Comienza la última batalla de ‘La Voz’

Hola a todos amiguitos y amiguitas.

Estamos en la última tanda de duelos. Y no me refiero a las batallas, sino a los duelos del jurado, que lloran como si estuvieran velando un cadáver.

¡Lo vemos juntos!

ADVERTENCIA: A las doce habrá una parada del blog, cosas de mantenimiento de la plataforma, unos veinte minutillos y luego seguiremos.

¡No os asustéis!

 Ya estamos, con el sumario del sumario del resumen de lo que pasará.

Jesús Vázquez se ha puesto una chaqueta imitación puerta de nevera, con todos los imancitos que ha podido encontrar. Y chilla, no sé por qué.

Hoy, además de las batallas, hay un último duelo, que eliminará a uno de cada equipo, o sea, que de siete por equipo se quedarán en seis.

Lo de esta noche es la escabechina padre. Es el desembarco de Normandía de los concursos musicales.

Vamos con la primera batalla, de Bisbi.

Aprovecho para informaros de que voy a cenar palomitas de maíz. Así soy yo, un radical sin ataduras.

Van a la batalla Paco y las gemelas Marta y María. Eso no es una batalla, es un trío.

Luis Fonsi se lo pasa teta en los ensayos. Y encima le pagarán. Que alguien disfrute con su trabajo, que cosa más inaudita y deleznable.

A ver, el Paco este canta muy bien, pero se pasa de flipado.

«Niños, tranquilos, como en el ensayo», les dice Bisbal, a lo profesor de autoescuela.

Frase estrella de los coach que no están batallando «X lo tiene complicado».

Por otro lado, Luis Fonsi mete más baza que Bisbi. De hecho, creo que debería sentarse él en el sillón y Bisbi en el taburete ese de los asesores.

Se queda con Paco Arrojo. Que raro, mira tú… Aunque me alegro, porque el pobre, que trama, así, sin ese trozo de ceja por la vida.

Las muchachas Marta y María están en plan fan con Bisbi. Sólo les falta hacerse una foto, pedirle un autógrafo y tirarle unas bragas.

Turno para batalla de Rosario. Lucharán embadurnadas en aceite y en bikini Noemí y Angélica. Ah, pues no, van a luchar cantando y vestidas. Que mierda de programa, de verdad, que convencional.

Noemí se quejó del tema, no le gustaba. No le beneficia, dice. Joder, que es una canción, no un mecenas millonario. ¡A pedir al metro!

Madre del amor hermoso el vestido de Angélica estampada de Leopardo. Es como si fuera disfrazada de Gandía Shore. Podría hacer de curandera en una tribu africana.

El caso es que las dos cantan que te cagas en las bragas un día de diarrea después de una colonoscopia.

Eso sí, Angélica se ha pasado seis pueblos y siete ciudades con lo de aflamencar la canción. Parecía Camarón en un karaoke.

Rosario se queda con Angélica. Sí, a Noemí le ha dicho un montón de piropos, pero luego le ha dicho «pero». Como se dice en Juego de Tronos, «todo lo que está antes de un pero no sirve para nada».

Sí, sí, les cuentan su vida, les cuentan que son muy buenos… y mientras, los expulsados deben estar pensando «sí, sí, los cojones, pero me has echado».

Les toca destruir los sueños de alguien a Melendi y Nek. Se enfrentan Marta Santamaría y Claritzel.

Melendi se pasó los ensayos diciendo que eso no era un dueto, que era una batalla, que lo recordaran. Le faltó darles cocaína y una navaja a cada una para que hubiera sangre por todas partes.

Creo que el tío que abre la puerta del plató les mira el culo a todas.

La canción es una versión del «Opá, voy asé un corrá» de El Koala. Dicen mucho «opaaaaaaaa, opaaaaaaaaa, opaaaaaaaaaa». Lo que pasa es que no dicen nada del corral.

«Marta no parece de España», dice Nek. «Gracias», dice Marta. A dónde hemos ido a parar. Ese mismo diálogo se podía haber tenido con Ángela Merkel.

Cada vez que Melendi llama Filipo a Nek, dios mata un gatito.

Melendi se queda con Claritzel.

Y CAMBIAMOS DE POOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOST.

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