizada por el Instituto Great Place to Work a través de más de 100.000 encuestas entre empleados que contestan voluntarialmente a un amplio cuestionario. Como resultado, el Instituto selecciona las 50 mejores empresas para trabajar, según sus propios empleados (Las 50 Best Places to Work en España)

Lo importante para mi de esta distinción -lo que más valoro como responsable de la empresa- es que ha sido otorgada a 20 minutos por el más exigente y valioso de todos los jurados, es decir, por sus propios empleados, por mis compañeros de trabajo (redactores, comerciales, de marketing, administrativos, técnicos, programadores, logísticos, de servicios generales, etc.).

Los 330 empleados están repartidos por las 15 ciudades donde se publica 20 minutos, el diario líder de la prensa española (gratuita y de pago) con más de 2,5 millones de lectores diarios, según el EGM.

Seguramente por mi edad y por mis amigos, más que por mis méritos propios, he formado parte de bastantes jurados periodísticos, literarios, académicos, económicos, etc.

Mi participación sincera en los debates y en las votaciones de casi todos esos jurados me han servido (y mucho) para valorar precisamente a un jurado compuesto no por especialistas sino por los propios empleados. Valoro y agradezco los variados premios y condecoraciones (nunca solicitados) que yo mismo he recibido por el ya largo ejercicio de mi profesión (esculturas, figurillas, cuadros, placas, estatuillas, chirimbolos, medallas, escudos, diplomas, etc.). Los agradezco (ya conoceis mi vanidad), pero valoro mucho más este diploma de «mejor empresa para trabajar».

Esta foto muestra una vista parcial de la nueva redacción de 20 minutos en Madrid gobernada, desde el primer día, por nuestro director editorial, Arsenio Escolar.

Estoy encantado de que quienes trabajamos en 20 minutos para servir a nuestros lectores un buen producto, que informe y entretenga, y a los anunciantes un soporte eficaz para sus mensajes, hayamos decidido libremente otorgarnos este premio que, por la propia naturaleza del jurado, es el más importante de mi vida profesional.

Como periodista, he fundado y dirigido editorialmente varios diarios, semanarios, mensuales, telediarios, magazines televisivos, programas informativos diarios y semanales de radio y televisión, etc.

Sin embargo, mi experiencia empresarial como director general de una compañía es escasa. Si mal no recuerdo, la editora de 20 minutos es la primera empresa que he fundado y dirigido hasta ahora como máximo ejecutivo (no editorial) .

Como director general, debo responder de ella ante más de 330 empleados y, naturalmente, ante los dueños representados en el Consejo de Administración de 20 minutos España S.A. , filial del Grupo Schibsted.

Si el premio hubiera venido de los dueños no lo hubiera valorado tanto. En ese caso, habría preferido -como la mayoría de mis colegas- un aumento de sueldo. Pero han sido los empleados, el factor trabajo, que ahora llamamos finamente capital humano (como si «capitalismo humano» no fuera un oxímoro), quienes han decidido libremente poner a 20 minutos en el podio de las mejores empresas españolas para trabajar.

¡Gracias a todos los veinteminuteros por esta alegría!

Estoy emocionado y agradecido.

Éste que sigue es el artículo publicado hoy por El País en su página 98 de Negocios.

¡Ahí queda eso!

¡Ah! Quiero felicitar desde aquí a nuestros primos del Grupo Intercom por haber obtenido el puesto número 1 entre las mejores empresas españolas para trabajar de 100 a 250 empleados.

¡Enhorabuena!

El Grupo Intercom participa en Infojobs, empresa controlada por el grupo Schibsted, con sede en Noruega y con filiales en más de 20 países. Tanto Infojobs como 20 minutos compartimos muchos valores comunes de la cultura corporativa del Grupo Schibsted:

He aquí nuestros tres pilares:

1.- Pasarlo bien

2.- Ganar dinero

3.- Con integridad

La huella que Tinius deja en 20 minutos

Lamento que, después del último post dedicado a la muerte de mi amiga Solita Salinas, y tras varios viajes y un largo silencio, vuelva hoy al blog con otro fallecimiento. Acabo de regresar de Noruega donde anteayer enterramos, en ataud blanco, a Tinus Nagel-Ericksen (73 años), principal accionista y vicepresidente del Grupo Schibsted propietario de «20 minutos España S.A.».

Hacía tiempo que no asistía yo a una ceremonia religiosa protestante (servicios dominicales, bodas, etc.) y había olvidado la diferencia abismal que tiene con la liturgia católica. Además, era la primera vez que asistía a un funeral en una iglesia protestante (Ris kirke) y a un acto laico en memoria de un fallecido fuera de España. Ambos me impresionaron (yo soy facilmente impresionable con todo lo novedoso) por comparación con lo que hacemos aquí.

