A las puertas de estrenar la ansiada sexta temporada de Black Mirror, después de varios años de silencio, no he podido menos que revisionar (puede que más de dos veces) mis capítulos favoritos de la serie, por aquello de ponerme otra vez en contexto. Extrañamente, «mis capítulos favoritos» son prácticamente todos los capítulos —mención aparte a U.S.S. Callister y San Junípero—. Es más, podríamos decir que en mi ranking personal, si quitamos la quinta temporada (que está enterita abajo del todo) y los dos episodios antes mencionados, el resto está bastante igualado.
Eso sí, algunos me remueven más que otros y por diferentes razones. Blanca Navidad, por ejemplo, por la variedad de su contenido y su final, me gusta particularmente. Pero sin duda uno de los más perturbadores sería Cállate y baila, el tercero de la tercera temporada, precedido por Playtest y por el icónico Caída en picado, que protagonizó Bryce Dallas-Howard.
En Cállate y baila tenemos un coprotagonista que fue Jerome Flynn (Bronn en Juego de tronos) y un protagonista absoluto que fue Kenny: un chico al que le hackean el portátil y lo graban masturbándose para luego hacerle chantaje. Te pasas todo el episodio sintiendo una pena enorme por el chaval y al final… Bueno, no os cuento más.
Pues el protagonista estaba más que bien interpretado por un joven Alex Lawther, que tenía 21 años en 2016, cuando se estrenó la temporada.