Bernardo Galvez, el virrey español y héroe de la independencia de EE UU que sufrió su propia Leyenda Negra

Por España y por el Rey, Gálvez en América (2015), de Augusto Ferrer-Dalmau representa un momento de la batalla de Pensacola.

Bernardo de Gálvez, virrey de Nueva España, héroe de Pensacola y cuyo retrato está en la sala de fundadores del Capitolio del Congreso de los EE UU, era hasta hace unos años prácticamente desconocido para la mayoría de españoles. A rebufo de los reconocimientos estadounidenses -el retrato o su nombramiento como ciudadano honorario de EE UU por Obama-, los españoles empezaron en el siglo XXI a reconocer la figura de aquel político y militar del siglo XVIII. No fue el caso de Gonzalo M. Quintero (Lima, Perú, 1964), doctor en Historia por el Departamento de Historia de América de la Universidad Complutense de Madrid y con clases en Harvard y The John Hopkins University, cuya investigación sobre el personjae «empezó mucho antes de que todo eso sucediera». En este 2021, ha publicado una monumental biografía de Gálvez, Bernardo de Gálvez. Un héroe español en la Guerra de Independencia de los EE UU (Alianza).

«Mi intención es proporcionar una visión general de la situación del imperio español en la América del Norte a finales del siglo XVIII siguiendo la vida y carrera de Bernardo de Gálvez como representante de una generación de españoles empeñada en modernizar su país a través de los criterios racionales de la Ilustración«, me explica Quintero al preguntarle sobre su libro. «También he buscado ubicar en su adecuado contexto la guerra de Independencia de los Estados Unidos, analizándola desde la perspectiva de los conflictos inter-imperiales de la época superando la visión tradicional como únicamente una revolución por la independencia de los Estados Unidos». Y, «por último, el seguir la vida completa de Bernardo de Gálvez, permite abordar muchos otros temas».

¿Fue realmente la intervención de Gálvez en la Guerra de la Independencia de EE UU tan decisiva?, le pregunto.

La intervención de España en la guerra de la Independencia de los Estados Unidas fue ya en su momento calificada como determinante para la derrota de Gran Bretaña Así lo vieron las principales figuras políticas de la época, no sólo francesas y británicas si no también norteamericanas, como el propio general George Washington. Hasta la entrada de España en la guerra, los británicos mantuvieron la ofensiva basada en su superioridad naval pero la Armada española sumada a la francesa no sólo hizo que pasasen a la defensiva si no que los gobernantes españoles impusieron sus propios objetivos estratégicos a los franceses haciendo de Gibraltar el principal teatro de operaciones de la guerra y también llevándola al Caribe. Además, las campañas de Bernardo de Gálvez en el sur de lo que hoy son los Estados Unidos, impidió a los británicos poder concentrar sus fuerzas contra el por entonces muy debilitado Ejército continental norteamericano. Por último, la seria amenaza de la operación conjunta franco española que bajo el mando de Bernardo de Gálvez se estaba preparando en Haití para invadir Jamaica fue determinante para que el gobierno británico se decidiese a pedir la paz, pues hay que recordar que de todas sus colonias americanas, Jamaica era la que más riqueza proporcionaba a su metrópoli.

Detalle del retrato de Bernardo de Gálvez de Mariano Salvador Maella.

Una parte interesante, y menos conocida que el papel estadounidense del personaje, de esta biografía es la que se centra en su labor administradora como virrey de Nueva España. Quintero dibuja a un gobernante ilustrado que busca la modernización y reforma de la sociedad donde vive. «Como miembro activo de la Ilustración e impulsor del concepto de ‘felicidad pública’, Gálvez tuvo que hacer frente al ‘año del hambre’ en el que murieron miles de campesinos», explica este historiador. «Trabajó sin descanso para, y cito sus propias palabras, ayudar a: estas gentes infelices que, aunque pobres son los que engruesan a los ricos dándoles con una mano lo que reciben con otra, y son los que enriquecen a los reinos con sus brazos para el trabajo, con sus personas para la guerra, y con las contribuciones en sus consumos”, rememora.

A ojos modernos, quizá la mayor sombra sobre Bernardo de Gálvez pueda estar en su trato a los nativos americanos, en concreto a los apaches. Quintero recuerda «la necesidad de no aplicar criterios actuales a hechos ocurridos hace siglos, pues no hay que olvidar que el propósito de la historia no es el de juzgar o emitir juicios de valor, sino el de explicar y comprender el pasado». Y explica que «como ilustrado y como servidor del imperio», Gálvez «buscaba aplicar criterios racionales a los problemas que se enfrentaba lo que le llevó, en el caso de su participación en las campañas contra los apaches en el norte de la Nueva España, a cuestionar las políticas que hasta entonces se habían aplicado».

