De la nueva sociedad 3.0 organizada horizontalmente en red que ha enterrado la edad contemporánea. ¡Bienvenidos a la edad digital!

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El blog que ridiculizó a la prensa brasileña

 

Imagínate una ministra de cultura de un país que tiene un pacto secreto con la industria cultural y con el organismo privado encargado de recaudar  (y repartir) los derechos de autor entre los artistas. Que dicha ministra da la espalda a la fuerte tradición de cultura libre de su país. Que de un día para otro retira el logo y licencia de Creative Commons del sitio del ministerio, pionero hasta entonces en el mundo. Imagina que dicha ministra (casi) abandona vanguardistas proyectos de cultura e inclusión digital. Y sigamos fabulando: la ministra hace caso omiso a la presión de los creadores, ciudadanos y productoras independientes. Ignora, incluso, un futurista marco civil de internet de su país, una especie de superestructura reguladora, que apuesta por la colaboración y la neutralidad de la Red, entre otras cosas. El clímax de este post llega en el momento en el que un blog independiente publica una exclusiva: documentos que prueban un oscuro contubernio entre la ministra y la llamada industria cultural, la élite artística y el organismo fiscalizador de los derechos de autor. El momento más álgido de este thriller llega cuando la prensa ignora el caso: no menciona ni una línea. ¿Cómo se llama el país en cuestión y la (des)ministra?

El país es Brasil. La ministra, Ana Buarque de Hollanda, perteneciente a una de las familia del 1%. El blog independiente se llama Farofafá. Me gustaría no estar escribiendo esta entrada. Viví muy de cerca la ilusionante era en la que Gilberto Gil convirtió a Brasil en el referente global de la cultura libre. Viví esa euforia colectiva. Vi cómo Lawrence Lessig, creador de las licencias Creative Commons, se inspiró directamente en aquel Brasil. Vi cómo el sucesor de Gilberto, Juca Ferreira, continuó por la senda de la cultura colaborativa y libre. Vi cómo en Brasil el MP3 comenzó a ganar la batalla al imperio del plástico (uno de los textos más han circulado de mi carrera). Vi cómo Brasil iluminó al mundo. Y cómo inspiró la fuerte tradición de la cultura copyleft en España, uno de los indiscutibles líderes mundiales.

Infelizmente, el sueño duró poco.  La élite cultural del país, la vieja guardia, los herederos de la corte portuguesa, impusieron a Dilma Rousseff a Ana Buarque de Hollanda (hermana del popular Chico Buarque) como ministra de Cultura. Un año y medio después, el panorama no puede ser más tétrico. Y lo más curioso es que los mass media mantienen una cortina de silencio sobre el asunto. Pero los  dos reconocidos periodistas que gestionan Farofafá, Pedro Alexandre Sanches (@pdralex) y Eduardo Nunomura (@enunomura), en un ejercicio de valentía y profesionalismo, llevan unas semanas levantando polvareda. Las relaciones del Escritório Central de Arrecadação e Distribuição de Direitos – la SGAE brasileña – con la ministra quedó en evidencia en el documento exclusivo divulgado por el blog. La prensa, claro, a lo suyo (silencio).

La bola de nieve crece. Muchos intelectuales del país piden la dimisión de Ana Buarque de Holanda. El ex ministro Juca Ferreira, por primera vez, califica de «desastre» su gestión.  Curiosamente, unos días después de la exclusiva, el círculo de la ministra comenzó a usar Twitter. Pero de una manera tan nefasta, vertical y manipuladora que fueron el hazmereír de la red. #Anadebelém, un hashtag promovido aprovechando que la ministra esta en la ciudad de Belém, fue una verdadera hecatombe. Estuvo en el primer puesto del trending topic de Brasil. Y los internautas criticaron, cuestionaron y dejaron en ridículo a un ministra que repite gafes e incoherencias a menudo. Hace unos días llegó a decir que Internet está «matando la cultura de Brasil».

La tristeza es doble. Primera, por Brasil. Segunda, porque me recuerda demasiado al proceso de la Sociedad General de Autores en España (SGAE) y la denostada Ley Sinde Wert. En España, la ley fue cocinada de espaldas a la ciudadanía. La SGAE, ese ente privado, continuó con sus privilegiado monopolio público. Y su corrupta cúpula acabó procesada. Lo mismo está pasando en Brasil. La ministra ha sido forzada a dar explicaciones en el Senado por las irregularidades del Ecad. Estados Unidos presionó a España para «proteger una industria del entretenimiento obsoleta empeñada en vender plástico y conservar monopolios. Pedro A. Alexandre me cuenta que Ana Buarque de Holanda se reunió con el secretario de comercio (no de cultura) de Estados Unidos. Triste para Brasil. Triste para el mundo.

