Western, mucho más que las viejas películas de sobremesa del abuelo

EL RASTRO PERDIDO

CHARLES WIMAR. EL RASTRO PERDIDO, C. 1856Los cuadros sobre temática ‘fronteriza’, como este de Charles Wimar, tuvieron gran tirón popular a mediados del siglo XIX (Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid).

Sombrero de ala ancha, zahones, pañuelo al cuello, revólver Colt a la cintura… Espero que cuentes con todo esto en tu equipo, forastero/a. Porque en este blog aceptamos western como novela histórica y con mucho orgullo. Si no, quizá tengamos que vernos a la salida de este saloon.

El museo Thyssen de Madrid abre este martes, 3 de noviembre, una exposición temporal titulada La ilusión del Lejano Oeste. La muestra repasa a través de objetos, mapas, pinturas y fotografías de la época, la construcción de ese territorio, en parte histórico, en parte mítico, de lo que hoy llamamos el Lejano Oeste. La exposición tiene una pinta excelente (contará  seguro con mi visita antes de su cierre el próximo 7 de febrero) y de ella ya os ha hablado un compañero de la casa, Jose Ángel González, que también os ofrecía un adelanto de los contenidos que se pueden ver.

De ese territorio mestizo, fronterizo vive un género que a mi me fascina, y que espero transmitiros en este blog, que es el western.  Y no, nada de decir que es un género carca, las pelis de indios y vaqueros de mis abuelos y todo eso. O justificación de genocidios (ah, no, espera, que eso era la conquista española de América), colonialismo, valores rancios y demás. Porque no. Aunque, sí. En cualquier caso, este género está dotado de una magia especial, la que ha hecho que un asunto eminentemente localista se convierta en algo universal. En el fondo no es, con su todo rollo místico y ficticio, otra cosa que la suma de la cara brillante y la oscura de la creación de un país muy peculiar: los colonos, el ferrocarril, el crimen y el progreso, los indios en retirada... Vamos, novelas históricas sobre el pasado.

UN OASIS EN LAS BADLANDS

EDWARD S. CURTIS – UN OASIS EN LAS BADLANDS, 1905Foto de Edward S. Curtis, el más prolífico de los fotógrafos de los indios de norteamérica (Prints & Photographs Division, Library of Congres, Washington, DC)

Como creo que en la gran mayoría de casos, mi pasión por el western viene del cine (de un panteón maravilloso formado por directores como san John Ford, san Howard Hawks, san Anthony Mann, y un largo etcétera), pero también de algunas lecturas juveniles, como los estupendos libros de, en mis tiempos, la colección roja de Barco de Vapor de Pete Breakfast escritos por William Camus: El oro de los locos, Azules contra grises, Uti-Tanka pequeño bisonte… (gusto compartido con otra bloguera de este territorio Melisa Tuya) Hoy por cierto, lamentablemente están descatalogados en España, pero prometo escribir una entrada sobre ellos más adelante.

También leí novelas western (o prewestern) de entre los clásicos de aventuras: Zane Grey; el extravagante alemán Karl May; El último mohicano ,de Cooper… Y el placer sigue hasta hoy.

Grandes, buenas, universales, malas, regulares, llenas de sabor, polvo, nieve, indios, pólvora, mujeres fuertes, criminales y héroes… En el fondo, maravillosas aventuras sobre un mundo que, a marchas forzadas (al rítmico circular del tren de vapor), se acababa. La novela histórica contemporánea le debe mucho al romantiscismo y algo de eso también es compartido por el western. Gracias a esta historias he viajado en diligencia, he conducido rebaños de miles de cabeza de ganado, he cabalgado bajo cielos estrellados inabarcables, he visitado pueblos de mala muerte, he remontado ríos en canoas indias…

A día de hoy, en España no es demasiado difícil echarse a los ojos buenos libros sobre el género (lo siento, pero de la literatura de kiosko de este género escrito por escritores españoles con seudónimo, he leído poco y tampoco me entusiasmó).

Podemos encontrar obras de esa ambientación, rompiendo los corsés del género, de los geniales Cormac McCarthy (quizá elevado ya sobre el género, como Meridiano de sangre) o E. L. Doctorow (Como todo acabó y volvió a empezar). Valores de la gran narrativa estadounidense del siglo XX, profundos y arrebatadores, pero, creo, que asequibles y nada elitistas.

En Galaxia Gutenberg editan las recomendables novelas de Oakly Hall. Del mismo modo, en las novedades de noviembre, os avanzaba que Literatura Random House lanza una novela que nos encaja, El hijo. Tampoco es olvidable la reedición de Valor de ley que se realizó hace unos años aprovechando el remake de los Coen. La peli no estaba mal, pero yo me quedo con el libro y la clásica. ¿Tú no? Díselo a mi amigo Duke.

