Eduardo Manzano Moreno: «En España nunca se ha sabido qué hacer con nuestro pasado islámico»

El historiador Eduardo Manzano Moreno (FOTO: D.Y.)

Un laborioso y escrupuloso funcionario del califa Al Hakam II recogió en una crónica todos los eventos de la corte del califa de Córdoba entre 971 y 975. Ese documento, tras una azarosa existencia, de idas y venidas, de desapariciones y apariciones, llega hasta hoy, donde el historiador e investigador del CSIC, Eduardo Manzano Moreno (Madrid, 1960), uno de los mayores expertos sobre al-Ándalus en España, lo recoge, lo estudia y le sirve de eje para construir La corte del Califa. Cuatro años en la Córdoba de los Omeyas (Crítica, 2019), un trabajo minucioso, de años, que supone una auténtica ventana abierta al momento de mayor esplendor de la Córdoba califal.

Para este especialista, ese documento ofrece en el siglo XXI «una visión muy cercana por parte de un testigo presencial de lo que ocurre en Córdoba en aquellas fechas, nos hace estar allí«, describe Manzano. «El cronista apunta todo lo que está pasando en la corte del Califa, y es muy raro tener, de una época tan antigua un testimonio así», explica este historiador que ha comparado esta crónica con muchísimas otros documentos y trabajos arqueológicos los datos ofrecidos por ese manuscrito para lograr ofrecer una «referencia muy aproximada de lo que pasaba en el califato».

Así podemos adentrarnos en la maquinaria administrativa de un estado inmenso, centralista, complejo, cuidadosamente planificado… Una auténtica potencia de la época.

Escribe «afortunadamente, el cronista no escribía para los historiadores del siglo XXI»…

(Se ríe). Afortunadamente, porque lo habría escrito peor. Cuando se usa un texto como este hay que saber para qué se escribía, qué era lo que decía y lo que se deja sin contar. El texto sobre el que me apoyo es de un cronista de la época que lleva un registro y no lo hace para mí, sino para su señor, el califa, que quiere saber cómo se hizo una recepción, quién estaba y dónde se sentó. Es un registro exacto de una corte extremadamente organizada, meticulosa, donde todo funcional milímetro. A veces los historiadores pensamos que la gente del pasado escribía para nosotros y suele ser una equivocación. Tenerlo claro nos da una idea más clara de que el pasado está muy distante y que las señales que nos llegan lo hacen por azar, de maneras extrañas y haciendo un camino, que en sí misma tiene una historia. Son como las señales que nos llega de las nebulosas en el espacio.

Sorprende lo rápido que ese gran esplendor que describe se convierte en decadencia, la Fitna, la guerra civil…

El califato de Córdoba dura apenas cien años, pero los últimos veinte años son de guerra civil, donde se desmorona todo. Cuarenta años más tarde de ese máximo esplendor, todo se viene abajo. Ese desmoronamiento sucede por las contradicciones internas que vivía el califato: era un estado demasiado grande y estaba imponiendo cargas fiscales excesivas sobre los súbditos,  resultaba muy difícil de controlar. Además, comienza a tener muchos problemas en la frontera del norte, la cristiana, y hay muchas opiniones sobre lo que se puede hacer ahí. Es un periodo donde hay una primera coalición cristiana contra el castillo de Gormaz en Soria, que no logra tomarlo, pero está cerca. Todo eso estalla en un conflicto muy grande, la Fitna.

Lo interesante es que el Califato de Córdoba no desaparece del todo tras todo eso. El sustrato social se va a reproducir en ‘pequeñas córdobas’ que surgen en Zaragoza, Sevilla, Valencia, Almería, en pequeños reinos de taifas que perviven y hacen pervivir el recuerdo del esplendor y, contrariamente a lo que suele pensar la gente, fueron muy brillantes. Todo eso termina con las invasiones almorávide y almohade, que también se suelen pensar que son momentos decadentes, pero son muy interesantes. La caída del califato supone una crisis política y social, pero su base se sigue manteniendo hasta las invasiones.

Le he leído que no le gusta hacer comparaciones con el presente, pero ¿el lector actual puede extraer alguna conclusión de aquella época para hoy?

