Juan Carlos Losada: «Lepanto fue el mayor choque naval en el Mediterráneo y el más sangriento desde la antigüedad, pero no fue decisivo»

Batalla de Lepanto por Jose Ferre Clauzel

Fue «la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros», según un joven Miguel de Cervantes que peleó en ella hace hoy 450 años como infante de marina. Aquel 7 de octubre de 1571, las galeras de la Liga Santa, compuesta por navíos de la Corona Española, Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya, comandadas por Juan de Austria chocaron, cerca de la localidad griega de Lepanto, contra la flota otomana, liderada por Alí Bajá.

La batalla fue sangrienta y dura entre los dos grandes bloques del Mediterráneo, pero la victoria cristiana fue incontestable. Aún así, aquel choque estaba inscrito en un gran conflicto naval que de larga duración, que aún duraría algunos más, hasta colear en el siglo XIX. El Doctor en Historia por la Univeristat de Barcelona Juan Carlos Losada recorre aquel largo conflicto en su reciente España contra el imperio Otomano (Esfera de los Libros). Una interesante y accesible obra que contextualiza aquel choque de gigantes que duró siglos y cuyo punto culminante fue la batalla naval de Lepanto.

En un mundo donde todavía hay quien habla de conflictos civilizatorios entre el eje Islam-Occidente, ¿cómo se debe ejercer la divulgación de hechos como Lepanto o las guerras entre España y el imperio Otomano?

Simplemente encuadrándolas en su época, en unos siglos en donde la intolerancia y el fanatismo religioso era mucho mayor que en la actualidad y en donde dos imperios, el otomano con sus aliados berberiscos, y España, con el apoyo desigual y fluctuante de las ciudades italianas, aspiraban a controlar el Mediterráneo y sus costas.

Quizá sorprende que en determinados imaginarios y utilizaciones políticas y propagandísticas de estos conflictos, la guerra contra los Otomanos y los berberiscos no hayan sido tan apropiadas como la Reconquista o las cruzadas. ¿A qué lo achaca?

Todos los nacionalismos precisan de sus mitos bélicos. Para España, Lepanto es uno de ellos, sin duda. Pero mientras que la llamada Reconquista se dio en suelo peninsular, en donde habitamos, las luchas contra los turcos se libraron siempre en el mar y en las costas norteafricanas lejos de nuestro hábitat. Las cruzadas forman más del mito de la cristiandad europea en general y su lucha por conquistas los Santos Lugares

¿Realmente este conflicto marcó la historia posterior de Europa y el Mediterráneo?

La lucha a muerte entre las dos grandes potencias del Mediterráneo, asentadas en sus dos extremos, sin duda marcó la historia de Europa. Ambas se frenaron mutuamente y la larga guerra acabó más o menos en tablas y se equilibraron. Los turcos aspiraban, en el siglo XVI, a ascender por Italia, hasta la misma Roma, y también a socorrer a los moriscos españoles restaurando el islam en España. Esta, por su parte, alentada por la Iglesia, no dejaba de soñar con recuperar para la cristiandad la vieja Constantinopla e incluso Jerusalén. Obviamente ningún objetivo se logró por el poder del otro.

Asegura que la influencia que tuvo aquella larga guerra, de casi dos siglos y extensiones en otros dos más, en la conformación tanto de la identidad de España como en la de Turquía… ¿En qué lo podrían notar los lectores?

Para España, las guerras contra los turcos y sus protegidos, los piratas berberiscos, fue ideológicamente la continuidad de la guerra contra el islam llevada a cabo durante los siglos precedentes en la península. Sin duda, cohesionó a España como estado porque nada une más que un enemigo común que, además, es infiel y que no deja de atacar y saqueas nuestras propias costas. El resto de enemigos de España estaban más lejos, pero estos estaban en las playas. Ese enemigo musulmán, siempre amenazante durante siglos, sirvió para conformar nuestra identidad en base a la religión.

Algo parecido sucedió con los turcos. Su identidad como estado tampoco se comprende sin sus guerras constantes contra la cristiandad en general. A modo de ejemplo, sus famosos y sangrientos piratas, son venerados en Turquía como grandes almirantes defensores de su fe y de su patria.

Aquel conflicto tuvo, obvias, causas religiosas y geopolíticas, entre dos imperios expansionistas, pero también destaca las económicas, que suelen ser menos visibles, ¿quién ganó en este aspecto? Parece que ninguno de los dos contendientes salieron enriquecidos del combate…

Efectivamente, ambos estados aspiraban a controlar el comercio en el mar y evitar que el otro bloquease las rutas comerciales. Pero económicamente fue una ruina constante en donde ambos imperios derrocharon enormes cantidades de recursos que no sirvieron para vencer al otro. Los botines capturados, que fueron grandes y muchos, nunca pudieron compensar la enorme inversión en la construcción de barcos, fortalezas, armas y, sobre todo, de las vidas de los sencillos soldados, ignorantes de las altas empresas, que fueron llevados al matadero como carne de cañón por parte de todos los contendientes.

Una de las derivadas del conflicto fue la lucha contra los piratas berberiscos, que “al menos, en parte” compara con los modernos yihadistas, ¿hasta donde aguanta esa comparación?

