Borja Cardelús: «Sin la intervención de España, EE UU no se habría podido independizar cuando lo hizo y California quizá sería rusa»

Borja Cardelús (foto cedida)

Con el viaje de los reyes de España a EE UU de hace unos días y las continuos mensajes sobre las conexiones hispanas de los dos lados del Atlántico -la pareja real visitó una exposición patrocinada por Iberdrola en Nueva Orleans llamada «Memorias recobradas. España, Nueva Orleans y el apoyo a la Revolución Norteamericana«- que se hicieron durante el viaje todavía en la mente, traigo esta entrevista con Borja Cardelús, director de la Fundación Civilización Hispánica, nacida este 2018. Esta fundación busca luchar contra la Leyenda Negra que pesa sobre la historia de España, reconocer su legado y obra y promover la identidad de la cultura hispana a ambos lados del océano.

Para esa misión, esta fundación se basará sobre todo en libros ilustrados, exposiciones y proyectos audiovisuales para cine y televisión. Cardelús, en esa línea, es autor de un libro publicado este año con esta misión: La civilización hispánica. El encuentro de dos mundos (Edaf), donde defiende y explica que el descubrimiento de América no supuso la imposición de una cultura española, sino que nació una nueva civilización mestiza.

De su Fundación, del libro y de muchos más temas relacionados, charlo con este divulgador de largo recorrido -y de diversos asuntos- y secretario General de Medio Ambiente en el Gobierno de Aznar.

Lucha contra la Leyenda Negra sobre la conquista de América… ¿A quién cuesta más convencer, a los americanos o a los españoles?

Va a ser muchísimo más difícil convencer a los americanos. En España está asumida la Leyenda Negra, pero digamos que aquí hay un concepto social e histórico más favorable. Allí la Leyenda Negra ha sido más machaconamente vertida durante muchos siglos y va a ser más difícil erradicarla. Pero confiamos en que la verdad se abrirá paso, y no solo en círculos intelectuales, donde ya va estando más admitida la mentira de la Leyenda Negra, sino en círculos populares y eso solo se hará cuando el cine, la televisón y los medios de masas hablen sobre ello.

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Pero allí, la influencia de la cultura estadounidense y anglosajona es bastante influyente…

Más que la estadounidense, es sobre todo inglesa. Ha sido Inglaterra quien ha alimentando constantemente la Leyenda Negra. Inglaterra se metió por medio cuando se independizaron las repúblicas iberoamericanas y aquello que era una unidad en lo político, lo lingüístico, social y religoso, consiguieron fragmentarlo en 19 repúblicas para controlarlas mejor. Y por otra parte, alimentó la Leyenda Negra para separarlos de los españoles. Lo consiguieron, esa idea ha anidado en ambas orillas.

En su libro habla de varios aspectos de cultura material e inmaterial que conectan ambos lados del Atlántico en una civilización común, ¿cuál es el aspecto más identificativo, el que más caracteriza a esa civilización hispánica?

Sin duda, el que deriva de la fusión de sangre, el carácter y la filosofía de vida, la querencia por la fiesta, el sentido familiar amplio, la pasión por la vida… Todo eso nos une de una manera fortísima porque está en nuestra raíz. Está en el ADN, que no solo es físico, sino también cultural. Al mezclarse ambas sangres, se incrustraron en el ADN la manera de ser de ambos y surgió un modo de ser en ambas orillas.

¿No resulta un poco complejo de vender al público esa unidad hispánica a ambas orillas del océano, cuando está en amargo y enconado debate la propia unidad de España?

Esa situación es consecuencia de no haber defendido, divulgado y difundido lo que ha hehco España por la humanidad. Eso es lo que llena de orgullo a los países y a las sociedades. España y los hispanos han contribuido en muchos aspectos esenciales de la humanidad: la lengua, el poblamiento de América y su inclusión en el mundo occidental, la supervivencia de las razas indias, la música y la literatura… Unas contribuciones esenciales para que tanto españoles e hispanos estén orgullosos de lo que son. En otros países, Francia o Inglaterra, están orgullosos porque conocen su historia. Aquí, en buena parte, por la transferencia educativa a las comunidades autónomas, no se conoce la contribución a la historia del país como tal y no hay orgullo ni identificación alguna.

En esa búsqueda de revertir la Leyenda Negra y enorgullecernos de nuestras aportaciones… ¿no se corre el riesgo de ir de extremo a extremo, de pasar de una visión negativa a otra beatífica, pero también irreal?

Es un peligro, pero en este caso no buscamos pasar de una Leyenda Negra a una leyenda rosa. Queremos llegar a la verdad, pero es que resulta que la verdad es lo contrario a lo que dice la Leyenda Negra. Piense en el famoso genocidio que supuestamente practicó España en América: no fue así, está comprobado que de diez indígenas que murieron a la llegada de los españoles, nueve lo hicieron por enfermedades y solo uno por acción armada. Está demostrado que no destruyeron culturas sino que crearon una nueva, que llenó América de pueblos, hospitales y universidades. Está comprobado que cuando llegan los españoles había trece millones de indios y hoy hay 17. En los territorios a los que llegó Inglaterra no quedan apenas indios. Por algo será.

