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Entradas etiquetadas como ‘ayudas’

Debe ser que ya nos dan por perdidos

Por Marta Gutiérrez Andrés

Pertenezco a esa generación que acabó la carrera/master/doctorado hace un tiempo (entre 4 y 5 años) y lleva desde entonces luchando con uñas y dientes por sobrevivir.

Si, suena muy trágico, pero a ver quién es el guapo que se atreve a decirme que no es trágico que después de estudiar “para tener un futuro mejor” no consigas más que becas de dos duros que no dan para pagar ni una habitación en un piso compartido (no hablemos de gastos tan superfluos como luz, agua, calefacción, comida…) o contratos temporales donde especifica que contratan a alguien sin estudios cuando te están pidiendo que salves el mundo. Por lo menos estos están mejor pagados, incluso para renovar algo de ropa para que no te miren mal en la oficina cuando llevas las blusas recosidas porque no hay para comprar una nueva.oficina

Y lo más trágico de todo es que esta es la mejor situación que llegamos a experimentar y tristemente nunca dura mucho más de un año. De ahí vuelta a empezar, vuelta a reinventarse. Y vuelta a mirar para atrás: “¿Qué hice mal? ¿Cómo puedo hacer que la próxima vez vaya mejor?” Pero estas preguntas no tienen respuesta, porque en cada sitio te has dejado la piel, has superado con creces las expectativas y has dado mucho más de lo que te pedían. ¿Se puede pedir más?

Y te replanteas el futuro y lo ves muy negro, porque ya no te consideran joven, hace años ya que no lo eres, pero todavía no te han dado la oportunidad de tener esa experiencia que se supone que ya debería tener la gente de tu edad. Y piensas que nunca vas a conseguir salir del bucle, pero te sigues esforzando, pero cada esfuerzo cuesta más. Y se sacan fondos para ayudas a los menos de 25, porque “ellos son el futuro”. Pero para esa generación para la que nadie saco ni ayudas ni trabajo ni una oportunidad de demostrar lo que valen nadie saca nada. Ni la cara para decir que a nosotros no nos están dejando ser el futuro.

Debe ser que de verdad nos dan por perdidos.

Quejas por no tener ni para comer

Por M. M. C.

Oficina de empleo [Réplica a la carta ‘¡Yupi, mi novio tiene trabajo!, sí, ese que dignifica’] En respuesta a la carta de Susana R., en la que nos contaba que su novio tenía trabajo pero todo lo demás eran quejas. Solo quiero decir que recuerde los seis millones de personas que no tienen trabajo y que sus quejas vienen porque no tienen ni para comer.

Yo he tenido la suerte de encontrar una sustitucion de un mes donde no haré ni 50 horas mensuales y donde cobro menos de 300 euros. Cobraba más del desempleo pero no he podido rechazar ese trabajo porque si no se acabaron las sustituciones. Me gustaría recomendarle que antes de quejarse, podría haber dejado ese trabajo a otra persona que lo hubiera agradecido más que ella. Yo solo puedo dar gracias a Dios por tener un trabajo.

Me deniegan la beca por no ser… ¿una estudiante de provecho?

Por Laura Martínez Quintana

Soy una estudiante de Ciencias Ambientales de la Universidad de Barcelona. Este año he pedido la beca general y de movilidad, ya que vivo a 60 kilómetros aproximadamente de la universidad, lo que conlleva un gasto de unos 300 euros por cada t-jove, que dura 3 meses. Además mis padres están parados y somos 4 personas en casa. Los únicos ingresos que tenemos son los 380 euros que gano yo por trabajar los fines de semana y el dinero que puede proporcionarnos mi abuela por viudedad. No obstante, la beca me ha sido denegada, a pesar de que por mi situación económica es más que evidente que la necesito para poder estudiar. Examen en la universidad

¿Por qué entonces no puedo recibir la beca y personas que están en condiciones económicas superiores a la mía sí pueden recibirla? Muy sencillo, por una norma irracional e ilógica. El año pasado cursé en la Universidad Pompeu Fabra el grado de Enfermería. Esta universidad, al contrario que otras, funciona por trimestres no como otras. Por eso me matriculé del primer trimestre que son 20 créditos. No obstante, me di cuenta de que no me gustaba y no quería dedicarme a este oficio. Porque supongo que las personas humanas podemos equivocarnos al elegir aquello que queremos estudiar y más teniendo en cuenta la edad a la que tenemos que escoger nuestros estudios superiores. Así que dejé la universidad habiendo aprobado y con buenas calificaciones los 20 créditos.