Los piratas fueron, sin duda, los “más malos de la película”. Asaltaban por sorpresa los barcos y las costas españolas, asesinaban, saqueaban, secuestraban a niños que luego integraban en su religión y se llevaban todos los esclavos que podían para venderlos en los mercados, o a la espera de que fuesen rescatados por sus convecinos a precios astronómicos. Sembraban el terror a exprofeso, porque sabían que les era rentable ante otras poblaciones que preferían no ofrecer resistencia. Ellos sí que hicieron un gran negocio de la piratería y, obviamente, sus escrúpulos eran nulos. En este aspecto, por sus acciones por sorpresa y sus métodos, se pueden comparar a los yihadistas actuales

¿Qué supuso la batalla de Lepanto, de la que ahora se cumplen 450 años?

El mayor choque naval en el Mediterráneo, y el más sangriento, desde la antigüedad. Pero
no fue decisivo porque no cambió el curso de la guerra. Simplemente, tras la exitosa defensa de Malta y luego Lepanto, los turcos renunciaron definitivamente a expandirse hacia el oeste, más allá de Creta e Italia. Supuso la aceptación definitiva del status quo y del equilibrio de poderes. Solo un año más tarde los turcos habían repuesto sus barcos perdidos, aunque les costó más recomponer buenas tripulaciones. Por otra parte, siguieron controlando el este del Mediterráneo y así como Chipre, cuya conquista a Venecia había sido el desencadenante de Lepanto.

Pero tras la victoria, parece que el interés hispánico por el conflicto con el turco va decayendo…

Desde incluso antes de Lepanto, Felipe II se da cuenta que vencer a los turcos es imposible por los enormes costes. Tras Lepanto no se da ningún combate naval de importancia y se adopta una estrategia más defensiva y más centrada en defender las plazas del norte de África. Además, Venecia se desentiende de toda nueva guerra y es imposible una nueva alianza en torno al Papa.

Asegura que el enfoque de la monarquía hispánico fue “erróneo por lo ambicioso y desmesurado”… ¿Por qué siendo un imperio que miraba tanto al resto de Europa como a América y el Pacífico se obsesionó de tal manera con la lucha del Mediterráneo?

La política de Carlos I y de Felipe II supuso guerrear en múltiples frentes (Francia, Inglaterra, protestantes alemanes, turcos) y asumir, además, la conquista de América. Ello excedía en mucho las capacidades económicas y demográficas de una España cada vez más empobrecida. Pero a diferencia de las primeras, es verdad que la lucha contra los turcos y sus piratas era la guerra más defensiva de todas y quizás, por ello y nuestros ojos actuales, la más necesaria y justificada.

En el imaginario común, parece que el conflicto entre Madrid y Estambul desaparece tras Lepanto y los asedios y batallas en el norte de África, ¿concluyó aquel conflicto en unas tablas no declaradas?

Sin duda el conflicto fue evolucionando a una guerra fría y ya en el siglo XVII a una especie de “coexistencia pacífica” no exenta de algunos choques bélicos, hasta que en el siglo XVIII se llegó a firmar la paz. Cosa distinta que los piratas berberiscos, con lo que las hostilidades se prolongaron incluso hasta los inicios del XIX.

Resulta sumamente interesante su llamada, en la misma introducción, a recordar a los millones de víctimas anónimas de aquella guerra. “La historia o es humana o no es”, ¿conviene recordarlo
siempre, pero sobre todo cuando se habla de historia militar o bélica?

Siempre es imprescindible. Nos acordamos de los reyes, los políticos, los grandes generales o capitanes destacados. Pero los que hacen las batallas son soldados sencillos, analfabetos en su mayoría, sea movidos por la fe, la defensa de sus tierras, o por las ansias de botín, capaces de crueldades y heroicidades, pero casi todos alistados para huir de la miseria. Ellos, esos anónimos de la historia, son los verdaderos protagonistas de las guerras, aunque sean invisibles. Hay que reivindicarles, con todas sus contradicciones (pues fueron tanto víctimas como verdugos), y tratar de devolverles el protagonismo injustamente arrebatado.

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4 comentarios

  1. No lo sabia nadie.

    07 octubre 2021 | 11:00

  2. Dice ser Bien

    Buena entrevista

    07 octubre 2021 | 11:26

  3. Dice ser Sherlock Holmes

    La galera de D. Juan de Austria en Lepanto. Atarazanas de Barcelona

    3 sept 2020

    El 7 de octubre de 1971 se celebró el 4º centenario de la Batalla de Lepanto.
    El Museo Marítimo de Barcelona organizó una exposición en la que se presentó al público una reconstrucción a tamaño natural de la Galera Real.
    La Galera Real fue construida en las Reales Atarazanas de Barcelona en 1568 para formar parte de la gran flota que debía enfrontarse a los otomanos. La Galera Real comandada por Juan de Austria fue el buque insignia de la Liga Santa que venció a los otomanos en Lepanto, en la costa griega, el 7 de octubre de 1571.

    07 octubre 2021 | 13:24

  4. Dice ser Sherlock Holmes

    Jornada Historica de La Armada 2021. Lepanto.

    Emitido en directo el 3 may 2021

    Armada Española

    Conmemoración de la victoria en la Batalla de Lepanto. Este hecho, del que el próximo 7 de octubre se cumplen 450 años, marcaría el devenir de nuestra nación y de toda Europa al frenar el avance del Imperio Otomano.

    Presentación a cargo de, Elvira Mata Enrich, Museo Marítimo de Barcelona y de D. Juan Rodríguez Garat, Almirante Director del Instituto de Historia y Cultura Naval

    Disertación sobre La batalla de Lepanto, a cargo de D. Juan Rodríguez Garat

    Concierto a cargo de la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid

    Disertación sobre Barcelona Marítima, a cargo de D. Enric García Domingo, Jefe del Área de Gestión de Colecciones y Conocimiento del Museo Marítimo de Barcelona

    07 octubre 2021 | 13:59

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