En busca de las nuevas Ana Frank

Imagen de Ana Frank en la casa museo de en Bergen-Belsen (Alemania). EFE

Me encuentro con tres novedades editoriales conectadas que me llaman la atención: la adaptación al cómic del célebre Diario de Ana Frank que ha publicado DeBolsillo de la mano de Ari Folman y David Polonsky; la publicación de De noche sueño con la paz. Los diarios de una niña judía que sobrevivió al horror nazi 1943-1945, de Carry Ulreich (Esfera de los Libros) y Querido Diario: hoy ha empezado la guerra (Espasa), de Pilar Duaygües Nebot, los diarios de la guerra civil una adolescente de 14 años de Barcelona y que varios medios no dudan en tildar de «la Ana Frank española».

No me extraña ni el éxito ni el interés que despiertan este tipo de testimonios. Recuerdo con claridad cuando, siendo un adolescente interesado ya por la historia, leí El Diario de Ana Frank. Aquel sencillo diario lleno de anécdotas y reflexiones pequeñas, de cotidianidad irrelevante en el extraordinario microcosmos que conformaban aquellos fugados de la letal realidad en una vivienda oculta, pero al alcance de todo. Sentí potente la voz de aquella chica aunque a veces, lo confieso, me resultara un poco repelente. Todo lo que escribía quedaba grabado a fuego martilleado por el conocimiento de su trágico final que esperaba fuera de aquellas páginas. La crueldad de la guerra, de la locura y del odio, visto desde los ojos de una niña.

No he leído estas nuevas adaptaciones y testimonios, pero entiendo que a todos nos golpeen con dureza los testimonios de guerra de los más pequeños y jóvenes. La situación más letal en la época de despertar a la vida, en ese momento en el que todo parece posible y casi todo está por hacer, resulta profundamente dolorosa.

No las he leído, pero las leeré. Son perturbadoras lecturas, sobrevivieran o no, de promesas vitales amputadas por el mayor horror del que es capaz el ser humano. Resultan buenas vacunas contra nuestra habitual facilidad a ceder a los argumentos fáciles para justificar la violencia.

No serán los últimos, pronto, muy pronto, llegarán los testimonios de los niños de Oriente Medio, de Ucrania, de la Colombia de las FARC… Y los seguiremos leyendo con el corazón contraído.

Y a vosotros, ¿qué os parecen este tipo de lecturas?

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1 comentario

  1. Dice ser Caradoc

    Es perfectamente normal y comprensible el éxito de estos libros. Los ojos de un niño, en general libres de prejuicio, nos ayudan a ver estos tiempos de terror desde otra perspectiva y reconocerlos como lo que son… Otro gallo cantaría si leyéramos la visión más patriotera y triunfalista de un general de un ejército, la guerra sería retratada como algo necesario y magnífico; pero la visión del niño nos ayuda a recordar que la guerra es siempre horror. Valoro el trabajo de las editoriales, aunque ellas lo hacen más movidos por vender ejemplares que por crear una denuncia de ningún tipo, eso desde luego…

    27 noviembre 2017 | 09:02

Los comentarios están cerrados.