La olvidada guerra de Ifni

Captura del documental Memorias de Sidi-Ifni. (YOUTUBE)

Juan Pastrana (Esparraguera, Barcelona, 1976) es Doctor en Historia, autor de numerosas publicaciones sobre historia y miembro de la Asociación Española de Historia Militar. En 2017 ha publicado Arde el desierto. La guerra de Ifni-Sáhara (Nowtilus), donde relata los avatares de la última guerra colonial de España. En este artículo, Pastrrana desgrana ese conflicto y el por qué de su olvido por la sociedad española.


El olvido de Ifni

Por Juan Pastrana | Doctor en Historia

No es un secreto que en nuestro país existe un desconocimiento generalizado de la historia. La priorización de las áreas científico-tecnológicas en los estudios, a todos los niveles, ha conllevado un maltratamiento generalizado de las ramas de Humanidades que se han traducido en auténticas lagunas de conocimientos históricos. Y el caso de la guerra de Ifni-Sáhara no es más que un ejemplo de ello.

Aunque este conflicto se produjo hace apenas sesenta años, ha caído completamente en el olvido. La última guerra colonial española, impopular como muchos otros conflictos a lo largo de la historia, ha sido víctima del olvido tanto por voluntad de los poderes políticos como por el transcurrir del tiempo y su escasa entidad. El conflicto fue lo que se conoció, en argot de la Guerra Fría, como una guerra limitada, viéndose envueltos en ella tanto Francia como España y grupos de guerrilleros de origen marroquí.

Los orígenes del conflicto siguen siendo, setenta años después, confusos. A pesar de que la línea más o menos imperante en la bibliografía española, escrita en su mayor parte por exmilitares con importantes vínculos emocionales con Ifni y el Sáhara, no duda en señalar como el culpable último al monarca Mohammed V, esta idea está siendo cuestionada en los últimos tiempos. En especial, si atendemos a la complicada situación política interna marroquí tras la independencia del país norteafricano en 1956. Esta nueva línea argumental apuntaría hacia una explicación en que la guerra no fue más que un medio de solventar la incógnita de quién dominaba políticamente Marruecos: el sultán Mohammed V o políticos radicales como Allal el-Fassi.

El conflicto se dilató en el tiempo casi un año y medio, si consideramos como el estallido de las hostilidades los ataques del Ejército de Liberación contra las fuerzas francesas en Mauritania en enero y febrero de 1957. Tras el fracaso de dicha ofensiva, que perseguía el establecimiento del Gran Marruecos, las fuerzas irregulares marroquíes volvieron sus miras hacia las posiciones coloniales españolas, que empezaron a sufrir sus ataques, intermitentes, desde el mes de junio de ese mismo año. Una alianza francoespañola pondría fin a la aventura de los guerrilleros en junio de 1958, aunque no sin que antes España perdiese la práctica totalidad del territorio de Ifni. Más de millar de españoles serían víctimas del conflicto, entre muertos heridos y desaparecidos, pero, a diferencia de otros conflictos, fueron rápidamente olvidados por aquellas autoridades políticas que les exigieron su sangre para defender un imperio colonial cuyo ocaso definitivo se acercaba a pasos agigantados.

La guerra fue rápidamente desterrada de la memoria colectiva de la España franquista, ya que no tenía cabida en los argumentos internacionales del régimen. El general Franco y, especialmente, su valido el Almirante Carrero Blanco, mantenían un discurso oficial en el que se resaltaban las excelentes relaciones de España con el mundo árabe y, en particular, con Marruecos y su Sultán, al que Franco no dudó en calificar, en diversas ocasiones como su hermano. La flagrante contradicción que suponía el choque armado con esta línea argumental fue, pues, cautelosamente tapada, atribuyéndose a bandas incontroladas y retomando la línea discursiva antes incluso de que se acallase el sonido de los disparos de fusil en África. Y, como no, junto a estas bandas incontroladas, se responsabilizó de la desestabilización de la zona a una mano negra comunista, otro de los demonios del franquismo, que veía conspiraciones internacionales por todos lados, destinadas a acabar con el régimen instaurado en España tras la Guerra Civil.

Para muchas familias de caídos en las ardientes arenas de los desiertos africanos, esta eliminación de lo acaecido entre 1957 y 1958 supuso una auténtica pesadilla. El silencio oficial impuesto tras la finalización del conflicto llegó a traducirse en una absoluta falta de respuesta sobre el destino de los fallecidos; así, dos años después de la guerra, se seguían recibiendo cartas en diversos ministerios preguntando por el destino de hijos, hermanos o padres, hasta tal punto que fue necesaria una instrucción desde el Estado Mayor Central ordenando dar respuesta a estas demandas, que el silencio administrativo traducía en un alargamiento del sufrimiento por el destino de unos seres queridos cuyos restos mortales permanecieron en tierras africanas, en algún caso, hasta 1969, en que fueron trasladados a las Islas Canarias tras la cesión a Marruecos de lo que quedaba de Ifni en manos españolas. Merece particular comentario el hecho de que cuando algunas familias plantearon su derecho a recuperar los restos mortales de los caídos para darles sepultura en sus poblaciones de origen, se les comunicó que podían hacerlo, pero que debían asumir ellos el coste del traslado. Ante la agitación y las protestas que generó este planteamiento se tuvo que dar marcha atrás, asumiendo el Estado los costes derivados de dicho traslado. Como decía un padre de un quinto caído en Ifni: «A mí no me pidieron permiso para llevarse a mi hijo, y ahora quieren que pague para que pueda descansar en su pueblo». No es más que una pequeña muestra de la indignación por el trato recibido por aquellos a los que se ordenó entregar su vida por mantener un ya caduco sueño colonial.

