La historia es sobradamente conocida. Actriz famosa y sexy decide probar suerte en el mundo de la música. En España tenemos a Najwa Nimri y Leonor Watling. La primera, insufrible, la segunda, un poco plasta. Aunque ambas bien acompañadas por músicos que disimulan bastante bien sus carencias.

El caso de Scarlett Johansson es algo diferente. La protagonista de Lost in Translation ha grabado Anywhere I Lay my Head, un disco con versiones de Tom Waits en el que ha contado con la producción de David Sitek, responsable del sonido de TV on the Radio, y en el que han colaborado el mismísimo David Bowie, que ha grabado los coros en un par de temas, y Nick Zinner, guitarrista de Yeah Yeah Yeahs. El álbum se publica el 20 de mayo.

Como era de esperar, las críticas han llovido desde que se conociera la noticia. Al fin y al cabo es sencillo para una persona podrida de pasta y elegida mujer más sexy del mundo grabar un disco y que todo el planeta se entere. Más delito aún puede tener el hecho de lanzar un disco que, salvo una excepción, está compuesto exclusivamente por versiones.

Sin embargo, he tratado de hacer un esfuerzo de apertura auditiva y mental, sacudirme cualquier tipo de prejuicio, y afrontar la música de Johansson con la mayor objetividad posible. He cogido y he escuchado el vídeo del primer single, Falling Down, que vio la luz ayer. Helo aquí:

¿Mi opinión? Scarlett pasa el examen con un aprobado raspado. Como punto a su favor, tiene buen gusto para elegir a quién versionear, lo que ya es algo. La música de Tom Waits no es precisamente lo más comercial del mundo. Tampoco lo es la versión del penetrante Falling Down. Así que en cierto modo transmite la sensación de estar hecho con toda la admiración y respeto del mundo, máxime cuando el propio Waits se ha mostrado muy satisfecho con la versión de Scarlett.

En su contra, Scarlett está muy limitada a nivel vocal. Se nota un especial empeño en la producción para tratar de cubrirle las espaldas a una voz deficiente que recuerda a los peores momentos de Sinead O´Connor. Se echa de menos, además, una mayor cota de pasión a la hora de cantar. Y es que comparar ambas versiones (aquí la de Tom Waits) resulta casi sonrojante.

En fin. Creo que si no estuviéramos hablando de Scarlett Johansson, nadie le haría ni puñetero caso a este debut…