Ahora me dicen que una de las normas del Ministerio de Educación para conceder becas es que el alumno haya superado 30 créditos, ya que este organismo debe de garantizar que el dinero será destinado a un alumno «de provecho». Señores ministros, ¿a caso están queriendo decir que yo no soy una alumna de provecho por no haber cursado simplemente 10 créditos más? ¿Me están diciendo que, a pesar de que la carrera no me gustase y consiguiera excelentes calificaciones, no soy una alumna de provecho? ¿Tengo que renunciar a estudiar, que es lo que más he deseado en mi vida, porque una norma injusta dice que tengo que superar 30 créditos? Me parece que es excesivo por su parte, y que hay situaciones en particular que deberían  ser analizadas detenidamente.

«Norma injusta»

Pero es más sencillo dar becas a «diestro y siniestro» sin saber lo que realmente está pasando en su sociedad y a sus ciudadanos. Me parece lamentable esta situación. La verdad es que no me extraña que las cosas vayan así en este país. Pero no creo que nadie vaya a quedarse de brazos cruzados delante de estas situaciones. Creo que merezco una explicación razonable sobre esta norma injusta e irracional y por supuesto una posible solución.

Contra la reforma Wert pero desde clase

Por Dani Casado y Eric Esteban

Delante del ordenador de clase escribimos este artículo de opinión. Hemos decidido asistir a clase puesto que mucha gente piensa que los estudiantes hacen huelga por entretenimiento y por el hecho de faltar a clase, cuando no siempre es así. Creemos que la reforma propuesta es cuando menos deficiente, muy alejada de lo que el país realmente necesita, que es desarrollarse creativamente y no seguir un camino predefinido por el miedo al error, como muy acertadamente cita Ken Robinson: «El único error en un colegio es penalizar el riesgo creativo». Tome nota señor Wert.

Fallecidos cobrando la Ley de Dependencia… o cómo un “estafador” puede ser “decente”

Por Patricia Arias

Hace ya varias semanas que llevo escuchando en los medios la cantinela de «malos ciudadanos» que están cobrando la ayuda a la ley de Dependencia aun habiendo fallecido el familiar dependiente. Aquí va mi caso, yo también estoy entre esos «malos ciudadanos estafadores». Mi abuela falleció el 23 de noviembre de 2012 y cobraba mensualmente la ayuda a la dependencia. El certificado de defunción tardó en llegarnos unos 15 días y, en cuanto lo tuve en mis manos, empecé a hacer llamadas tanto a clases pasivas como a la Comunidad de Madrid para que anularan la ayuda.

anciano

La chica que me atendió por teléfono me dio la dirección de envío del certificado, ya que no residimos en Madrid. Le comenté si tendríamos que devolver las transferencias que llegaran a partir de ahora. Me dijo que no lo hiciese, ya que sería más lioso. Le di la opción de cancelar la cuenta (así no llegarían ni a entrar) y me dijo que tampoco, que tenía que aceptar las transferencias y que me llegaría a casa una carta de pago para devolver las transferencias indebidas; aun así, me advirtió que podría llevar bastante tiempo. Sólo quería denunciar que seguro que mi caso no es el único y que seguro que en esa lista de «estafadores» hay gente decente, pero ante la sociedad se nos ve de esa manera, por culpa de la incompetencia o la falta de medios de la administración. Por cierto, estamos ya casi en febrero y aún siguen llegando las transferencias de la Comunidad de Madrid.

Trabajador social, una especie desconocida

Por Laura Sánchez Luque

La mayoría de las personas no tienen muy claro cuál es la labor real del trabajador social. Soy alumna de esta carrera en tercer curso, y primera promoción de Grado, en la Universidad de Málaga y muy a mi pesar he tenido que escuchar de todo al respecto.

Para muchas personas los trabajadores sociales son los encargados de arreglar las “paguillas” a los ancianos, otras personas piensan que somos los encargados de cuidar a personas de tercera edad; o lo que más profundamente me ha molestado, los que robamos a los niños… La verdad es que esta definición de trabajador social está muy alejada de la realidad.