Valor de Ley

Sin embargo, es sobretodo el buen hacer de una editorial como Valdemar la que a los aficionados al género nos está haciendo gozar en los últimos años. En 2011, y bajo la batuta de Alfredo Lara (una auténtica enciclopedia del género, de las novelas de aventuras, etc.), Valdemar lanzó la colección Frontera, que a día de hoy ya va por su décimo libro —salido en octubre y a la espera del siguiente, que saldrá antes de final de año—. Con esos libros, Lara ha recuperado grandes clásicos del género, pero también ha sabido romper esa tradición cuando la ocasión lo ha requerido, con un título más reciente como La última cabalgada, en la que se basa la película Desapariciones.

En estos años y libros, hemos podido disfrutar de dos brillantes antologías de relatos de Dorothy M. Johnson (imprescindibles, sobre todo Indian Country), novelas imperecederas (Centauros del desierto, de Alan Le May, tan parecida y diferente a la inmortal adaptación que realizó John Ford, o Bajo cielos inmensos, de A. B. Guthrie Jr.), retratos de la caballería de los Estados Unidos e incluso una versión de la batalla de Little Big Horn (con Cornetas al atardecer). Entre sus autores, lo mejor de lo mejor, Enernst Haycox, Louis L`Amour, Elmore Leonard , o la citada Johnson.

Todo ello, con la excelente calidad editora de Valdemar (ya demostrada en otros géneros), unos prólogos brillantes de Alfredo (que también pone énfasis en la ambientación histórica de la obra) y unas hermosas cubiertas, que bien podrían estar en la exposición del Thyssen.

¿Qué no sabes cuál elegir? ¿Qué recuerdas algo de las antiguos clásicos pero no sabrías ahora que probar? Quizá esta personalísima clasificación de los clásicos de Valdemar os sirva. No están todos, pero sí mis preferidos.

Probad el western en formato novela, no os decepcionará. Yo voy a seguir poniendo velitas a Manitú y al equipo de Valdemar, para que su Frontera se alargue durante muchos años. Y oye, que se animen más sellos, que en EE UU se siguen editan obras de este género. Ah, y también hay un prewestern español, ¿no?… pero eso ya será en otra entrada.

No puedo acabar esta entrada de otra forma. Con EL final de LA película, western claro…


¡Buenas lecturas!

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8 comentarios

  1. Dice ser morlaco

    Me encanta el género. Hay auténticos peliculones y es una parte de la historia tremendamente interesante. Qué veranos aquellos en los que caía una casi diaria jiji

    03 noviembre 2015 | 19:28

  2. Dice ser Kaltan

    Unas cuantas películas clásicas del género que merecen mucho la pena:

    http://cinelibreonline.blogspot.com/search/label/Western

    03 noviembre 2015 | 22:36

  3. Dice ser raiko

    Hay cosas que nunca pasan de moda, una de ellas es el oeste.

    Para quien le interese, varias fotografías auténticas del «Salvaje Oeste»:

    http://momentosdelpasado.blogspot.com/2014/08/el-lejano-oeste.html

    03 noviembre 2015 | 22:40

  4. Dice ser Darrel Standing

    Para los que vivís en Madrid no dejéis de visitar la Librería Opar, y poder adquirir algunos de esos libros editados por Valdemar en su colección Frontera.

    04 noviembre 2015 | 00:49

  5. Dice ser slower baby

    Gracias David. Sin duda la época más interesante de los últimos 300 años .

    Nunca me olvidaré de la famosa frase…..How the west was won?, incluso la utilicé para aprender inglés. Qué valor ante lo desconocido con un petate , un rifle , un caballo , dos cojones y un palito. No sé si hay parangón en nuestros días. Las consecuencias del segundo elemento , el rifle , ya las sabemos , pero ese es otro tema.

    2 peliculones con permiso.

    La balada de Cable Houg y por supuesto Las aventuras de Jeremiah Johnson.
    De las de gorro de tejón que son las mías.

    04 noviembre 2015 | 08:48

  6. Dice ser slower baby

    Permiso.

    recomiendo un película de 2007. como las mencionadas pero sin anchoas.
    Into the wild.
    dir. Sean Penn

    04 noviembre 2015 | 08:52

  7. Dice ser shinue

    Que peliculones y que época tan mítica, como saben los americanos vender su historia y todo lo suyo,nosotros con muchísimo más que contar que ellos, con el Águila Roja y poco más tenemos bastante que triste

    04 noviembre 2015 | 09:43

  8. xx-siglos

    Gracias a todos y gracias por las recomendaciones de las películas. Sí, todas las que comentáis son grandes películas. Espero que os de por probar algunas de las novelas de las que os hablo, veréis que no tienen nada que envidiar a sus homólogas en celuloide.

    Darrel, gran recomendación la de la librería Opar. La semana antes de afrontar esta entrada, hice un pase volante por ella.

    Abrazos a todos¡

    05 noviembre 2015 | 17:46

Los comentarios están cerrados.