Mario Escobar: «Los niños españoles también fueron menas durante la Guerra Civil»

El escritor Mario Escobar en el Zoo de Berlín.

«También los niños españoles fueron menas (menores extranjeros no acompañados) durante la Guerra Civil. Lo fueron en México, en Rusia…» Quien lo dice es el escritor e historiador Mario Escobar que acaba de publicar su última novela, Recuérdame (Harper Collins Ibérica, 2019), que rescata la historia de los niños de Morelia, aquellos 456 niños españoles que fueron llevados a México para protegerlos del conflicto que asolaba su país. Una reflexión necesaria, más en estas semanas, donde los menas y, en concreto un centro en Madrid, han estado, desgraciadamente, de actualidad.

Escobar que ha destacado, dentro y fuera de España, con decenas de novelas de aventuras, thrillers y, sobre todo, emocionales novelas históricas basadas en la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto (como Los niños de la estrella amarilla, Canción de cuna de Auscwitz o Nos prometieron la gloria) regresa a un tema que no trataba desde una de sus primeras obras, El país de las lágrimas, quizá su novela más personal donde noveló la historia de su familia durante la guerra. «Quería hacer un libro sobre otro de los grandes dramas del siglo XX, la Guerra Civil española», me explica este escritor, «La guerra siempre estuvo presente en mi familia, se hablaba mucho de ella y para mí, en Madrid, siempre sentía su aliento: aquellos escenarios del drama eran los mismo de mi infancia y juventud: la Casa de Campo, la Gran Vía…»

Escobar no está de acuerdo con ese generalizado (y, a menudo, injusto) lamento de «otra novela de la guerra civil». No, para este autor, no se ha escrito demasiado sobre aquel conflicto, al menos no de una manera adecuada: «Es un tema que se ha tratado de manera o muy parcial o muy técnica».

Este escritor madrileño descubrió la historia de aquellos niños promocionando una novela anterior en México: «Se me acercó una de aquellas niñas; tras hablar con ella, pensé que era hora de recordar aquellos niños que sufrieron el exilio y el abandono».

A la hora de acercarse a aquella trágica experiencia este autor confiesa que «se ha sentido muy próximo a aquella historia porque el drama humano es universal: todas las madres, hijos sufren igual», pero al mismo tiempo le empujaba una necesidad de contar aquello: «Creo que es importante recordar, porque vivimos situaciones muy complejos donde se jalea el odio y el resentimiento, muchas veces usando temas como la Guerra Civil. Es buen momento para recordar todos lo terrible que fue para que no se repita. Los enconados odios de hoy tienen que ver con los del 34 y el 36.  Tenemos que advertirnos que aquello no puede volver a suceder». Y considera «imprudente» que los políticos utilicen la Guerra Civil como «arma arrojadiza y juego sucio»: «No hay nada más despreciable. Necesitamos una verdadera memoria de aquello; necesitamos museos sobre aquello, igual que los hay por todo el mundo».

«Aquellos niños y su historia no nos son tan ajenas», explica el novelista, «porque vivimos uno de los momentos con más desplazados en los últimos años. En Siria, Venezuela, Irak… No podemos estar seguro de que nosotros no lo acabaremos viviendo». Al escribir esta novela, Escobar se imaginó cómo sería vivir aquello para él, como padre, y para sus hijos. Y de esa reflexión, incluso nació el título de la novela. «Le pregunté a mi mujer que qué le diría a los niños si se enfrentaran a eso: ella contestó que les pediría que la recordaran. El desarraigo es lo más triste del exilio, el no sentirse parte de nada. También los españoles fueron menas entonces, en Rusia, México… Estaban en el extranjero, sin adultos, con ira contenida…» Y cree este autor que deberíamos reflexionar sobre esto cuando se refieren a los menores extranjeros no acompañados en España a día de hoy, muchas veces con una falta de tacto y sensibilidad alarmante.

En la novela el protagonista trata de salvar a sus hermanos, pero también intenta que no olviden. «En México el recibimiento fue triunfal, pero también sufrieron algo parecido a lo que ven los menores extranjeros hoy en España. Un director de uno de los centros les trató de manera terrible; no les llegaba todo el dinero , pasaron frío, les humillaban por ser españoles… Murieron algunos y la adminsitración utilizó a algunos como capos. No fue un camino de rosas para ellos, no sabían qué hacer con ellos cuando cumplían la mayoría de edad, luego algunos tuvieron que volver a la España franquista…», relata el escritor.

Toda Recuérdame se centra en contar la guerra desde los ojos de adolescentes y niños, «las víctimas más inocentes». «El régimen franquista actuó despiadadamente con los hijos de los vencidos, en la novela hablo de un centro como el Paracuellos donde hubo abusos, humillaciones… Incluso en el 39, la Falange creó una organización para secuestrar niños españoles en el exilio, sobre todo en Francia: pensaban que tenía bajo tutela estatal porque creían en aquello del gen rojo. Y eso lo sumas a los campos de concentración que existieronEl franquismo no quiso vencer, sino exterminar física, espiritual y políticamente al enemigo«, explica Escobar, pero añade que quiso «reflejar que en los dos bandos hubo gente despiadada y gente misericordiosa, porque en las guerras todos pierden».

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2 comentarios

  1. Dice ser perico el de los palotes

    No creo que se juntasen en pandillas de 40 o 50 como van por la playa de Valencia los marroquíes robando al descuido

    07 diciembre 2019 | 15:48

  2. Dice ser jose luis

    ¿que tendran que ver los españoles que fueron a esos paises con los menas actuales? los españoles fueron a otros paises de forma pacifica, cumpliendo las normas de esos paises, no se puede comparar con esta gentuza violenta y delincuente que ha venido a españa que se escapa de los centros de menores trepando por las vallas que agrede a los profesores y vigilantes y en la calle protaganizan peleas y robos contra la poblacion autoctona, este izquierdoso haria bien en cerrar el boquino y no decir tonteria y mentiras con el unico objetivo de quedar bien y que le den el carnet de progre.

    07 diciembre 2019 | 16:24

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