En Oslo enterramos a Tinius Nagel-Ericksen , un magnate de la prensa de Escandinavia y de otros 20 paises. Tinius era, seguramente, unos de los hombres más influyentes en el panorama de la prensa emergente de Europa.

Entre sus numerosos medios de comunicación destacan los diarios conservadores y progresistas, on line y off line, de Oslo, de Estocolmo y de otras ciudades nórdicas, así como las principales web de información y de clasificados de Europa (Infojobs, Segundamano, Anuntis, etc.) y diarios gratuitos de calidad como 20 minutos (líderes indiscutibles por su número de lectores en España y Francia).

Mientras escuchaba los himnos religiosos, cantados por el Coro de la Opera de Oslo, y acompañados, en sorprendente armonia, por el público que llenaba la iglesia, no pude evitar un recuerdo para el último entierro de un magnate de la prensa al que asistí este verano en Madrid. Fue el entierro de Jesús de Polanco, principal accionista del Prisa, un grupo que factura mas o menos lo mismo de nuestro Schibsted. Igualados en vida por su cifra de facturación y, quizás, por su cuenta de resultados, que diferente fue el trato que ambos recibieron en su muerte.

Durante la homilía del pastor y los discursos de los altos ejecutivos de Schibsted, ministros del Gobierno noruego y grandes periodistas del Grupo (que naturalmente no comprendía más que por el resumen que, en voz baja, me hacía mi compañera de banco) me dió por pensar en Polanco. Por comparación, tuve la sensación de que habíamos cometido una gran injusticia dando tierra a Polanco en el cementerio de la Almudena sin más ni mas. Sólo hubo una breve homilía del padre Martin Patiño, una breve frase de gracias de su hijo Ignacio Polanco, un aplauso espontáneo del público y fin del sepelio bajo un sol de fuego.

Anteayer, en Oslo, todo fue muy distinto.

En primer lugar, nevaba al entrar en la iglesia y el cortejo fúnebre salió de ella caminando sobre una alfombra blanca de nieve fresca.

En segundo lugar, entre discurso y discurso, glosando la personalidad, la vida y la obra del magnate fallecido, sonaron bellísimas composiciones musicales elegidas en vida por el fallecido (el Adagio de Albinoni, el Coro de los Esclavos de Nabucco de Verdi, el Ave verum de Mozart, entre otras que yo no pude reconocer).

En tercer lugar, tuve la sensación de que a nuestro vicepresidente le hubiera encantado presenciar su funeral porque tuvo una buena dosis de humor. Tinius tenía un sentido del humor muy acentuado (y dicen que algo raro, para un hombre tan rico).

Al salir de la iglesia me contaron las anécdotas que, en varias ocasiones, hicieron estallar en carcajadas al público congregado frente al ataud blanco que contenía el cuerpo de Tinius. Nada que ver con la severidad de las ceremonias católicas.

A la cremación de los restos de Tinius, siguió un almuerzo-merienda-cena en la sede central del Grupo Schibsted, con un menú tan elegido en vida por el fallecido como la música que interpretaba un cuarteto de cuerda entre discurso y discurso. Y entre plato y plato, con buen vino, abundante cerveza y el siempre presente y fortísimo aquavit, me tocó, como representante de los empleados no escadinavos del Grupo Schibsted, decir unas palabras sobre lo que ha significado la huella de Tinius en 20 minutos España y en las demás empresas periodísticas fuera de los países nórdicos.

Hablé en inglés, con mi inconfundible acento andaluz. Y ya que lo tengo escrito en español para poder enviarlo a todos los empleados de 20 minutos en España, no me resisto a compartirlo también con los lectores de mi blog. Su lectura es, como siempre, libre.

Obituario

Tinius Nagel-Ericksen, vicepresidente de Schibsted

Oslo, 21 de noviembre de 2007-11-23

(JAMS)

Queridos amigos:

Ha sido un gran honor para mi haber sido invitado por Kjell Aamot para asistir al funeral por Tinius y estar aquí con todos vosotros. Y ha sido también un honor incluso mayor el hecho de que Kjell, Sverre y Hans Erik hayan pensado en mí para dirigir unas palabras (breves, me han recalcado, pues conocen mi amor por los micrófonos) sobre lo que ha significado Tinius para nosotros; y me han pedido que lo hiciera, además, en nombre de todos aquellos empleados de Schibsted que no somos escandinavos (aún). Gracias, Kjell, Sverre y Hans Erik.

La primera vez que oí el nombre de Tinius fue en la primavera de 2001 en Madrid. Fue durante el “road show” para vender nuestra compañía Multiprensa (editora de 20 minutos en España), fundada dos años antes en el sótano de mi casa. Noruegos, suecos e italianos eran los finalistas y la oferta sueca era, por poco, la más alta en dinero.

