Recuerdo perfectamente el momento: cuando se conoció la noticia de la muerte de Kurt Cobain, yo me estaba comiendo un tazón de Frosties y leyendo un cómic de Tintín. Creo que era «Los cigarros del faraón», un clásico de las meriendas casi hasta que me fui de casa. Ayer me di cuenta de que han pasado 17 años desde aquel momento. El tiempo vuela.
Como joven fan de Nirvana, la noticia me impresionó. En aquellos días, Kurt se había convertido -muy a su pesar- en una especie de gurú para millones de jóvenes en todo el planeta. No era mi caso. Yo vibraba con su música, pero no terminaba de empatizar con el personaje. O al menos no de la manera en que lo hacían muchos, especialmente al otro lado del Atlántico. No sólo le veneraban como a un dios, sino que hacían auténticas idioteces en su nombre. Un ejemplo: en su funeral, Courtney Love pidió a los presentes que le llamaran «gilipollas» al fallecido como muestra de amor. Todos obedecieron entre lágrimas. Bastante patético, aunque no tanto como los que se llegaron a quitar la vida, al considerar que ésta ya no tenía sentido sin su músico favorito. Y los hubo.
El grunge como tendencia fue un cáncer. Una moda efímera y contradictoria en sí misma. Una etiqueta absurda creada intencionadamente para vender discos y camisas de cuadros. Y al mismo tiempo, fue una bendición. Porque en el terreno musical tuvo una relevancia incalculabe: dio como fruto un puñado de bandas espectaculares, contribuyó a que el rock volviera a sonar a nivel masivo y acabó de un plumazo con el artificio y la música sin alma que venía marcando la pauta desde finales de los 80. Fue, aunque a menor escala, una eclosión comparable a la del punk. Y personajes como Kurt Cobain tuvieron buena parte de culpa de ello.
Hoy recordamos a Kurt Cobain. Pero no por sus excesos, sus escándalos, sus miserias o su estética descuidada. Sino por su legado en forma de canciones. Que no es poco.
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… En-fin… poco a poco me recupero del nuevo palo intelectual en ésta tarde de relectura sobre el rock. Señor Cabezas usted es uno más de los leidos, no el único.
Lo que sucede es que, de la única manera que se me puede rebatir es habiendo escuchado toooodo el protometal especialmente comprendido entre los años 1968 y 1975, es ahí donde enmarco la era dorada, lo siguiente ya es revisión por repetición llámese tributo. es ahí donde una se da cuenta de la verdadera importancia del género… habiendo escuchado todo lo que llega después, deformaciones incluidas, a veces hasta he seguido subgeneros que han surgido de esas mismas «deformaciones» ( mestizaje en amplio sentido)… como igo, es la única manera de entablar un deabte podríamos decir interesante, insisto : comprobar hasta qué punto andan dispersas por todo el rock posterior, las influencias de un subgenero que ha estado muchos, demasiados años muy poco reconocido : se ha escrito nada sobre ello… y la verdad es que no debería haber sido así tal y como yo veo de inmensas sus influencias hasta el mismo día de hoy.
09 abril 2011 | 20:39
eso sí es incalculable, me temo.
Buenas tardes… y disculpe la intromisión : ya me conoce : se me suelta la tecla y… aunque para mí el único «fallo» de todo éste «despilfarro» intelectualoide por mi parte es, el no rejuntarlo todo en algún sitio… ya sabe : dejar al margen el caos interno y externo que me asola… para dar paso a ser una escribidora de música contemporánea absolutamente neutral en cuanto a respetar al dedillo la historia.
me desentiendo de los pocos generos o subgeneros que no me interesan en absoluto y proclamo mi ignorancia sobre elos.
09 abril 2011 | 20:47
Busca en google «Los cuentos de Fran Barrera»; más de 90 cuentos online.
Busca «El rock & roll me salvará» y luego me cuentas…
15 abril 2011 | 22:17
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27 abril 2011 | 20:02
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30 abril 2011 | 12:13
Para mi Nirvana es uno de mis grupos favorits, y por mucho qu me uste su musica y Kurt no haría esas tonterías y por qu ya no esté me mato «por él», sigo escuchando su musica. que porqu se suicide es el fin del mundo….a seguir la vida y tenerle presentee!!
30 abril 2011 | 23:28
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01 mayo 2011 | 18:31
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03 mayo 2011 | 08:55