El misterio del mensaje indescifrable de la Segunda Guerra Mundial encontrado en una paloma

Un piloto de la RAF con una paloma mensajera durante la Segunda Guerra Mundial (Collections of the Imperial War Museums)

En el año 2012, un jubilado inglés limpiaba su chimenea cuando encontró los restos de una paloma. No fue un hallazgo cualquiera: se trataba del esqueleto de un ave mensajera, utilizada por el Gobierno durante la Segunda Guerra Mundial y en cuya pata, atado en un canuto, llevaba un mensaje cifrado. Los expertos en criptografía trataron de descifrarlo… sin éxito y la noticia saltó al mundo. Al otro lado del Atlántico, un directivo que deseaba dejar su trabajo en la empresa y volcarse en su pasión literaria leía con atención aquella noticia.

Siete años después (ocho, para su edición española que ha salido en enero), Alan Hlad publicaba El largo camino a casa (traducción de Montse Triviño González, Espasa), su primera novela y su primer éxito. Una ficción ambientada durante la Segunda Guerra Mundial, con una historia de amor y que trata de imaginarse la historia de ese mensaje… y su contenido. Hlad debe estar agradecido a aquella valiente ave: tras su éxito en su idioma nativo, en España se ha aupado en las listas de los más vendidos al poco de salir.

Este afable economista reconvertido a novelista explica a 20minutos en su reciente visita a Madrid que quería aportar algo «nuevo» a la ingente cantidad de ficciones que había escritas y filmadas sobre la Segunda Guerra Mundial. «Cuando leí aquella noticia», asegura, «no me la pude quitar de la cabeza. Y pensé que no había nada escrito sobre el Servicio Nacional de Palomas británico durante la guerra».

«Durante aquel conflicto se utilizaron 200.000 palomas mensajeras y se lanzaron unas 16.000 tras las líneas enemigas en la llamada Operación Columba», afirma Hlad que cree que «es importante que conozcamos esa historia. Las palomas son terriblemente inteligentes: tras la guerra, Reino Unido condecoró a 39 de ellas».

Este estadounidense ha volcado sus inmensas lecturas sobre la guerra y la Inglaterra bajo el Blitz, la campaña de bombardeos nazis, en la historia del piloto estadounidense alistado en la RAF, Ollie; la miembro del Servicio Nacional de Palomas, Susan; y la paloma Duquesa. Sin embargo, más allá de los libros, asegura que lo «más útil» para la documentación de esta novela ha sido el archivo de la BBC La guerra de las personas, un compendio de 47.000 testimonios de la Segunda Guerra Mundial de personas anónimas. «Con esos testimonios, vi cómo se sentía la gente bajo las bombas», explica.

El escritor estadounidense Alan Hlad (FOTO Anne Martin McCoy)

Hlad confiesa que se se siente un «activista por el bien de los animales». ¿No sintió la tentación de volcar esa sensibilidad tan actual en una novela ambientada en los años 40? «Es uno de los temas que más se abordan en los clubes de lectura, que he hecho, pero, si estas concienciado no hay miedo de volcar tus sentimientos. He tratado de ser veraz con la historia y aquel momento«, asegura. «Aunque fue difícil, porque yo no sé si sería capaz de adherir una cápsula a la pata de un animal y lanzarle desde un avión en medio de una guerra».

Este novelista asegura que ha volcado su fantasía al leer aquella noticia -«la de que el mensaje no solo contenía información militar»- en esta ficción, inspirada en las obras que adora sobre la Segunda Guerra Mundial («las películas y novelas de El paciente inglés y La mandolina del capitán Corelli») y huyendo de las que más le desagradan («aquellas que usan la guerra solo para hacer explícita la violencia»).

¿No le da miedo que alguien logre descifrar el mensaje? «Tuve ese miedo mientras escribí la novela», explica, «porque arruinaría la trama. Pero ya no, ahora de hecho, quizá le añadiría más encanto».

La pasión por la historia y por contarla le viene a Hlad desde niño -«mi madre inspiró esa pasión»- y de tradición familiar. Su abuelo luchó, durante la Primera Guerra Mundial, en la marina del imperio austrohúngaro y su padre, ya en las filas de EE UU, en Corea. «Siempre me gustó escuchar las historias de mis mayores sobre aquellos tiempos, sobre las guerras, la Gran Depresión, etc.», confiesa.

Hlad es un fanático del género histórico, es parte de una Sociedad de autores del género y trabaja a conciencia la documentación porque está convencido de que las novelas «enseñan», más en estos tiempos de Trump, el Brexit, los populismos… «De verdad, la situación política actual no me deja dormir», afirma. «Claro que me preocupa más lo que pasa en EE UU donde muchos de nosotros no estamos de acuerdo con lo que pasa y estamos deseando volver a votar, acertar esta vez y volver a la normalidad. Nuestro país no puede rechazar a los migrantes, porque todos mis conciudadanos y yo, nuestros antepasados, provenimos de otros lugares. El brexit también me afecta, porque la mitad de la familia de mi mujer vive allí. Pero tengo esperanza, creo que al final saldrá algo bueno de todo esto. De hecho, esa también es la esencia de El largo camino a casa, la esperanza», afirma.

Solo queda una pregunta en el aire, saltar de directivo de empresa a escritor, ¿sale a cuenta? «Cuando miro atrás, solo puedo pensar: ojalá lo hubiera hecho antes».

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1 comentario

  1. Dice ser Yomismo

    ¿pero que dice el mensaje?

    10 marzo 2020 | 09:39

Los comentarios están cerrados.