No puedo negar la influencia de mi suegra (100% noruega) en la decisión de vender nuestra compañía a Schibsted. Ella me dijo:

“José, dont even think in selling it to the suidish or italians! Uff da!”

(“José, ni se te ocurra vender la compañía a los suecos ni a los italianos. ¡Uff Da!”-expresión intraducible, debe ser un taco).

En esta hora triste de compartir confidencias, debo decir, en memoria de Tinius, que la decisión fue tomada cuando Arsenio Escolar, Director Editorial, y yo, como CEO-Director General, respondimos a la pregunta de nuestro entonces presidente, Julio Ortega:

-“¿Quién os gusta más como nuevo dueño de nuestra empresa?”

Tanto Arsenio como yo lo teníamos muy claro: “los noruegos”, dijimos.

Por dos razones de mucho peso:

Primera:

Estudiamos el modelo suizo 20 minuten y era tan local como el nuestro, mientras que Metro era más global

Segunda, last but not least (la última, pero no la menos importante):

los de Schibsted nos garantizaban la libertad de expresión, la independencia editorial, la credibilidad y la calidad. ¡Y lo hacían por escrito! Lo hacen a través de una fundación que llaman Tinius Trust.

Tinius”, nos dijeron los noruegos, “es el mayor accionista de Schibsted y ha sido periodista al mismo tiempo que dueño y, lo que es más importante, defiende la libertad de expresión y la independencia en sus medios de comunicación”.

Arsenio y yo nos miramos y pensamos:

-“No me digas más. Está decidido”.

Y aquí estamos.

Apostamos por la libertad de prensa, garantizada por el Tinius Trust.

La libertad es una planta maravillosa, aunque frágil y delicada. Como vosotros probablemente sabréis, la libertad de expresión fue, durante siglos, una planta exótica y extranjera que apenas podía crecer y florecer en España. Y ahora Schibsted está defendiendo y cultivando esta plata maravillosa en 20 países y con muchas lenguas diferentes.

Yo también he sido periodista, en plena dictadura de Franco y en democracia, antes que fundador de empresas y periódicos, y os aseguro que, en verdad, aprecio mucho el valor de la libertad de expresión. La libertad, amigos, es como el oxígeno, pues la valoras mucho más cuando te falta.

A mi me faltó la libertad durante demasiados años de mi vida y luché y lucho por ella, tal como nos enseñó Tinius a través de su vida y de su obra, y mediante su noble y generoso Tinius Trust.

Han pasado siete años desde que os vendimos nuestra compañía y, gracias al espíritu y a la letra del Tinius Trust, bajo la dirección y el apoyo de Kjell Aamot y de mis jefes directos, primero Birger Magnus y ahora Sverre Munk, ha sido posible el milagro de “garantizar y fomentar la libertad y la independencia” en 20 minutos en España.

Y lo hemos hecho, además, cumpliendo lo mejor que podemos los tres principios fundamentales de Schibsted:

“(1) Pasarlo bien, (2) ganar dinero y (3) con integridad”.

Cuando predicamos en España o en América Latina los valores del Tinius Trust (“libertad religiosa, tolerancia, derechos humanos y principios democráticos”), que nosotros proclamamos y defendemos con orgullo, nuestros colegas nos miran con sana envidia.

Por eso, con orgullo y agradecimiento, declaro, en este momento tan solemne y emocionante para todos nosotros, por la ausencia de Tinius, que jamás en toda mi vida profesional (en más de 20 empresas) he disfrutado de tanta libertad, independencia y confianza como en 20 minutos España, gobernada de acuerdo con los valores que Tinius ha defendido y nos ha legado para garantizarnos la libertad de prensa en el futuro.

El Cid Campeador fue un legendario caballero medieval de Burgos (la tierra donde nació Arsenio), que es famoso porque ganó batallas épicas incluso después de muerto. De la misma forma, os digo ahora que Tinius, por los principios profesionales y éticos que inspiran su obra y por su ejemplo de integridad personal y de amor a la libertad, seguirá ganando en el futuro batallas muy importantes para el Grupo Schibsted.

La huella profunda que Tinius ha dejado grabada en todos nosotros contribuirá a que Schibsted siga ganando batallas en su nombre, y en la senda de la libertad de prensa.

A Tinius le habría gustado esta frase de Don Quijote, que mi padre me recitaba frecuentemente cuando yo era niño:

-“La libertad, Sancho, es uno de los dones más preciosos que a los hombres dieron los cielos, con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por ella se puede y se debe aventurar la vida”.

Gracias, Tinius, por defender la libertad tuya y nuestra. Nunca olvidaremos tu mensaje y tu ejemplo.

Descansa en paz.