Dos buenas noticias para acabar de contar esta triste historia.

1) En España, la Ley Sinde aglutinó a los ciudadanos, creó redes, calentó los motores del movimiento ciudadano 15M que, según The Guardian, está redefiniendo la política del país. En Brasil, estos autores, creadores y artistas indignados están empezando a unirse.

2) El hecho de que un blog independiente como Farofafá haga temblar la pirámide de poder  (industria, ministerio, élite…), es la prueba de que las reglas del juego mediático han cambiado totalmente. La horizontalidad ha llegado para quedarse.  

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

Que la cultura fluya como el agua

«Son muy pocos los que dejan de ir a un restaurante (caro) porque pueden cenar en casa, o los que dejan de comprar agua embotellada porque tienen la del grifo, o los que no van a un concierto porque la música de la radio es gratis, o los que no van al cine porque las películas «las ponen» en la TV. Si permitimos que las obras fluyan libremente (como el agua por las cañerías), no bajaría la demanda de ellas (ya sean música, películas o libros).

Ejemplos por suerte ya hay muchos que corroboran esto: los maravillosos libros de Cory Doctorow se pueden descargar de su página web de modo gratuito, y aun así vende más de cinco ediciones de cada uno, viviendo tranquilamente de ello; lo mismo se puede decir de los libros de Lawrence Lessig; Wilco ha vendido más discos desde que su música se puede descargar gratis de internet, que cuando estaba con una discográfica y ésta lo prohibía; la BBC consiguió records de audiencia (e ingresos) cuando capítulos de una de sus series de ciencia ficción fueron compartidos en las redes P2P antes de sus estreno en EEUU (Battlestar Galactica en SciFi Channel); el último disco de 50 Cent apareció en las redes P2P días antes que en las tiendas, y cuando salió a la venta batió records con 9 millones de copias vendidas. Ellos lo tienen claro: El P2P es parte del marketing…»

Este es un fragmento del libro Creación e Inteligencia Colectiva, del colectivo ZEMOS98, escrito por Jorge Cortell, especialista en propiedad intelectual. El libro tiene no usa copyright y sí licencia Creative Commons. Me he limitado añadir algunos vínculos y dos matices. La imagen la he obtenido de Flickr, buscando Agua+cultura libre con licencias Creative Commons, del álbum de Lucy Nieto. Este post tiene un objetivo principal: demostrar que la vida de las obras no acaban cuando el autor las termina. Continúan en los lectores. Mejor todavía: mejoran tras el uso colectivo. Los remixes del libro El Sur: instrucciones de uso de Silvia Nanclares son una bella prueba. Me pillaste: abriste el link correspondiente a la palabra «caro» de la frase «muy pocos los que dejan de ir a un restaurante (caro) porque pueden cenar en casa». Y viste que te lleva a la detención de ‘Teddy Bautista y los cuarenta ladrones’ en la operación SGAE.  Creo que Jorge Cortell estará de acuerdo conmigo: Teddy Mangante se pulía el dinero de los músicos en restaurantes caros, entre otras cosas. El texto inicial de Jorge, ya es otra cosa. Puede seguir creciendo después de ti. 

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Fundación Robo: Asalto número dos

La Fundación Robo, dando tumbos y pellizcos, hizo que yo perdonase a los artistas de España. Mientras el pueblo tomaba la calle, los músicos callaron. La mayoría. El 15 (casi) no tuvo banda sonora. La Fundación Robo me demostró que no es lo mismo  Nacho Vegas que Ramoncín. Su propuesta era simple: crear al margen del copyright, crear con ojo comprometido. Aquel grupete de músicos indignados que se propuso crear imaginarios para dinamitar las reglas del juego (político y cultural) ahora han ocupado la literatura. ¿Qué esa el proyecto Asalto? «Con esta crisis, la misma de cada veinte años, muchas personas han hecho crac por dentro. Es hora de poner en común la frustración y convertirla en energía política». O sea: creación colectiva comprometida, al margen del ego de los creadores individuales. Después llegó su Asalto número 1, su aterrizaje en la creación literaria colectiva sin copyright: «Invitamos a participar a quienes se cuestionan si es posible una escritura colectiva que actúe como punto de apoyo o palanca en la organización del descontento». La firma de los autores no aparecía. Formaba parte de algo mayor, común y misterioso. Parrafitos, definiciones, que no dejaban indiferente a nadie.

