Juan Francisco Ferrándiz: «Vivimos una época en que necesitamos ponernos en contacto con nuestra parte heroica»

Juan Francisco Ferrándiz (cedida por Grijablo)

La historia de Barcelona parece una apuesta segura para cualquier novelista histórico. Da igual cuánto se haya escrito ya sobre la ciudad condal, parece que los lectores siempre quieren más: la Barcino romana, la medieval, la renacentista, la de los siglos XIX y XX… Quizá la principal novedad de La tierra maldita (Grijalbo, 2018), de Juan Francisco Ferrándiz, es que se centra en un momento poco trillado: el siglo IX.

Este abogado alicantino ya había dado pruebas de su buen hacer en el género con Las horas oscuras y La llama de la sabiduría (ambas en Grijalbo) y parece que ésta tercera novela lo va a consagrar como una voz a tener muy en cuenta en el panorama histórica. La idea suena bien: épica y aventuras en una época convulsa y con aires míticos.

Con la competencia que hay, ¿por qué escribir sobre Barcelona?

Fue mi primera sorpresa. No tenía en mente ningún sitio: buscaba una ambientación, atávica, ancestral, épica… Y la encontré más cerca de lo que pensaba: estaba aquí, era la Gotia del siglo IX y su región más extrema, que era la Marca Hispánica, que llegaba hasta el Llobregat. Era un lugar con mezcla de paganismo y cristianismo, despoblado, arrasado ocasionalmente por los sarracenos… Tenía unas características que lo convertía en un manantial de historias. Y encima, allí había una ciudad fronteriza, encerrada entre murallas que resistía: Barcelona. Me enganché a ese ambiente, comencé a investigar y afloraron los personajes y situaciones.

¿Así llegó a la figura del obispo Frodoí?

Aquella época es como el Far West, podrías contar mil historias. Entre todas ellas, destacaba la del obispo Frodoí, que fue enviado allí en el 861, probablemente para deshacerse de él. Llega aquí y durante su estancia todo cambia de tal manera que esa Barcelona condenada a desaparecer inicia el principio de lo que siglos después será una ciudad esplendorosa. ¿Qué pasó, qué ocurrió, qué mimbres se pusieron en esos años? Eso es lo que yo quería abordar desde una visión de ficción, pero con anclajes históricos.

¿La época le daba libertad por los vacíos, por lo que nos falta por conocer?

Cualquiera recuerda que en el instituto está época pasaba un poco desapercibida, saltábamos de los visigodos a la llegada de los árabes y de ahí casi saltábamos a la Baja Edad Media. Yo que soy de Valencia, en seguida aparecía por ahí Jaume I el conquistador… Pero ¿qué pasó en esos siglos? Parece que estaba todo diluido, era oscuridad. Pero cuando te empiezas  a meter encuentras bastante documentación e historiadores que lo han trabajado: te encuentras ante un mundo fascinante. Grandes epopeyas, parecidas a las de Tolkien o George R.R. Martin. Es una época primitiva con un cúmulo de circunstancias de la que merecía la pena inspirarse.

Menciona el lejano Oeste, Tolkien, Martin… A mí se me da un aire al mundo artúrico…

Puede ser, como época que es origen de muchas cosas. Esta Marca Hispánica será la Cataluña Bella, es tierra de brujas, de leyendas e historias. Y todo eso, ¿de dónde nació? En mi novela no cruzo la línea y no uso dragones, pero mis personajes sí creen en ellos. Piensa en la Iglesia: los obispos recomendaban a los curas no consagrar con cerveza ni leche de cabra… Era todo tan primitivo y tan fuerte. En la última frontera, en el último límite, los personajes tenían que ir al límite. No era esa Barcelona brillante que ya se ha recreado en otras novelas, sino una Barcelona primitiva, distinta.

La novela histórica, en su génesis en el siglo XIX, se la vinculaba a los movimientos nacionalistas y justo ahora, en este momento convulso del nacionalismo catalán, ¿no teme que la gente mire su novela con suspicacia, a ver de qué lado está?

No te puedo negar que lo he pensado. La novela estaba pensada y planeada antes de que esta situación tan convulsa estallara en Cataluña. Me gusta recalcar que los problemas del siglo IX no son los mismos del XXI. Entonces se trataba de sobrevivir. Sin embargo, todas las comunidades tienen una identidad, ¿dónde nace? Creo que en el siglo IX pasan cosas que podrían ir poniendo bases a lo que será Cataluña. Los vínculos de los habitantes de esa zona quedaron aislados de otros pobladores godos de la península.y el reino franco tampoco las quería realmente. Dejas pasar el tiempo y las generaciones y se queda una identidad propia. Quien quiera comprender con la mente abierta, sin prejuicios, puede acercarse a través de mi novela, porque en ella está algún embrión de cosas que vemos ahora.

¿La novela histórica tiene valor divulgativo?

Estoy convencido. Yo quería hacer una novela con todas las letras. Mi mayor esfuerzo, más que la documentación, ha sido que sea una obra de personajes y que vivamos como aquellos personajes del siglo IX. Pero sí que es cierto que el atrezzo va calando en el lector. El que lee es más culto por necesidad, el que lee novela histórica conoce más la histórica y el que conoce la historia está más atento a los errores del futuro. Esto de quitar de la historia para dejar más tiempo a las matemáticas, puede tener su lógica, pero la historia nos dice que cada vez que la hemos olvidado… ¡pam! Ha vuelto a pasar algo parecido. Sin ir más lejos, la crisis inmobiliaria no ha sido la primera, ni la segunda, ni la tercera… En las otras pasó lo mismo, ruina y miseria, pero nadie se preocupó de aprender. Creo que es importante, pero yo primero busco que el lector se lo pase bien y se divierta.

¿Vuelven las novelas históricas épicas?

Se ha abierto una brecha. Vivimos una época en la que necesitamos héroes o, al menos, ponernos en contacto con nuestra parte heroica. Durante años lo policíaco y el thriller han copado el mundo editorial, pero ahora hay un brecha por la que se cuelan cosas muy interesantes. En mi caso, ha pasado que antes de publicarse en España se han vendido los derechos a doce países, desde Portugal hasta Rusia. A mi me sorprende, ¿por qué a un ruso o a un alemán les puede interesar esta historia de Barcelona? Quizá algo está pasando y estemos buscando héroes.

Eres abogado, escribes novela historica sobre Barcelona y te recomienda él… ¿nos lo pones a huevo para llamarte el «nuevo Ildefonso Falcones»?

(Se ríe) ¡Nunca me atrevería a compararme con él! Quizá a Flacones lo que ha llamado de mi novela es que, él que contado la Barcelona de la Baja Medieval, ha visto una Barcelona más primitiva, diferente, a la que pocos se habían asomado.

¡Buenas lecturas!

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