En este país tenemos al-Ándalus un poco olvidado. Conocerlo nos permite descubrir una tradición histórica y cultural distinta y nos da las herramientas para comprender cosas que están pasando a nuestro alrededor. Si sabemos lo que es un califa, un cadí o cómo funciona una mezquita, podríamos entender mejor realidades culturales con las que estamos viviendo y a las que conciudadanos nuestros se sienten adscritos. Eso es importante en las sociedades cada vez más diversas que tenemos y que van a seguir siéndolo, se pongan como se pongan algunos. Muchas veces tenemos una ignorancia muy grande a las tradiciones diferentes a las nuestras. Muchas cosas de las que pasan ahora, no las estamos entendiendo. No me gusta pensar en paralelismos, porque no creo que nada de lo que ocurrió en el siglo X nos sirva para planificar el presente, pero sí que nos sirve para entender cosas como la importancia de la tradición jurídica en el islam. Entender esto nos puede ayudar hoy, o por lo menos nos da herramientas para comprender.

El mito de la convivencia y las tres culturas en aquellos tiempos ha quedado bastante superado, pero aún así… ¿No cree que a día de hoy aquello tendría algo de mito útil?

Es una idea que no me gusta, porque depende es útil o no depende de quién lo utilice. No funciona del todo bien. En cambio, sí que es interesante que las sociedades musulmanas de época medieval fueron bastante multiculturales, y ahí sí que es verdad que hay elementos no de convivencia, pero sí de transferencia cultural y de roce, que genera muchas cosas, polémicas pero también simbiosis o cosas completamente novedosas: como poetas árabes que incorporan elementos de lengua romance, o traducciones al árabe de los salmos, o que los cristianos invitaban a vecinos musulmanes a pasar la navidad con ello, y eso a los ulemas de la época no les gustaba…  Hay un contacto entre culturas que era lógico que se produjera por muchas barreras que hubiera. Esto es interesante y ocurre aquí, en Sicilia o en los reinos cristianos. En la catedral de Sevilla está enterrado Fernando III, pero en su tumba ha inscripciones escritas en latín, romance, árabe y hebreo. Estas cosas las podemos atisbar y están ahí, pero aquí muchas veces no les hemos dado la importancia que tiene. También, claro está, este contacto producía polémicas y batallas. Pero las sociedades estaban en contacto, mucho más de lo que pensamos a aveces.

Interior de la mezquita de Córdoba (GTRES)

¿El pasado islámico en España es problemático?

Siempre lo ha sido, podríamos hablar toda la tarde de ello. Nunca se ha sabido qué hacer con este periodo en la historia de España: la nuestra, por cuestión de identidad, era la de los cristianos del norte. Es una cuestión ajena, los nombres son difíciles, es algo diferente que requiere un mayor esfuerzo y luego hay una intencionalidad identitaria. Y esto sigue vigente hoy en día. Unos dicen que es historia del islam y no nos interesa y nosotros tratamos de decir que es parte de nuestra historia, que estamos recuperando y que de alguna manera debería tener un mejor encaje dentro de nuestra cultura. Preguntas a cualquier si conoce el Cantar de Mio Cid y lo conocemos todos; pero nadie conoce a Ibn Hazm, que escribe uno de los tratados del amor más bonitos que existen, El collar de la paloma, o a Avicena… Esos no se han incorporado a los temarios de los colegios. No debería resultar raro que así fuera. En Alemania o Reino Unido se está empezando a discutir sobre la necesidad de cambiar el enfoque puramente eurocéntrico en la enseñanza. Pero en España, donde sí tenemos este legado, hay mucha contrarreacción.

Y a eso no ayudará el tema del terrorismo o de las manipulaciones sobre el debate migratorio…

Claro, hablas del califato y todos pensamos en Estado Islámico, que lo tenemos reciente. Los islamistas reclaman el califato medieval, haciendo el mismo juego de espejos históricos que aquí otros usan con la Reconquista. Todo esto genera líos bastante gordos, porque generamos juicios morales sobre el pasado. Si realmente era tolerante o no y cosas así. Pero yo no estudio a los romanos haciendo juicios morales y aún así son interesantes y podemos aprender mucho. En el caso de al-Ándalus no hemos llegado a esa normalización.