Y llegó el Asalto número dos, en el que han  «incluido no solo objetos, pensamientos y sensaciones, sino también estructuras semánticas que se usan sin pensar o, peor, pensando, que confunden y pueden dañar». Para quien todavía tenga dudas sobre qué es Asalto: «Imaginamos Asalto, facción literaria de Robo, textos breves a los que acudir, tristezas no completas y angustias sofocadas». En cuanto supe del primer Asalto les envié unas pildoritas. Asalto no garantizaba su publicación. Os dejo aquí con dos definiciones del Asalto número dos.  Una, tal vez sea mía. Otra, tal vez no. Eso es lo de menos.

ELECCIONES (LAS NUESTRAS)

Opción 1

Existir: sobrevivir, sostenerse, subsistir.
Resistir: soportar, sufrir, tolerar, admitir, digerir, tragar.

Opción 2

Existir: ser real, tener vida, vivir.
Resistir: enfrentarse, rebelarse, oponerse, hacer frente, plantar cara, enseñar los dientes.

 

PLAZA

La plaza hay que usarla como una bufanda. Enróscatela al cuello, vamos. Deja que acaricie tu pecho. Abandónate a su bofetada de felpa dulce. Siempre tienes la opción, eso sí, de usar la plaza como un sombrero, como un puente entre el suelo y el cielo. Utilizar la plaza como una escalera también es muy recomendable: sube peldaño a peldaño, sube hasta que vislumbres la otra plaza, hasta que veas otros rostros escalerantes que te saludan. Aunque quizá lo más divertido sea usar la plaza como un muro y llenarla de grafitis, palabras o bosques. Si sigues pensando que la plaza es un cuadro estático, no tienes más que rasgarlo. Te darás cuenta que el cuadro empieza al otro lado, debajo del lienzo, y que se desdobla en un caleidoscopio que te incluye.

 

Los amigos menores de Wikileaks

Algún amigo mío ironizó tras la operación GIFiles, los nuevos cables de Wikileaks. «Va a ser más fácil que digan quién no tiene los archivos que digan quién los tiene». De los cinco magníficos que difundieron los primeros cables hemos pasado a un apretado camarote de los hermanos Marx (23 medios). Sus razones tendrá Julian Assange. A parte de los medios importantes (Público, La Repubblica, Página 12…), conocía una buena parte de estos nuevos amigos menores. Pero confieso que otros no. Navegando en esta creciente Wikileaks Family me he encontrado con blogs diseñados en la plataforma WordPress y sites sin copyright (la mayoría con Creative Commons). Comento algunos de estos sitios que no son periódicos conocidos. La lista completa, aquí (izquierda).

Ciper (Chile). Copy&paste: «El Centro de Investigación e Información Periodística es una institución independiente que desarrolla reportajes de investigación de acuerdo a principios de máxima calidad e integridad profesional.  Funciona como una entidad sin fines de lucro». Imitando el modelo ProPública recibe financiación de organizaciones externas (Grupo Copesa, Open Society Foundation, Fundación Ford… ). Al presidente Sebastián Piñera le dedicaron un gran reportaje sobre sus vínculos con las empresas que reconstruyeron Chile tras el terremoto. Tienen una sección de trabajos multimedia interesante.

Twitter: @ciper

Nawaat (Túnez). Es una plataforma de periodistas independientes con rincones de periodismo ciudadano. Desde el 2004, Nawaat está alzando la voz por la libertad. Fue una pieza clave en la Revolución de los Jazmines. Utiliza un tema de WordPress y tiene licencia Creative Commons.

Twitter: @nawaat

Owni (Francia). Uno de los pocos sitios que salvan a la adormilada Francia de Sarkozy de la debacle informativa 2.0. Impulsado por 22 Mars, este sitio apuesta por las nuevas narrativas, el periodismo de datos y la cultura libre. Otro feliz maridaje de WordPress y Creative Commons.

