De carne o de sangre: el pequeño Canales Rivera emociona al plató de ‘Secret Story’, pero se les pasó un detalle de esa foto

Canales se señala sus partes, por si no habíamos reparado en que tiene pene. (FOTO: TELECINCO)

Vamos a dejar de lado las consideraciones acerca de por qué es lícito o no hablar de los genitales de otra persona como si fueran objeto de estudio y comentaremos la reacción que provocó el pequeño guerrero de cabeza púrpura de Canales Rivera en el plató de Secret Story.

Y es que el torero ha llevado estos días un disfraz de planta por ser lo más soso, inmóvil y aburrido del mundo. Rivera es una planta, pero no una bonita rollo rosal, es más bien tirando a cardo borriquero seco. Y le castigaron por eso, por soso y por dar menos juego que un monopoli sin casillas.

También tuvo que llevar un disfraz como de alien, un mono de cuerpo entero de la talla de David el Gnomo y que le quedaba apretado. Pero apretado que le quedaba menos ajustada su propia piel. Ese mono tenía más presión que un tanga de Kim Kardashian.

Y claro, se le marcaba el palito del amor, el pepino albino, la culebra amarrada, el mástil de los buenos días, el cerrojo del penal, el mango de las prospecciones, en fin, ya me entendéis.

La mayoría de los varones tenemos pene y aún así que Canales Rivera tenga llamó mucho la atención en el plató de Secret Story. No sé si por el tamaño o por la forma y posición de la salchicha reutilizable, que como apuntó JJV no tenía ni principio ni final. No descarto, de hecho, que a Canales le mole ir por la vida con una Oscar Mayer de pavo dentro del calzón.

JJV exigió que pusieran la foto en la pantalla gigante y claro, aquello parecía el travesaño de la puerta del castillo de Drácula. Pero es que el pene de un ratón lo pones en esa pantalla y parece que el bicho es el Nacho Vidal de los hámnsters. Chinchilla Vidal.

Y como le quitaron la foto antes de tiempo, pues JJV pidió que se la volvieran a poner. «María, pónmela en el pantallón. Pónmela. Pónmela. PÓNMELA», decía.

QUE LA PONGAS HOSTIA QUE TE REVIENTO, QUE TE VOY A BUSCAR Y TE ARRANCO EL HÍGAGO CON UN CORTAUÑAS, PÓNMELA PONLAAAAAAAAAAAAAAAA, PONLA QUE TE MUERDO EL ALMA, PÓNMELA QUE LA QUIERO VER, GRANDE, PÓNMELA QUE TE ESTRUJO LA VIDA DESGRACIADAAAAAAAAAAAAAAA

Algo así, pero resumido.

Y volvieron a poner la foto y el plató volvió a hacer ‘uuuuuuuuuuh’. Los maridos, novios, parejas y rollos de todos y todas las presentes en el plató calzan cacahuete, os lo digo ya por esa reacción. Canales se señalaba el mandingo, para que supiéramos dónde estaba, no fuera a ser que nos lo perdiéramos.

Ya sabéis que sobre el tamaño de la varita de preñar se dice siempre que puede ser de carne, si es grande de por sí y luego crece poco o de sangre, si parece la cabeza de un galápago y luego se hincha como un tampón en una cerveza. No sabemos si Canales es de carne o es que estaba contento.

En cualquier caso JJV dijo que aquella carne en barra era «como cuando te haces la foto en la Torre de Pisa! Está igual de torcida«. Es verdad, a mí me pareció ver japoneses haciénsose fotos en el entorno de la entrepierna de Canales Rivera.

Pero hay algo en lo que nadie reparó y que es la verdadera tragedia de la foto: Canales llevaba calcetines y chanchas de tira. Y ESO NO. Las chanclas con calcetines de cinta gorda, mal. Pero LOS CALCETINES BLANCOS Y LAS CHANCLAS BRASILEÑAS son un atentado.

¿Sabéis que hay en Madrid un lugar dedicado a la moda y el buen gusto llamado Museo del Traje? Los guardias de seguridad tienen orden de disparar a matar a alguien si lleva chanclas y calcetines.

Y con razón.

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