El tema de la guerra de Ifni cayó, como hemos dicho, rápidamente en el olvido, hasta que en 2013, para sorpresa de muchos que ni tan siquiera sabían que dicho conflicto se había producido, un diputado de la ya extinta Convergència i Unió presentó en el Congreso de los Diputados la necesidad de un reconocimiento oficial a los veteranos de la guerra. A partir de entonces, las diversas asociaciones de excombatientes han llevado a cabo toda una serie de campañas mediáticas destinadas a recuperar la memoria histórica del último conflicto militar español, aunque su éxito, a tenor del grado de desconocimiento que sigue existiendo en la sociedad española sobre esta guerra, no ha dejado de ser relativo. Será necesario, pues, seguir tratando de recuperar para las presentes y futuras generaciones ese episodio de nuestra historia reciente que ha ganado, con creces, el apelativo de la Guerra desconocida.

8 comentarios

  1. Dice ser Daniel 1970

    Así es, el gobierno del dictador mandando quintos al desierto, un desierto baldío y sin valor ninguno, muchos cientos de ellos murieron, lo se porque estuve sirviendo muchos años después gratuitamente un año en un regimiento donde murieron centenares de jóvenes por el capricho de unos fascistas, una vergüenza que se hayan dejado en el olvido a estos jóvenes y a sus familias, en este caso no hubo ni indemnización y ni entrega del cadáver, solo había un pequeño monolito con una plaquita en honor a los caídos.

    16 agosto 2017 | 10:22

  2. Dice ser Romero

    Por una parte no interesa recordarlo porque entonces la gente diria que porque cuando la marcha verde que fue mucho mas gordo no se hizo nada.

    Por otra no hay mucho que recordar porque fue otro capitulo mas del «soldadito español» que pegaba tiros sin apenas medios y con unos mando chusqueros y papanatas como ningun otro.

    Las bajas y derrotas españolas se sucedieron una tras otra, lo unico positivo que finalmente y a consecuencia de las escandalosas bajas se fundo la legión española y fue entonces cuando los moros retrocedieron.

    Ademas hablar de cosas militares en los tiempos actuales es cosa de fachas segun los «bolcheviques» y «progresistas» que han crecido como setas en nuestra sociedad.

    Segun ellos no deberia ni existir un ejercito español, eso si, siempre y cuando no le toquen los suyo entonces seran los primero en protestar y preguntar por donde esta el ejercito etc…

    16 agosto 2017 | 10:30

  3. Dice ser jose pavon alvarez

    yo etuve de cabo1º en artilleria en el grupo a lomo qu teniamos las piezas antiaewrea que es donde estuve yo y en eltiempo de mi estancia le cogi tanto cariñoal pueblo y a sus habitantes que todo los dias les hecho de menos y no hago nada mas quew ver repor tages una y mil veces mas y quiero ta to como a mi pueblo mismo sin mas un abrazo para este pueblo que por mi no esta olvidado.

    16 agosto 2017 | 14:30

  4. Dice ser therkho

    Mi padre estuvo allí, todo lo que me cuenta son penurias, cargados en vagones de ganado hasta llegar a Cadiz, como los judíos en la época nazi, de allí a Ifni, sin saber apenas donde iban y que les esperaba, metidos en trincheras y comidos de piojos, una verdadera pena.
    Es cierto que están olvidados y la verdad que las pasaron muy putas.
    Una mas del gobierno Franquista y todo para no servir absolutamente para nada, un compañero de mi padre murió en el mismo barco no llego ni a desembarcar, por lo visto el pobre decía que estaba fatal y los mandos le decían que era un puto cobarde y le daban de hostias, al final murió nunca supieron que enfermedad lo mato.

    16 agosto 2017 | 16:38

  5. Dice ser Amigos de Ifni

    Para los interesados en el tema de Ifni

    16 agosto 2017 | 16:45

  6. Dice ser abd-el-krim

    a veces es un recurso inestimable incorporar un mapa de la zona del conflicto

    16 agosto 2017 | 20:39

  7. Dice ser cidcampeador

    nunca entendere el cariño de los izquierdistas por los moros que se han pasado el ultimo siglo masacrando españoles y de hecho en la guerra del 36 mataban a los rojos , bueno si lo se, el amor a los votos ya que esta gente a cambio de un subdisio y ayuditas vota a la izquierda y con tal de mandar estan de acuerdo en llenarnos españa de nuestros enemigos naturales.

    16 agosto 2017 | 23:40

  8. Dice ser Gonzalo

    No se nos olvide tampoco la del Sahara Occidental territorio del que España aun es propietario aunque lo haya cedido a Marruecos ilegalmente

    17 agosto 2017 | 16:57

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