Twitter: @owni

Plaza Pública (Guatemala). Plaza Pública – según su propia web- «es un periódico digital de análisis, investigación y debates, que reivindica los derechos humanos, la democracia y la búsqueda de la verdad». Su entramado es más que interesante. Reciben ayuda de una universidad, de fundaciones. Plaza Pública, además, es una alianza de medios alternativos como Confidencial (Nicaragua), Verdad Abierta (Colombia) e IDL-Reporteros (Perú). Tiene autorización para reproducir artículos de La Silla Vacía (Colombia), Razón Pública (Colombia) y la agencia IPS América Latina (usan copyleft). La Fundación EFE le permite publicar los contenidos. Su licencia es Creative Commons.

Twitter: @PlazaPublicaGT

Al-Alkhbar (Líbano). Su eslogan, con la segunda palabra tachada, es un verdadero puntazo: Your foreign correspondent in the  Middle East. Al-Alkhbar es una aventura capitaneada por el periodista Joseph Samaha que ofrece una edición en árabe y otra inglés. Una visión alternativa de los conflictos de la región. Licencia Creative Commons .

Twitter: @AlakhbarEnglish 

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Bibliotecas en la nube

¿Cuál será el futuro de la industria editorial? La pregunta me la hacía ayer mi amiga periodista Elisabeth G. Iborra, para un reportaje que está elaborando. Ella me insinuaba que la famosa computación en la nube podría ser una solución. La verdad es que le envié un mail medio incendiario arremetiendo contra el intermediario-que-sobra, los talibanes del copy right, la literatura de canapé, los libros pelotazos impuestos desde arriba. Después, meditando un poco, recordé bellos ejemplos de literatura 2.0, de caminos a seguir. Me vino a la mente la editorial Bubok (autoedición), Dpr-Barcelona (combina papel y digital), Libro de notas (¡inician camino editorial!) o el maravilloso Orsai del ´comandante Casciari’, la editorial donde los lectores son editores. Elisabeth me presentó el proyecto Liibook (100% de remuneración para el autor, con licencias abiertas). ¿Y qué decir del visionario proyecto Traficantes de Sueños? ¿Y de la genial iniciativa #compartecultura del gran @kurioso?

Me centraré en la etérea nubecita, ese rincón virtual que hace que el intermediario sea tan útil como un florero en medio de la jungla. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que el pasado 1 de enero los herederos de James Joyce perdieron los derechos de copyright de sus obras (pasaron a dominio público, como tantos otros), me limito a recomendar algunas nubebibliotecas. La mayoría sin copyright.

Cultura en la nube. Espectacular proyecto de la Fundación Cultural Germán Sánchez Ruipérez y Conexiones Imrpobables. Desde Peñaranda de Bracamonte (Salamanca) dan lecciones a una industria anquilosada con un proyectón de cultura en streaming, de cultura en la nube, basado en licencias abiertas (copyleft / creative commons). El vídeo que abre este post es de la Fundación.

Bookcamping.cc. Confieso que esta biblioteca colaborativa (palabra que por algún misterio insondable no sale en el diccionario de la RAE) surgida a la «luz del 15M» es mi ojito derecho. Cualquier persona puede subir libros libres a la nube de esta biblioteca organizada en diferentes estanterías. Cuando tienen copyright se señala el link de dónde comprarlos. El aviso para navegantes (todos los que desde arriba no entendieron nada del 15M español) es genial: «Algunos libros para entender cómo hemos llegado hasta aquí (porque no hemos salido de la nada). Y tú, ¿qué libros te llevarías a tu plaza / acampada / bookcamping? .

Archive.org. De todo con licencia «dominio público». Vídeos, libros, fotos, software…

Project Gutenberg. Más de  38 mil libros para Kindle, Android, iPad y iPhone.

Publicdomainworks.net. Todo o tipo de contenido (incluso artículos académicos).

Dominiopublico.gov.br. Sí el .gov no es un hackeo. El Gobierno de Brasil lanzó esta biblioteca digital realizada con software libre para encontrar obras en cualquier idioma con licencia dominio público. ¿José Ignacio Wert, ministro de pro, estás por ahí?

