Larrie D. Ferreiro: «Los EE UU nunca hubieran podido ganar la Guerra de Independencia sin Francia y España»

The Moonlight Battle. The Battle of Cape St. Vincent 16th January 1780, óleo sobre tabla de Thomas Luny, National Maritime Museum, Greenwich, Londres.

La Declaración de Independencia de los EE UU no solo fue eso mismo, «sino además una Declaración de que Dependemos de Francia (y también de España)». Esa es la tesis que el profesor de historia e ingeniería en la George Mason University de Virginia y en el Stevens Institute of Technology de New Jersey y  con más de 35 años de servicio en la Marina de los EE UU, los Guardacostas y el Departamento de Defensa, Larrie D. Ferreiro defiende en su obra Hermanos de Armas.  La intervención de España y Francia que salvó la Independencia de Estados Unidos, (Desperta Ferro, 2019), finalista del premio Pulitzer de Historia y llegada a España hace unos meses.

D. Ferreiro pinta una causa continental al borde del desastre hasta la intervención de Francia y España con su apoyo diplomático, económico, militar y naval. Con la entrada de las dos potencias europeas, aquel conflicto doméstico con mal futuro para el bando pequeño mutó en un conflicto global que se libró en tres continentes. Un libro que rompe definitivamente el relato aislacionista y solitario estadounidense.

Entrevisto a Ferreiro sobre esta nueva obra que explora la decisiva participación de España en la gestación de los EE UU, un rol ahora olvidado y ocultado en aquel país.

¿Fue el papel de esas dos potencias tan capital en la Independencia de los EE UU?

Francia y España habían salido malparadas de la Guerra de los Siete Años con Gran Bretaña, que terminó en 1763. España perdió Florida; Francia perdió Canadá y mucho más. Francia y España soñaban con una revancha contra Gran Bretaña. Eran aliados del pacto de familia borbónico, pero tenían objetivos diferentes. España quería retomar Gibraltar y Menorca y recuperar Florida (¿por qué? porque no podía tolerar la presencia de Inglaterra en el Golfo de México, en la ruta de los convoyes de la plata). Francia no quería recuperar Canadá, pero pretendía restaurar el equilibrio de poderes en Europa a su favor. La pieza fundamental de la revancha contra Gran Bretaña sería un asalto naval sobre Inglaterra, con una flota unificada que sería más grande que la flota británica.

En 1776, cuando el pueblo estadounidense se había convencido de que ya no podía vivir como colonias bajo las restricciones británicas en su comercio, los padres fundadores estadounidenses ya sabían que Francia y España querían la revancha por sus pérdidas. El problema era que las colonias no tenían la capacidad de defenderse por sí mismas: eran como un adolescente rebelde que abandona a su familia sin un céntimo en su bolsillo. Su armada era inexistente, sus armas escasas y en su ejército y milicias faltaban hasta del ingrediente más básico de la guerra moderna: la pólvora. El nuevo país necesitaba atraer a Francia y a España a la guerra, las únicas naciones con poder suficiente para llevar sus fuerzas a combatir directamente contra el ejército británico y capaces de atenazar a la famosa Royal Navy. Las asambleas de las colonias ya sabían que «a menos que declaremos abiertamente la Independencia, no hay ninguna opción de recibir ayuda exterior», por esta razón enviaron delegados al Congreso para crear un documento que anunció nuestra independencia. Por eso, afirmo yo que, en cierto modo, la «declaración de independencia» fue además una «Declaración de que dependemos de Francia (y también de España)«.

Llega a calificar de «mito de la autosuficiencia» del bando colonial, ¿sin ayuda internacional aquella lucha estaba condenada?

Como digo al final de mi libro, los Estados Unidos nunca hubieran podido ganar la guerra de independencia sin Francia, y Francia jamás hubiera tenido éxito sin España. España y Francia estaban ligadas por un tratado militar y familiar (los Pactos de Familia), puesto que las dos coronas pertenecían a la familia Borbón. El gran poderío inglés fue siempre su armada, la Royal Navy, pero Francia y España también tenían sus propias armadas reales. Separadamente, cada una era más débil que Inglaterra, pero al unirse las flotas, la armada borbónica podía superar a la Royal Navy. Durante la guerra, Francia y España juntas lanzaron asaltos anfibios contra el imperio británico, capturaban varios convoyes y amenazaron con la destrucción de las colonias británicas. Cuando la Royal Navy se vio abrumada, Gran Bretaña tuvo que pedir la paz.