Un trabajador social es una persona capaz de transformar la realidad de las personas, como muy bien decía una profesora de mi carrera. Para ello, dependemos de las partidas dedicadas a los Servicios Sociales. Y podemos desempeñar nuestro trabajo en sectores como penitenciaria, niños, mujeres, mayores, toxicomanías… Podemos tramitar prestaciones económicas a personas con escasos recursos económicos, prestaciones relacionadas con la ansiada Ley de Dependencia; en el caso de sacar a un niño de su hogar, es porque no está en las condiciones adecuadas para tener una mínima calidad de vida, y por supuesto ordenado por un juez; también realizamos visitas a domicilio para personas que necesitan un seguimiento, etc.

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Creo que se aprecia que son todas tareas de mejora de la situación de las personas. Aunque, debido a los recortes que sufren los Servicios Sociales, dudo mucho que un trabajador social pueda seguir realizando estas acciones. Dependemos de los fondos dedicados a los Servicios Sociales, y si no hay fondos económicos tampoco habrá prestaciones, ayudas, ni trabajadores sociales capaces de tramitarlas.

Pienso que si más personas conocieran esta profesión, haríamos algo más para evitar que se siga recortando en este campo. Y podamos seguir viviendo en un Estado del Bienestar, que tanto trabajo nos ha costado conseguir. Porque hay que recordar que el Bienestar Social tiene cuatro pilares y uno de ellos son los Servicios Sociales.

Un gobierno inhumanamente discapacitado

Por Simeón Ibáñez

Se acaba de aprobar una ayuda a la Banca española que es exactamente 100 veces mayor que la deuda que nuestros gobernantes tienen ya con los discapacitados. Estos han tenido que realizar –con el esfuerzo particular que eso les supone- una multitudinaria manifestación en Madrid para reclamar al menos el pago de esa deuda y suavizar los recortes que están sufriendo, para no hablar de otros derechos humanos de los que aún están privados. No cabe duda que el más inhumanamente discapacitado es nuestro Gobierno, que en poco tiempo ha faltado a todos sus compromisos, incluso los más elementales y con los más indefensos; y que debemos urgentemente, para no ser cómplices suyos, remediar su incapacidad.

Pagar por trabajar

Por Borja Rodríguez Vila (Investigador de la Universidad Politécnica de Madrid)

“La salida de la crisis está en la investigación”. “Debemos cambiar nuestro modelo productivo hacia uno basado en la investigación”. Esta y otras frases similares han salido de boca de nuestros políticos. Pero la realidad es que multitud de investigadores españoles (de la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad de Granada entre otras) van a trabajar gratis este último mes del año. O directamente, pagar por trabajar. Estos “empleados públicos” van a ver aplicada la reducción de su salario anual en una catorceava parte, incluso cuando su financiación proviene de proyectos competitivos europeos que no están financiados por entidades españolas. Y esta reducción repentina va a producirse en diciembre, dejando a toda esta gente con menos de 200 euros para sobrevivir a estas navidades. Las palabras se las lleva el viento, y los hechos dicen que la investigación en España no es una prioridad, sino un estorbo.

El Banco Central Europeo y los despidos en la banca

Por Miguel Angel Sánchez Alvarez

Resulta que leo asombrado que Bruselas aprobará los planes de saneamiento a  las cuatro entidades nacionalizadas españolas a cambio de despedir a 8.000 empleados . Y yo, y muchos españoles, nos preguntamos: ¿qué culpa tienen los trabajadores de la banca de este desaguisado emprendido por sus consejeros delegados inmunes a toda crisis? El resultado es que el BCE (capitalista al 100% ) expresa sin ninguna vergüenza ajena (y propia) que dará ayudas a la banca a cambio de más despidos en España. La consecuencia es que a la Unión Europea no le preocupa lo más mínimo el paro creciente y sin freno en nuestro país, lo único que les preocupa es que le paguemos la deuda que los mismos capitalistas han creado. ¡Nada
más! No leo ninguna crítica al respecto de ninguna corriente periodística en ningún periódico de éste país,  me parece simplemente vergonzoso que la UE nos imponga más despidos, aparte de los que el Gobierno de turno nos tiene acostumbrados a la clase trabajadora. ¡Ya está bien!