Y ahora va lo que dije ante el microfono. Es lo mismo, pero en mi inglés

Eulogy

Tinius Nagell-Ericksen

Oslo, November 21, 2007

(JAMS)

Dear friends,

It was a great honor for me to have been invited by Kjell Aamot to attend the funeral for Tinius Nagell-Ericksen and to be here with all of you: his family, friends and colleagues. I am honored even more that Kjell, Sverre and Hans Erik thought of me to say a few words (briefly, they emphasized, because they know how much I love microphones!) on behalf of Schibsted’s international family, about what Tinius has meant for those of us who are not Scandinavians (yet). Thank you, Kjell, Sverre and Hans Erik.

The first time I heard the name Tinius was in the spring of 2001 in Madrid. It was during our road show to sell our company Multiprensa (the publisher of 20 minutos in Spain), founded 2 years earlier in the basement of my house. Norwegians, Swedes and Italians were the finalists and the Swedish bid was, by very little difference, the highest in monetary terms.

I cannot deny the influence of my mother-in-law (100% Norwegian) in the decision to sell our company to Schibsted. She said:

– “Jose, don’t even think about selling it to the Swedes or the Italians! Uff Da!

In these sad hours of sharing confidences, I must say, in memory of Tinius, that the decision was settled when Arsenio Escolar, the Editor in chief, and I, as the CEO, responded to the question of our then President, Julio Ortega:

-“Who would you like the most as the new owner of our company?”

Both Arsenio, as much as myself, were very clear: “The Norwegians,” we answered. And for two very important reasons:

First, we had studied the Schibsted model of 20 minuten in Zurich and it was as local as ours, while Metro was more global.

Second, and last but not least: Schibsted guaranteed us freedom of expression, editorial independence, credibility and quality – and all in writing! They did this through a foundation they called the Tinius Trust.

-“Tinius, the Norwegians told us, was the largest shareholder and had been a journalist as well as an owner, and most importantly, he encourages freedom and independence in his media”.

-“Say no more,” we both thought immediately.

And here we are.

We staked our decision on the Tinius Trust’s guarantee of freedom of the press. This freedom is such a marvelous plant; a plant though fragile and delicate. As you probably realize, for centuries it was an exotic foreign plant that could not thrive in Spain. And now, Schibsted is defending and cultivating this marvelous plant in 20 counties with many different languages.

I also have been a journalist both in the Franco dictatorship and in democracy before being a founder of newspapers and companies, and I assure you that I truly appreciate how much freedom of expression is worth. For freedom, like oxygen, is most valued when it is lacking.

I had a lack of freedom during too many years of my life and I have fought, and I still fight for it, as Tinius has taught us through (thru) his life and work, and his noble and generous Tinius Trust.

Seven years have gone by since we sold our company, and thanks to the spirit and letter of the Tinius Trust, under the direction and support of Kjell Aamot and of my direct bosses, first Birger Magnus and now Sverre Munck, the miracle of “ensuring freedom and independence” in 20 minutos in Spain was indeed possible. And we accomplished, the better we can, the three fundamental principles of Schibsted:

-(1) Have fun, (2) make money and (3) with integrity.

When we preach in Spain or in Latin America the values of the Tinius Trust (religious freedom, tolerance, human rights and democratic principles), which we proclaim and defend with pride, our colleagues look at us with healthy envy.

For this reason, and with pride and gratitude, I wish to say at this sad and emotional time for all of us, that I have never enjoyed in my entire professional life (in more than 20 companies) as much freedom, independence and trust as in 20 minutos España, governed in accordance to the values that Tinius defended and given to all of us to guarantee a future of freedom of the press.

El Cid Campeador (The Champion Knight) was a legendary medieval Spanish knight from Burgos (the land where Arsenio was born) who is famed for winning epic battles even after death.

Likewise, Tinius, through his professional and ethics principles that inspired his work, along with his shining example of personal integrity and love of freedom will continue to win important future battles for the Schibsted Group. The trail that Tinius left for us to follow will help us all to continue ahead on the right track of freedom of expression.

Tinius would have liked the phrase of Don Quijote that my father recited to me when I was a child:

-“Freedom, Sancho, is one of the most precious gifts that the heavens have given unto man (mahn). It cannot equal all the treasures that the earth holds nor all those that the seas cover: for this, one should, and one must, stake his life!”

Thank you, Tinius, for defending your freedom and our freedom. We will never forget your message and your example.

Rest in peace.

Ya estoy en España. Y la verdad es que en Madrid hace casi tanto frío como en Oslo, pero sin nieve. No puedo escribir más por hoy. Tengo que ayudar en la cocina. Mañana nos comeremos el tradicional pavo del Día de Acción de Gracias (Thanksgiving Day, que fue ayer jueves) y tenemos que preparar un montón de tartas raras (de calabaza, de ruibarbo, de manzana, etc.). Cambio, pues, el teclado por el mandil.

¡Mande!