Recuerda que Gálvez pedía que a los españoles de la época que fueran «imparciales y conocieran que si el indio no es amigo es porque no nos debe beneficios, y que si se venga es por justa satisfacción de sus agravios (…) y de la poca fe que se les ha guardado y de las tiranías que han sufrido». El virrey propuso una relación con las poblaciones indígenas basadas en el comercio, en vez de en «el permanente enfrentamiento militar».

«Por otra parte, es importante destacar su informe titulado: Noticia y reflexiones sobre la guerra que se tiene con los indios apaches en las provincias de Nueva España», explica Quintero. «Este documento va mucho más allá de una simple descripción de sus campañas militares, pues Gálvez busca conocer las razones que empujan a los apaches a enfrentarse contra los pobladores del norte de la Nueva España mediante un análisis de su cultura de una manera tan profunda y racional (ilustrada) que este texto es considerado por los antropólogos de hoy en día como una de las fuentes principales para el conocimiento de la cultura apache de la segunda mitad del siglo XVIII», afirma.

Gálvez también sufrió, a pesar de todo, su propia Leyenda Negra…

Fue Alexander von Humboldt el primero en recoger el rumor que Bernardo de Gálvez pretendía erigirse en rey de un México independiente. No obstante, en primer lugar, fue el mismo Humboldt quién desechó la veracidad de eso que oyó en México allá por 1803, explicando claramente que, y cito a Humboldt: “El conde de Gálvez pertenecía a una familia que el Rey Carlos III había elevado rápidamente a un grado de riqueza y poder extraordinarios. Joven, amable, proclive a los placeres y al fasto, había obtenido de la munificencia de su soberano uno de los primeros puestos a los que un particular pudiera elevarse. Por tanto no parecería que le conviniese romper los lazos que, desde hacía tres siglos, unían a las colonias con la metrópoli. El conde de Gálvez, pese a su conducta propicia a ganarse el favor del populacho de México, pese a la influencia de una virreina tan bella como generalmente amada, habría corrido la suerte de todo virrey europeo que tendiese hacia la independencia. ¡En el seno de un gran movimiento revolucionario no se le habría perdonado el no ser americano!”

Por otra parte, es cierto que el rumor ha sido recogido y repetido varias veces, pero en este caso de trata de autores posteriores a la independencia de México en un momento en que los historiadores de éste país estaban construyendo su historia nacional, buscando antecedentes y legitimidades históricas al movimiento independentista, del que es muy difícil encontrar rastro alguno en la década de 1780. No hay que olvidar que una de las primeras cosas que hacen los países al nacer es crear una historia propia cuyo principal objetivo es, precisamente, justificar la existencia de este nuevo país. Así ha sucedido no sólo en Latinoamérica, si no también el los Estados Unidos o incluso en la propia Europa.

Sobre el papel de España y de De Gálvez en la Independencia de los EE UU, es inevitable preguntar al autor la razón por la que este rol esté tan olvidado en aquel país. El historiador cree que este asunto «ha cambiado mucho en las últimas décadas» por una serie de factores.

«El primero es la evolución de la imagen de España en los Estados Unidos, que ha evolucionado desde una idea romántica de nuestro país que partiendo de Washington Irving y sus Cuentos de la Alhambra, pasando por William Prescott y sus estudios sobre las conquistas de México y Perú, y llega hasta Hemingway y su Por quién doblan las campanas, a otra más “normalizada” que ve a España como país europeo desarrollado y democrático», enumera Quintero. «El segundo es la creciente importancia demográfica, económica y cultural de la población hispana en los Estados Unidos que, en busca de sus raíces, ha encontrado en el papel de España en la Independencia norteamericana y en la figura de Bernardo de Gálvez un modo de poner en valor su herencia dentro de la sociedad estadounidense. En palabras del presidente Ronald Reagan al proclamar en 1983 la semana nacional de la herencia hispana: “A lo largo de los años, los Hispanos han acudido a la llamada del deber en defensa de la libertad. Su valentía es bien conocida y ha sido demostrada una y otra vez, remontándose a la ayuda prestada por el General Bernardo de Gálvez durante la revolución americana».

Quintero traza un vigoroso y bastante luminoso perfil de Bernardo de Gálvez como «ejemplo de aquellos españoles nacidos en la península Ibérica que en América se encontraron en casa». «En América fue donde Bernardo de Gálvez fue herido, conoció a la mujer con la que compartiría su vida, donde nacieron sus tres hijos y donde quiso ser enterrado», concluye.

«Aunque un poco posterior a la época de Gálvez», explica, «quizá convenga recordar una de las mejores definiciones de lo que por entonces se entendía como España. El artículo primero de la constitución de Cádiz de 1812 establecía que «La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios». 

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1 comentario

  1. Dice ser Por supuesto

    Por favor, es de antes del glorioso triunfo del socialcomunismo en españa. No cuenta

    28 abril 2021 | 09:12

Los comentarios están cerrados.