Pero supondría la oportunidad para que toda esa comunidad de jóvenes y niños musulmanes, españoles ya o migrantes, que viven aquí, vean la historia de España como algo que también entronca con ellos…

Exacto. No me gustaría ver una clase donde los Rodrigos y Pelayos están de un lado y  los Hasán del otro reivindicando cada uno una parte de la historia como suya. O un niño que viene de Perú y reclama la memoria de los indígenas frente a los conquistadores, que es algo que a nosotros no nos gustaría. Y sin embargo lo practicamos: muchas veces algo tan interesante como quienes dicen que hay que revisar la Leyenda Negra que hay sobre España de una manera más matizada y real, cosa que me parece bien, son quienes hacen eso mismo que critican con al-Ándalus. Si no hay que hacer juicio moral sobre Hernán Cortés, que no tiene sentido pese a que hiciera cosas horribles, y no creo que los españoles de hoy seamos culpables de aquellas cosas, tampoco lo que hay que hacer sobre al-Ándalus o Almanzor. La historia siempre es un saco de agravios que puedes utilizar contra cualquiera. No hay nadie inocente. Esto se activa y se desactiva: yo nací en un mundo en donde no había conflictos en Europa y que estaba unida; franceses y alemanes estaban unidos y unas décadas antes era todo lo contrario. Se activa y se desactiva como quieras activar o desactivar las identidades. Estas comparaciones siempre resultan interesadas.

En política, la historia solo interesa cuando se puede manipular para que responda a unos intereses…

Sobre eso hay libros enteros escritos. Supongo que es inevitable, no puedo decir a la gente que esto es mentira y esto no, háganme caso a mí y no a otro. Lo que sí podemos hacer es dar a la gente herramientas para que puedan desmontar los discursos que le venden. Que vean que cuando se les habla de la Reconquista, se hace en virtud de un programa político, que tú puedes asumir o no, es tu criterio, pero que el concepto de Reconquista surge en el siglo XIX, que es un periodo demasiado amplio como para tener una sola visión, porque ocurren muchas cosas y hay momentos diferentes. Tener conciencia histórica es tener herramientas para desmontar discursos que nos lanzan y suelen simplificar bastante las cosas. Yo no puedo pretender tener la verdad histórica, pero si puedo mostrar una forma de interpretar que se considera relevante y rigurosa.

Muchos ven la historia como un catecismo…

No es la historia la que crea las identidades; son las identidades las que crean la historia. La historia te va a servir como recurso para demostrar tu ideario o identidad. Lo que sí es verdad es que la historia la estamos contando, la estamos construyendo constantemente, hoy sabemos más que hace 30 años y menos que dentro de 50. Es algo muy parecido a algunas ciencias en las que nunca puedes dar por sentado que las cosas están ya demostradas, sino que van a ir cambiando con nuevos descubrimientos.  Siempre comparo la labor de un historiador con la de un astrónomo, nunca vas a estar en una galaxia muy lejana, pero de alguna manera podemos claramente demostrar muchas cosas que están pasando allí. En cambio, los astrólogos son los que crean identidades, los que hacen el horóscopo día a día y te dicen tú eres así y te lo crees. Son las dos maneras de ver la historia que veo. Unos somos astrónomos, que sabemos que nunca estaremos allí, en el pasado, y por eso no me gusta traer cosas del pasado al presente, siempre chirría, pero no renunciamos a interpretar. La democracia ateniense era estupenda, pero tenía esclavos. El califato de Córdoba era multicultural, pero su modelo político y social no me parece que fuera buena idea traerlo al presente, piensa, por ejemplo, en la exclusión de las mujeres. Puedes construir muchas cosas de mi libro y construir un discurso islamófobo, pero parecería una horrible conclusión. La sociedad andalusí me parece fascinante, pero tenían esclavos, eunucos, etc.

¿No echa en falta que ustedes, los historiadores estén más presentes en el debate público?

