A las puertas de estrenar la ansiada sexta temporada de Black Mirror, después de varios años de silencio, no he podido menos que revisionar (puede que más de dos veces) mis capítulos favoritos de la serie, por aquello de ponerme otra vez en contexto. Extrañamente, «mis capítulos favoritos» son prácticamente todos los capítulos —mención aparte a U.S.S. Callister y San Junípero—. Es más, podríamos decir que en mi ranking personal, si quitamos la quinta temporada (que está enterita abajo del todo) y los dos episodios antes mencionados, el resto está bastante igualado.
Eso sí, algunos me remueven más que otros y por diferentes razones. Blanca Navidad, por ejemplo, por la variedad de su contenido y su final, me gusta particularmente. Pero sin duda uno de los más perturbadores sería Cállate y baila, el tercero de la tercera temporada, precedido por Playtest y por el icónico Caída en picado, que protagonizó Bryce Dallas-Howard.
En Cállate y baila tenemos un coprotagonista que fue Jerome Flynn (Bronn en Juego de tronos) y un protagonista absoluto que fue Kenny: un chico al que le hackean el portátil y lo graban masturbándose para luego hacerle chantaje. Te pasas todo el episodio sintiendo una pena enorme por el chaval y al final… Bueno, no os cuento más.
Pues el protagonista estaba más que bien interpretado por un joven Alex Lawther, que tenía 21 años en 2016, cuando se estrenó la temporada.
Habiendo debutado en 2010, sorprende que Lawther ya hubiera tenido algún papel interesante antes de la de Charlie Brooker. Tengo que destacar su papel como la versión joven de Alan Turing en The Imitation Game, protagonizada por Benedict Cumberbatch (quien daba vida al Turing adulto).
Solo un año después de Black Mirror lo pudimos ver en dos producciones de lo más interesantes: tuvo un papel en Historias de ultratumba, una de terror de Lionsgate firmada por Jeremy Dyson y Andy Nyman, y participó, como Tibby Schlegel, en cuatro episodios de la exitosa serie de Starz Regreso a Howards End. Pero sin duda su papel más destacado tras ser Kenny fue en otra producción de Netflix, entre 2017 y 2019, cuando coprotagonizó, junto a Jessica Barden, las dos (y escasas) temporadas de The End of the F***ing World. Lawther daba vida a James.
En los años posteriores, regresó al cine con pequeñas apariciones en películas como La Crónica Francesa o la imprescindible El último duelo, en la que el actor, irreconocible, daba vida al rey Charles VI. Aunque, a pesar de que sea ese un papel peculiar en una magnífica película, la siguiente parada la voy a hacer en Lloyd of the Flies (Lloyd de las moscas), una serie animada que sigue la vida de Lloyd, una mosca joven, hermano del medio de 451, que vive en una manzana con sus padres y que encara la vida junto a su amigo Abacus, una cochinilla. Lawther, si os lo estáis preguntando, es la voz de Abacus.
Esto fue el año pasado, y fue un año, para él, no solo de lo más productivo, sino también de lo más variado, ya que, además de ser actor de voz, apareció en Le patient, una producción francesa para televisión, un cortometraje (Samovar), un episódico en The Cleaner y un personaje de cuatro episodios, Karis Nemik, en Andor, una de las últimas series de la factoría Disney para el universo Star Wars.