¿Se me olvida alguna? Seguro que muchas. Envía tus links al hashtag #bibliotecasenlanube de Twitter

 

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Dona tu cuerpo al #Copylove

«Queremos que os desnudéis, os descuarticéis y nos regaléis esa parte de vuestros cuerpos que os hace sentir cierto orgullo, asco, fascinación o atadura. Necesitamos un Frankenstein con todos los sexos, atributos, fluidos y representaciones posibles». Así nos intenta seducir el colectivo ZEMOS 98  para que participemos en la iniciativa Dona tu cuerpo al #Copylove. Es muy simple: envía una imagen de una parte de tu cuerpo. Un pedacito de ti sin copy right. Y deja que ellos construyan un cuerpo ciborg, mitad hombre, mitad pixels. Un pluri indivíduo remezclado, prostituido, mejorado. Con licencia copyleft, claro.

En realidad, el juego / iniciativa es la línea temática de la decimocuarta edición del Festival ZEMOS.  ¿Cuál es el objetivo ideológico-intelectual del proyecto Copylove? Facilón facilón. Le doy al corto&pego.

Generar un cuerpo otro, raro, que haga frente a los técnicas de poder que nos persiguen cada día y que nos azotan en los afectos y en los deseos. Un cuerpo de todas y todos como forma de resistencia. Un cuerpo crítico ante los modelos establecidos.

-Pasar un buen rato imitando las técnicas del fotolog, esa vieja ruina digital, y construir un collage de formas imprecisas con las que restablecernos como un cuerpo en el que caben muchos cuerpos.

Venga, no te cortes. Participa en el copylove. Retrata tu ombligo, tu cicatriz o tu escroto. Remezcla tu vagina, tu oreja o la superficie de tu esternón. Razones no te faltan. El bio-poder nos intenta fagocitar. Impone estéticas, valores de cuerpos deseables, perfumes. El sombra-poder (¿religiones monoteistas? ¿decoro social?) reprime nuestros deseos, el torrente imparable de la carne&afecto.  Donna Haraway, autora del visionario Manifiesto Ciborg, escrito hace casi tres décadas, tenía razón: «Vivimos un cambio desde una sociedad orgánica e industrial hacia un sistema polimorfo de información, desde el trabajo al juego, un juego mortal». Correcto: un sistema polimorfo donde la micropolítica de los cuerpos genera nuevos flujos de informaciones / subjetividades. Sofía Coca, del colectivo ZEMOS 98, da un matiz interesante sobre el Copylove: «es una provocación para situar el amor en el centro de algunas cuestiones que afectan al cambio de paradigma que estamos presenciando: 15M, occupy, modelo cultural… »

Por eso hay que entender el cuerpo como la hacía Donna Haraway, como una arma de poder: «Los cuerpos son mapas de poder e identidad. Un cuerpo cyborg no es inocente, no nació en un jardín; no busca una identidad unitaria y, por lo tanto, genera dualismos antagónicos sin fin, se toma en serio la ironía. Uno es poco y dos es sólo una posibilidad. El placer intenso que se siente al manejar las máquinas deja de ser un pecado para convertirse en un aspecto de la encarnación. La máquina no es una cosa que deba ser animada, trabajada y dominada, pues la máquina somos nosotros y, nuestros procesos, un aspecto de nuestra encarnación. No se trata del sueño de un lenguaje común, sino de una poderosa e infiel heteroglosia».

La micropolítica de los cuerpos en las plazas públicas es un esbozo macropolítico. El orgasmo puede ser una guerrilla colectiva que descuartice las narrativas de la represión. El #copylove puede crear un nuevo Frankestein indomable, irreductible. Un nuevo cuerpo colectivo con cartografía propia. Quizá esta frase de la filósofa Beatriz Preciado resuma mejor el copylove que todo lo que llevo escrito: «Tomo testosterona simplemente para traicionar lo que la sociedad ha querido hacer de mí, para escribir, para follar, para sentir una forma post-pornográfica de placer, para añadir una prótesis molecular a mi identidad transgénero low-tech hecha de dildos, textos e imágenes en movimiento, para vengar tu muerte”

 

Yo he enviado una parte de mi cuerpo porque confío en convertirme en «un eslabón más de un poliamor de cuerpos robóticos y amables«. Si todavía tienes dudas, te recomiendo las Instrucciones para hacer Copylove.También Una conversación sobre procomún, amor y remezcla que arranca así.

–Te quiero. Pero reconozco que a veces tengo celos.

– ¿Por?

– No sé, porque supongo que el Copyleft no es aplicable a personas.