Simon Scarrow se echó a la mar (romana)

Fotograma de la batalla naval de la versión de Ben-Hur de 2016.

Simon Scarrow avanzó una vez que estaba pensando en escribir una serie de novelas históricas ambientadas en el mundo marítimo de la Antigua Roma. Un autor se le adelantó –¿este?– y decepcionado abandonó el proyecto, según se dice. Este verano ha llegado a España Piratas de Roma (firmada junto a T.J. Andrewes, Edhasa) y uno se pregunta si este era aquel proyecto perdido u otro nuevo.

Piratas de Roma fue publicada el año pasado originalmente como una serie de novela en cuatro entregas en formato digital –Pirata, se titulaba en inglés-. A España nos llegan reunidas en un solo volumen formando una sólida novela de aventuras.

La novela es una pura novela de Scarrow, de aventuras, con épica y batallas. Es la historia de Telémaco un mendigo del Pireo que, por distintas casualidades y entuertos, acaba en barco mercante para caer seguidamente en manos de unos piratas en el Adriático y ser forzado a unirse a ellos.

Scarrow es un artesano de este tipo de novelas y conoce muy bien en qué aguas navega y quiénes son sus lectores. Sus personajes son gente arrojada, dura pero con los que es fácil empatizar. Sus descripciones de las luchas y batallas navales son gráficas y llenas de ritmo. En este caso, además sabe conjugar la ambientación histórica -que resulta diferente, no recuerdo ninguna novela en la que salga piratas del Adriático- con las clásicas historias de los piratas del Caribe que hemos leído y visto en pantalla durante décadas. Hay piratas sanguinarios con código, otros traicioneros, hay bases de piratas recónditas, y en vez de ser las flotas británicas o españolas los perseguidores, esta vez asume el papel de villano la flota del imperio romano en tiempos de Tiberio. La conjunción de ambos elementos funciona y logra crear un conjunto bastante atractivo.

Es verdad que Piratas de Roma hace demasiadas concesiones a la velocidad -resulta algo inverosímil, a pesar del arrojo e inteligencia de Telémaco, su ascenso- y a algunos momentos algo previsibles del argumento. No es, acostumbrados a Cato y Macro o a su serie sobre Napoleón y Wellington, una de las mejores novelas del autor. Y tampoco necesita serlo, porque Scarrow nos regala una novela de aventuras marítimas bien urdida, eficaz y sin pretensiones. Una novela facilona que entretiene: más veraniega imposible. También funciona para aquellos fans del autor británico que estén un poco cansados de Cato y Macro y quieran seguir leyendo novelas de corte similar, pero dejando descansar.

Nos quedamos con la duda de si algún día Scarrow se lanzará de nuevo a la mar con aquella idea que se quedó en nada. Quizá fuera esta, pero lo dudo. Lo que sí ha demostrado es que maneras para escribirla tiene.

¡Buenas lecturas!

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1 comentario

  1. Me voy a apuntar este libro, me gustan las aventuras romanas, gracias.

    22 agosto 2020 | 11:07

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