Viajando con Leches (o el programa de Risto Mejide)

A mi me pone gorila ver a un tipo haciéndole preguntas puñeteras a otro. Y como no puedo tener reuniones de vecinos todos los días para ver cómo la gente practica el sadismo con el presidente, pues me pongo Viajando con Chester, ese programa en el que Risto Mejide se dedica a soltar leches como si fuera la vaca que ríe.

Lo que pasa es que como bien sabéis, yo soy un tipo muy de extremos. Bueno y de pasar temporadas en hoteles de esos que tienen las paredes acolchadas. El caso es que molaría mil veces más ver a Risto con un mono de cuero ajustado y una fusta o a los invitados delante una mesa sórdida, con un foco dándoles en la cara y mucho humo de tabaco.

Y es que a veces, sólo a veces, me da la sensación de que se le escapan vivos según quienes, así como que a veces interrumpe más que escucha.

De hecho, me sorprende que hasta ahora nadie le haya dicho «¡calla, coooooooño!«, antes de responder. Porque una cosa es hacer preguntas de las de responder con veneno en su café y otra aturullar al invitado hasta que acaba llamando a su mamá y chupándose el pulgar.

Risto, intendando congraciarse con Dios, para entrevistarle (FOTO: CUATRO)

Risto, intendando congraciarse con Dios, para entrevistarle (FOTO: CUATRO)

Si hay una cosa que está clara es que Risto es un maestro en eso de dar hostias como hogazas de a kilo. Es el catedrático de las leches, el súmmun de la mala follá. Van a poner una asignatura en la Universidad en la que Risto enseñará a hundir al alguien con sólo hablarle. Como los cinco puntos y palmas que revienta el corazón de Kill Bill, pero de boquilla. Risto le echa el aliento a Hulk y tienen que buscar al bicho verde escondido llorando debajo de su cama.

De todas formas, y a pesar de lo bien que le ha ido esta temporada y sobre todo el capítulo final sobre Gibraltar, al programa le quedan dos telediarios. Lo sé por una filtración de una amiga que tengo en una multinacional sueca del mueble que está hasta los mismísimos STOCKHOLM de que anden por ahí haciéndole la competencia con lo de vender sofás.

Está muy bien que la gente puje por los sillones esos con nombre pijo, porque es para causas benéficas, pero me da la sensación de que lo hacen un poco como cuando sales a bailar con el feo: por pena. Y no es que los feos tengan menos derechos a la hora de bailar, válgame dios, es sólo que bailan peor.

A estas alturas ya tendréis claro si el programa me gusta o no me gusta o si me deja de gustar gustándome (lo más probable es que ni siquiera os importe). Es lo que tiene mi prosa clara y concisa: no te enteras de ná.

6 comentarios

  1. Dice ser Robertti Gamarra

    Bueno, sabiendo el historial de Risto, no cabía esperar otra cosa, y se puede decir que le está saliendo bastante bien su programa, hasta a veces es educado y serio…
    goo.gl/lCEqlF

    23 junio 2014 | 22:11

  2. Dice ser Cleopatra VII

    Genial como siempre, en tu línea (leí lo del culo de la Mariló).

    Saludos Gussss!!!!

    23 junio 2014 | 22:57

  3. Dice ser Gladiador

    Para gustos….ya se sabe.

    De todas formas, las entrevistas que he visto me han parecido bien. No como en otros programas, donde el entrevistado es el que guia la entrevista.

    La verdad, conociendo al paño, esperaba mas acidez, pero si me dan a elegir entre esto y salvame o cualquier otro programa reality de esos,,,,,me quedo con este.

    24 junio 2014 | 08:04

  4. Dice ser Paka Penumbras

    Partiendo de la base q Risto me parece un payaso y un hortera de bolera, tengo q reconocer q su programa me gusta bastante y las entrevistas son cojonudas, la d Pedro J fue la rehostia, ya esta bien, me gusta q se note quien es el entrevistador y quien el entrevistado.
    Gus como siempre, un placer chatejo.

    24 junio 2014 | 11:15

  5. Dice ser Warp

    Me encantó cómo acorraló a Pedro J y al insufrible Marhuenda. Yo creo que Risto se contuvo porque en definitiva no es «una entrevista», sino una conversación, según sus propias palabras. Más leña y los convierte en pulpa.

    Las de gente muy mediática, sobre todo deportistas, son las que le salen peor. Cuando salió Jorge Lorenzo cambiamos directamente de canal.

    En cambio, las de gente poco conocida o menos «de moda» son las más interesantes. La que más nos han gustado fueron las de Rossy de Palma y sobre todo la de su mentor Joan Segarra, me enamoré de este hombre a pesar de su rizo jerezano. Ojalá hubiera más como él.

    Buen programa. Lo que El Objetivo de la Sexta nunca será.

    24 junio 2014 | 12:36

  6. Dice ser Warp

    Gus, por favor, ¿no puedes cambiar el sistema de captchas?

    Es que aún no sé japonés escrito en cirílico, se me da fatal.

    24 junio 2014 | 12:37

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