Compara las colonizaciones española e inglesa, y sin embargo, en EE UU se debate si retirar estatuas de Colón o la ciudad de Los Ángeles elimina el Columbus Day (el Día de la Hispanidad), pero no se critica la colonización anglosajona  …

Eso es así, en efecto. La colonización inglesa fue distinta: traían familias enteras por lo que no se mezclaban y de eso modo no pudieron crear una cultura nueva. No contaron nada con los indios, solo les interesaban sus tierras y cuando éstos protestaban, eran eliminados. Los españoles fueron hombres solos y se mezclaron con las nativas, por un lado, y por el otro se conservaron las razas indígenas. Y hoy, en EE UU no tienen ningún interés en meterse con sus ascendentes, porque son ellos mismos. En la parte española de ese país, los criollos e indios sí crtitican a sus ascendientes españoles y es una gran contradicción. Atacan estatuas de Colón o de Junípero Serra, que fue el fraile franciscano gracias al cual se conservaron las razas indígenas de California. Destruyen a quien les permitió sobrevivir. Es una injusticia, una aberración y un error.

Error que tampoco debe sorprender, ya que en EE UU, y se ha visto en el nuevo museo de la Revolución Americana, suelen pasar de puntillas sobre el apoyo español a su Guerra de Independencia y dan más peso a la ayuda francesa, por ejemplo…

Eso es otra cosa sorprendente, que no se conozcan las grandes aportaciones de España a la creación de ese país. Y son dos aportaciones esenciales. La primera, el apoyo de la corona española a la independencia. Como reconoció George Washington, sin la intervención española EE UU no se habría podido independizar en aquel momento. Y la segunda: sin España, California hoy sería de Rusia y no de EE UU. En el siglo XVIII, Carlos III, viendo que Rusia baja desde Alaska por California instalando factorías,  ordena ocupar California y gracias a eso desplaza a Rusia hasta Alaska, que llegó a ser de soberanía española. Y cuando España se fue, fue muy fácil echar, para EE UU, a México. No habría sido así con Rusia. Por todo esto, nuestra obligación es que se hable de esto con películas, con series, libros, documentales…

Se refiere a ficciones de todo tipo, pero incluso en España la visión de las series, novelas y películas está muy influenciada por esa visión negativa de la Leyenda Negra…

Naturalmente. De una manera genérica aquí se asume que fuimos a América a matar indios y robar oro. No fue así. De lo de matar indios, ya he hablado pero sobre el oro diré que la Corona solo retenía el 20% del oro y la plata de las minas de allí, que eran propiedad de los criollos.

¿Y qué tal se lleva con los políticos? Parece que aquí este tipo de iniciativas se identifican casi exclusivamente con la derecha…

Es verdad, muy rápidamente se tilda todo este movimiento de nacionalismo español y no es así. Todos los estados modernos y civilizados se ocupan de su historia, y lo hacen de una manera machacona y constante. Aquí no, quizá por influjo de los 40 años de Franco que no es más que una anécdota en 500 años de historia. Cuesta mucho mover a la clase política. En este caso, encontramos apoyo del anterior ministro de Asuntos Exteriores, Dastis, que me presentó este libro en Casa de América (esta entrevista tuvo lugar antes del cambio de Gobierno). Pero cuesta, porque no tratamos de hacer congresos o charlas, queremos hacer cosas que lleguen realmente al público, así que hablamos de televisión o cine.

¿Nos puede avanzar alguno de esos proyectos?

Estamos presentando varios proyectos, algunos sobre las contribuciones hispánicas a la humanidad o de España en la historia de EE UU. Tenemos la intención de saltar al otro lado del charco donde si consiguiéramos introducir los largometrajes que tenemos pensados sería darle una vuelta de tuerca completamente. Todo lo que se haga en EE UU llega a todo el mundo. Tenemos motivos, como los hemos hablado aquí, con argumentos muy comerciales para el cine.

No sé si sabe que Spielberg y Bardem, bajo el paraguas de Amazon, preparan una serie sobre Hernán Cortés…

Sí, y me da bastante temor, sobre todo por Spielberg que no se ha caracterizado como un gran amigo de España y su historia. Veremos a ver. Quiero acercarme a esta producción para ver qué están haciendo y ver si puedo aportar. En cualquier caso, no creo que la forma adecuada de luchar sea ir contra eso, sino hacer un proyecto entre España, México y EE UU que cuente la verdad y no presente a Cortés como un semidelicuente, como en una serie reciente en España (se refiere a Carlos Emperador), sino como el hombre renacentista, con visión de estado y constructor del México moderno que fue. Esa visión negativa ya está cambiando incluso en México donde se le empieza a valorar como el arquitecto de una nación.

¡Buenas lecturas!

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Tags: borja cardelús, civlización hispánica, conquista de america, Cristóbal Colón, Junípero Serra, leyenda negra | Almacenado en: siglo XVI, siglo XVII, siglo XVIII