EFE
Confesaba Jesús Sánchez Adalid en la entrevista que le hice aquí en XX Siglos que tenía ganas de volver a la Córdoba del siglo X, a la del califato, a la de su gran novela El mozárabe. En este caso, parece que una cierta nostalgia ha sido positiva: Sánchez Adalid ha vuelto a aquellos fueros en Los baños del pozo Azul y lo ha hecho con grandeza. Sin duda, es una de sus novelas más ambiciosas y seguramente más logradas de los últimos años.
El autor extremeño pone al lector en medio de un conflicto por el poder entre Subh Um Walad, la madre vascona del califa, ya retirada de la vida pública, y su antiguo amante, consejero y gobernante real del califato, Almanzor. Él trata de ganar todo el poder para legárselo a sus hijos. Ella, intenta recuperar el poder para su hijo sin provocar un derramamiento de sangre. Son dos amantes maduros que sobreponen sus obligaciones a sus pasiones.
Junto a un relato fascinante y bastante profundo de ambos grandes personajes, Sánchez Adalid crea un microcosmos de pequeños personajes secundarios que llena de color y diversión las calles de esa mítica Córdoba recreada. Eunucos viejos, descontrolados y corruptos, criadas respondonas, poetas ambiciosos… Todos ellos pintan ante el lector, mediante la prosa sosegada y reflexiva del autor, una Córdoba crepuscular, que brilla y fascina, pero que comienza a ser consciente de que los buenos tiempos, los de la grandeza, nunca volverán.
Junto a las grandes pasiones y al poder, uno de los elementos que borda en esta novela el autor es del humor. Bien dosificado y centrado en los pequeños secundarios (pequeños, pícaros, anónimos, si se quiere pero determinantes en la historia) que protagonizan algunos momentos descacharrantes de la novela. Atentos a una visita de un eunuco y una criada a la casa de un brujo. «Es difícil meter humor en una novela con una documentación tan serie», decía Sánchez Adalid, «pero ayuda». En este caso acierta.
Y así, Los baños del Pozo Azul se erige como una gran novela histórica, emocionante y divertida, con la que forma un hermoso fresco de la Córdoba califal.
Os recuerdo que está abierta la votación para elegir las mejores novelas históricas del año y que Los baños del Pozo Azul están entre ellas.
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Interesante reseña… Y menudos dos protagonistas para este libro. Y ya si además hay algún momento de humor… Me lo apunto para pedirlo a los «Reyes Magos» jejeje
07 diciembre 2018 | 12:30