‘Overlord’, uno de los libros que pulverizó la cinematográfica y nacionalista visión aliada del Desembarco de Normandía

Desembarco de suministros en la playa Omaha en junio de 1944 (WIKIPEDIA)

«Actúan como si ya hubiesen ganado la guerra», dijo el tirador de su carro Tiger al As Panzer de las SS, capitán Michael Wittmann.  «Vamos a demostrarles que están equivocados», respondió. Y aquel 13 de junio de 1944, en una «emboscada de libro», Wittmann y sus carros de combate arrasaron una compañía británica en Villiers, en una «de las más devastadoras acciones individuales de la guerra». Un combate blindado entre calles, casas y carreteras. La estampa es relatada con detalle y nervio por Max Hastings en su último libro aparecido en España Overlord. El Día D y la batalla de Normandía (traducción de Hugo A. Cañete, Esfera de los Libros) y es uno de los pasajes favoritos del editor del libro en España, Félix Gil.

Los restos de la columna de transporte británica y un arma antitanque que Wittmann destruyó. (Bundesarchiv)

Lo cierto es que Hastings, reconocido historiador militar británico y antiguo periodista, es un habitual de las librerías españolas. En los dos últimos años, han aparecido en nuestro país, además del título que comentamos hoy, su monumental La guerra de Vietnam (en Crítica) y un estupendo retrato de perfiles de militares de los dos últimos siglos en Guerreros (en Desperta Ferro). Overlord es una novedad en español, idioma al que no había sido traducida hasta ahora, pero fue publicada en inglés originalmente en 1984.

En el prólogo a esta edición española, Hastings recuerda que entonces estuvo a punto de sufrir «una muerte profesional» porque veteranos de ambos lados del Atlántico le criticaron furiosamente por su visión de aquella capital operación. Solo el respaldo público de oficiales de alta graduación británicos y estadounidenses le pudo salvar.

A muchos no les había gustado que Hastings pusiera de manifiesto que los mandos aliados estaban convencidos de que solo podrían derrotar al ejército nazi en «las condiciones más abrumadoramente favorables» y así fue como se diseñó una operación tan colosal como el Día-D. El historiador inglés luchó contra «los cómodos mitos chovinistas» y «nacionalistas» que seguían vigentes cuarenta años después del desembarco y buscó ofrecer una versión «franca» que sigue vigente a día de hoy.

«Supuso una verdadera revolución porque hasta ese momento primaba una versión muy “cinematográfica”, si se quiere llamar así, de lo que los ejércitos aliados hicieron en Normandía», asegura el editor de esta obra en español, el mencionado Félix Gil: «Hastings puso de manifiesto por primera vez la mala preparación de los hombres y su poca experiencia en combate contra unos enemigos más veteranos y aguerridos. Hombre a hombre, los alemanes eran superiores y de no ser por la abrumadora superioridad material aliada, la guerra podría haberse alargado más aún».

«Es una historia militar, pero, también, y en gran medida, social de esta campaña», explica Gil. «Tiene una perspectiva muy característica entre los historiadores anglosajones que es la de observar la guerra desde abajo, a pie de campo de batalla», desmenuza, «Hastings construye su relato no solo desde la sala de mando o desde el cuartel general de Estado Mayor, sino desde la torreta de un panzer, desde una lancha de desembarco, desde la cocina de campaña de retaguardia, desde la casa destruida de un civil en Caen o desde la cama de los heridos durante los combates en Falaise».

El antiguo corresponsal e historiador logra trenzar un vertiginoso relato desde antes del desembarco y hasta agosto de ese año 1944.  En su narración, se mezclan testimonios y fuentes de distintos bandos y nacionalidades, anécdotas con grandes hechos, y además, un crítico análisis de aquella operación que, sin embargo, el mismo reconoce que «su ejecución causará la admiración de la humanidad por los siglos de los siglos». Fue, según el propio autor, «la ocasión en la que en el teatro occidental se estuvo más cerca de las condiciones del Frente del Este o, incluso, de los combates en Flandes treinta años antes», por la exigencia y dureza del choque. Y es precisamente esa dureza, esa brutalidad de la guerra, la que Hastings logra transmitir.

Hastings redondea esta gran obra de historia militar con un guiño al lector español. Si Hitler hubiese conquistado Gibraltar a través de España, «ofreciéndole a Franco concesiones territoriales en África», la historia habría sido bien distinta, vaticina. Pero mejor que hacer un ejercicio de historia contrafactual, resulta quedarse con el espléndido relato la mayor operación anfibia de la historia y la conquista de Normandía.

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