Tienes toda la razón. Confluyen varias cosas: no estamos entrenados para hablar en los medios; hay colegas que abominan de cómo les reproducís los periodistas que no entienden que tenéis un espacio limitado; estamos tan hiperespecializados que nos cuesta ir a lo general; a veces somos reacios a exponernos a que nos digan cualquier barbaridad… Y todo es ha provocado que hayamos perdido nuestro lugar en la sociedad. Aún así, muchos estamos comprometidos para llegar a más gente. Por ejemplo, hemos creado una revista digital llamada Al-Andalus y la Historia, donde publicamos artículos cortos, enfocados, tratando de responder a preguntas concretas, que está funcionando muy bien. Unas veces los historiadores no lo  hacemos bien y otras la sociedad no nos ofrece canales para llegar correctamente. A veces, también nos llaman los medios esperando escuchar lo que les interesa y, quizá, nuestra respuesta no sea de su agrado.  Todo eso cuesta, porque nos es fácil dirigirnos al lector especializado y un libro como el mío cuesta años de trabajo. Hay gente que realmente está interesada en saber, pero de alguna manera no se canaliza bien esa demanda. Cuando se plantean temas históricas interesantes, a la gente le interesa pero hay que hacerlo aunando rigor con cuestiones que han sido relevantes e interesantes para la sociedad.

¡Buenas lecturas!

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9 comentarios

  1. Dice ser PRISIS PILITICS

    No hay que saber hacer nada con ese pasado, sólo estudiarlo y aprender de los errores. Es parte de nuestro pasado debido a una invasión y su permanencia durante 800 años. Tal y como está volviendo a pasar.

    05 abril 2019 | 16:23

  2. Dice ser JasonX

    Pues yo como gallego que soy pasado islámico poco o nada.

    05 abril 2019 | 17:48

  3. Dice ser LOBO TOMIX

    Pues la España de la reconquista lo tuvo muy claro.

    05 abril 2019 | 19:03

  4. Dice ser abc123456

    Los musulmanes nos invadieron y luego los expulsamos los españoles , la izquierda sin embargo nos quiere vender la historieta de que vinieron a españa a ser simpaticos y amables con nosotros , cuando en realidad nos retrasaron respecto al resto de europa, por tanto no entiendo esa especie de bucolismo pastoril que tiene la izquierdona con unos señores que simple y llanamente nos invadieron y que los tuvimos que echar lo cual supuso que muchisimos españoles tuvieron que morir, por supuesto que de estar tantos siglos algo nos dejaron, pero mas nos dejaron los romanos, el idioma, puentes, acueductos, derecho, etc, entre olvidar la historia y que una serie de progres digan tonterias que no se corresponden con la realidad prefiero que se olvide, ya tengo suficiente con todo lo que se inventan del franquismo .

    05 abril 2019 | 20:40

  5. Dice ser Predicador

    Si seguimos la argumentación de Carmen Calvo en la que manifestaba que la circunnavegación de la Tierra (año1519) no es un hecho historico español ya que España no existia, entiedo por lo tanto que España nunca ha sido islamica…

    05 abril 2019 | 23:02

  6. Dice ser Noticia

    Del Ebro para abajo todos moros, pero todos antes y ahora, que a vuestras subuelas les hicieron tras tras, jajajajajajajajajajj, cuantos españolitos de derechas tendréis sangre mora jajajajajajajajajajj, mestizos que sois unos mestizos.

    06 abril 2019 | 08:23

  7. Dice ser manolin

    ¿no?
    entonces cuéntame aquello de covadonga, las navas de tolosa, el cid, la conquista de granda, la quema de todos los libros de granada después de aquello, la expulsión de los moriscos, el santiago y cierra españa…

    06 abril 2019 | 10:20

  8. Dice ser Yo opino

    Los Reyes cátolicos se equivocaron únicamente en la expulsión de los judios.

    06 abril 2019 | 11:02

  9. Dice ser Psmith

    «las sociedades musulmanes» se dice en el texto, ¿ya no hay que concordar el sustantivo y el adjetivo?

    06 abril 2019 | 20:31

Los comentarios están cerrados.