Empar Fernández: «1918 fue un año determinante e infernal»

Hospital militar de emergencia durante la epidemia de gripe de 1918, Camp Funston, Kansas, EE UU. National Museum of Health and Medicine, Armed Forces Institute of Pathology, Washington, D.C., United States (WIKIMEDIA)

Empar Fernández (Barcelona, 1962) es más conocida como novelista de género negro, pero en los últimos años nos está acostumbrando a ver novelas suyas en las estanterías de histórica. Tras el éxito en 2017 de su Hotel Lutecia, regresa con la novela La epidemia de la primavera (Suma de Letras), donde nos traslada justo un siglo atrás, al año final de la Primera Guerra Mundial y a la pandemia de gripe mal llamada «gripe española». Y lo hace a través de dos personajes, una joven española y un estadounidense, que le dan para mostrar cómo vivió España aquel año «decisivo», hace ahora justo un siglo.

¿Cuándo pensó en mezclar en la misma novela la Primera Guerra Mundial, la gripe española y la situación en España?

Fue un poco causal. Soy profesora de Historia y llevo muchos años insistiendo en que 1918 fue un año decisivo. Casi por casualidad leí un reportaje sobre la gripe española, que coincidió en el tiempo con el final de la Gran Guerra. Me pareció un momento tan apasionante que pensé: hay una novela aquí dentro. Me documenté, pensé que era interesante retratar la lucha contra las tiranías y cómo, mientras se libraba esa lucha, en pueblos y ciudades luchaban contra un tiranía que nadie lograba explicarse y que además se cebaba con la gente joven.

La enfermedad aprovechaba los grandes movimientos de población que provocaba la guerra..

Claro, cuando se desmovilizaban los soldados, habían contraído la gripe y ayudaban a dispersar la epidemia, que ya campaba a sus anchas. Incluso españoles que fueron a la vendimia en Francia, volvían con ella.

Eligió una protagonista española, ciudadana de un país neutral, ¿por qué?

Primero, porque aunque España era neutral se usaba aquello de a río revuelta ganancia de pescadores. Muchos empresarios españoles, sobre todo catalanes, hicieron negocio con el conflicto. Muchas empresas británicas o francesas habían quebrado por la guerra y era su oportunidad para exportar la producción industrial y agrícola. Pero si exportabas al exterior, escaseaba en el interior: se vivía escasez y aumento de precios. Eso golpeaba a las clases más bajas. En la Barcelona de 1918, había escasez de harina, carbón y otros productos, y las mujeres salieron a la calle a reclamar: eran ellas las encargadas de llevar el plato a la mesa y ellas lucharon porque se respetaran los límites de precio marcadas. España era neutral, pero la neutralidad también trae problemas.

Para mostrar esas protestas, ¿necesitaba que Gracia Ballesteros, su protagonista, fuera mujer y joven?

Es una chica joven, que llega a Barcelona desde el pueblo y ella descubre la ciudad, el barrio y esas protestas de mujeres que protagonizan verdaderos altercados. Ve la realidad y no la entienda, pero va siendo golpeada por la tragedia y en unos meses pasa de ser una recién llegada que mira todo con cara de susto a una mujer decidida, que planta cara la vida y a la tragedia y que quiere sobrevivir.

¿Fue más difícil ponerse en la piel de un estadounidense de la época?

Lo que requiere en otro tipo de documentación. Hay detalles que no sabía: por ejemplo, que los relojes de pulsera lo trajeron los soldados estadounidenses, aquí teníamos de bolsillo; en las trincheras se encendían bombillas que en las mayoría de casas no habían… Las novelas de carácter histórico tiene que aproximar al lector a lo que fue aquella realidad.

¿Esa es la doble responsabilidad de la novela histórica?

Claro. Hay que ser tan fiel como sea posible a la historia y a la vida cotidiana. Como historiadora entiendo el valor  de la documentación de no escribir cosas que no sé, de no aventurar. Respeto la historia y por eso en esta novela encontrará ese respeto: 1918 es un año determinante e infernal, que suma los millones de muertos de la Primera Guerra Mundial y de la mal llamada gripe española.

Estamos acostumbrados más a la historia política, pero esta pandemia y otras (como la peste medieval) muestran cómo la enfermedad también hacen avanzar la historia…

Fíjate en la época se prohibieron los espectáculos públicos, pero se permitían las grandes misas para pedir por el fin de la epidemia, lo que era un disparate que aumentaba el contagio. Fueron los médicos y científicos que se enfrentaron con la gripe determinaron qué errores cometían. Las epidemias sirven como un paso adelante para la ciencia, y en este caso también sirvió para concienciar. Era una gripe atípica, atacaba a gente joven, no a niños y ancianos. Fue terrible porque atacaba a la gente que tenía hijos y trabajaba.

Ha cultivado el género negro y el histórico, ¿en qué género se siente mejor?

El género negro es el mío por excelencia, pero me encantan las novelas que tienen como núcleo algo de la historia reciente. No podría escribir sobre la Edad Media, pero me encanta la Edad Contemporánea. Me gusta esa fidelidad y creo que es importante que la gente conozca nuestro pasado reciente, lo que hemos hecho mal.

Es curioso, muchos escritores de este género me hablan de esa importancia divulgativa de la ficción en un momento donde la sociedad da menos valor a las Humanidades.

Me entristece muchísimo porque es cierto: las Humanidades sufren la marginación de lo que la sociedad hace, que es inclinarse por la tecnología. Es muy triste, los tecnólogos no tienen porque no ser humanistas. Creo que es necesario si queremos ser buenos profesionales y buenas personas, que las Humanidades continúen y se estimulen. Y espero que la ficción sirva de gancho. Creo que en buena parte nos mueve eso. Igual que la novelea negra, que no inventamos tanto y nos muestra nuestro lado más oscuro. Ni unos ni otros hacen ciencia ficción. El novelista ayuda al lector y le adentran en las humanidades.

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2 comentarios

  1. Dice ser Sociólogo Astral

    Que flojos eran que se morian de un resfriado.

    10 noviembre 2018 | 13:55

  2. Dice ser Uno

    ¿Flojos? Débil, es tu término.
    En cualquier caso, a ver cuánto durabas tú entonces…

    10 noviembre 2018 | 21:37

Los comentarios están cerrados.