Puede sorprender la visión tan global que da de la Guerra de Independencia, con episodios de ida y vuelta entre América, Europa, la India…

La Guerra de Independencia estadounidense fue en realidad una guerra global librada por imperios como continuación de los conflictos ya librados en los siglos XVII y XVIII, como la Guerra de los Siete Años, y que continuaría hasta 1815 con las Guerras Revolucionarias y Napoleónicas. Y los imperios siempre libraron sus disputas a través de los océanos. A lo largo de cuatro años de guerra, (1779-1783), las flotas hispano-francesas capturaron Pensacola, la capital británica de Florida; la isla de Menorca, también una posesión británica; varios convoyes ingleses por valor de miles de millones de pesos; y asaltaron las posiciones británicas en el Caribe, Gibraltar, África y India. Fuerzas españolas capturaron Nassau, en las Bahamas, e hicieron retroceder a tropas y marineros británicos (incluyendo a un joven Horatio Nelson) en Honduras.

¿Obtuvieron beneficios España y Francia de aquel apoyo?

Francia, de hecho, recibió muy poco beneficio material del tratado. Su principal ganancia sería la restauración del equilibrio de poderes en Europa a su favor. España recuperó Florida (lo que significaba que el Golfo de México era una vez más un lago español) y Menorca, pero no se logró recobrar Gibraltar. Aquí deseo abordar una ficción repetida a menudo, sobre la Revolución francesa como resultado de la Revolución estadounidense. La Revolución francesa no sucedió debido a la deuda pública francesa acumulada durante Guerra de la Independencia. Ese es un gran mito, pero no es correcto. Francia había salido de la Guerra de los Siete Años con aún más deudas, y logró recuperarse con éxito. El problema era que después de 1783, las finanzas del gobierno francés estaban muy mal administradas. Para 1789 no podían pagar sus préstamos, y su plan de aumentar los impuestos a los campesinos, pero no a las aristócratas, salió terriblemente mal.

¿Por qué el papel español en aquella guerra ha quedado tan olvidado?

Las historias más antiguas sobre la Guerra de Independencia, escritas en las décadas siguientes a la conclusión de las hostilidades, resaltaron el papel de España casi por igual al Francia. Después de que Lafayette hiciera su famosa gira por los Estados Unidos en 1824-1825, como uno de los últimos veteranos que sobrevivió a la guerra, el público estadounidense comenzó a glorificar el papel de Francia… y a olvidar el de España. Pero fue el trabajo del influyente historiador estadounidense George Bancroft, con su obra magistral History of the United States of America, escrita entre 1834 y 1878, el que sacó por completo a España de la escena, e incluso demonizó sus acciones. La obra estaba imbuida por la doctrina del Destino Manifiesto, cuando los estadounidenses creían que estaban en su derecho, otorgado por Dios, de expandir sus fronteras, y España y sus antiguas colonias como México se interponían en su camino. Principalmente por esta razón, los estadounidenses han olvidado la importancia de España en el nacimiento de nuestra nación.

Bernardo de Gálvez está muy de moda, ¿pero qué otros personajes españoles destacarían en la Independencia de EE UU?

De entre los muchos ejemplos de héroes españoles que estuvieron involucrados en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos me gustaría especialmente destacar a dos figuras: Diego de Gardoqui, quien fue uno de los primeros comerciantes quien proporcionó municiones y suministros a los insurgentes estadounidenses, con gran riesgo personal; quien luego se convirtió en el enlace crítico entre el gobierno español y los envíos de armas a los estadounidenses; y finalmente, en el primer embajador de España en el nuevo EE. UU. Y Jordi Ferragut Mesquida, mejor conocido como George Farragut, quien luchó bajo la bandera estadounidense en las batallas de Savannah, Charleston y Cowpens. Su hijo David Farragut se distinguió durante la Guerra de Secesión y se convertiría en el primer oficial naval estadounidense con el rango de almirante cuatro estrellas.

El incremento de población hispana del país, ¿no debería ser un acicate para divulgar y recuperar el papel español en el nacimiento de la nación?

Es inevitable que los EE UU vuelvan a reconocer cuán entrelazada está su historia con la de España y de la América española, desde su nacimiento hasta hoy en día. La razón por la que Estados Unidos sigue siendo la nación más importante para los inmigrantes es que no solo ayudamos a nuestros recién llegados a convertirse en estadounidenses, sino también que la nación misma cambia para adaptarse a nuestros recién llegados. Una gran cantidad de nuestros inmigrantes, sus hijos y nietos son de origen hispano y latino. Nos adaptamos a nuestros inmigrantes tanto como ellos se adaptan a nosotros. Es la razón por ejemplo por la cual los restaurantes de José Andrés son los más concurridos en cualquier ciudad, la razón por la que las tapas y los pinchos están muy de la moda, y también la razón por la que millones de estadounidenses, como yo, esperan ansiosamente que lleguen los próximos episodios de La Casa de Papel a Netflix.

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1 comentario

  1. Dice ser hOLA

    LO MISMO QUE LAS PROVINCIAS ESPAÑOLAS DE AMÉRICA, QUE NO COLONIAS, NUNCA SE HABRÍAN INDEPENDIZADO SIN LA COLABORACIÓN DE FRANCIA E INGLATERRA.

    16 enero 2020 | 15:57

Los comentarios están cerrados.