Meryl es LA presencia femenina de la alfombra roja. Cualquier joven actriz firmaría con su alma por poder acumular años de edad y de carrera como lo ha hecho ella. Su actitud, su porte, su simple mirada y la forma en que planta el pie en el suelo del planeta hace que donde está Meryl solo exista Meryl. Lo llena todo (esto supieron captarlo muy bien en El diablo viste de Prada).
Ha saltado a las noticias recientemente porque le han concedido el premio Princesa de Asturias de las artes por «dignificar el arte de la interpretación». Este premio la traerá, previsiblemente, a nuestro país en octubre. Ella respondió diciendo: «Me siento muy honrada de recibir este prestigioso premio de uno de los países y culturas con más talento del mundo».
Son muchas las personas que dignifican, sin embargo, el arte de la interpretación. ¿Qué tiene de especial Meryl para ser la galardonada? Repasemos el origen:
Mary Lousie Streep nación un 22 de junio de 1949 en Nueva Jersey. Tiene 73 años. Debutó a los 27 en TV. En unos años en los que a las actrices Hollywood las empezaba a desterrar de la pantalla en cuanto cumplían 30 (no hablemos ya de cumplir 40), ella empezó «tarde».
Podríamos hablar de infinidad de buenos trabajos y títulos de éxito en la carrera de Meryl, como Into the Woods, Mamma Mia! (de la que hubo 2ª parte en 2018), Leones por corderos, A.I., La habitación de Marvin, Los puentes de Madison o Memorias de África. El diablo viste de Prada es de mis favoritas porque refuerzan esa idea de que donde está Meryl, ya solo existe Meryl.
En sus más de cuarenta años de carrera acumula (cuidado) 173 premios y 355 nominaciones. Ha sido nominada 21 veces al Oscar a mejor actriz (principal o de reparto), convirtiéndose en la estrella más veces nominada al Oscar (el actor más veces nominado es Jack Nicholson con 12 nominaciones, la diferencia es larga). Es, también, la actriz viva con que ha ganado más Oscars y la segunda de la historia con más premios: solo la supera Katharine Hepburn, que reunió cuatro. La última vez que Streep fue nominada fue en 2017, por The Post.
El Oscar lo ha ganado, como decía, en tres ocasiones:
El último fue en 2012, a mejor actriz protagonista por su papel de Margaret Thatcher en La dama de hierro.
El anterior fue en el ’83, también a mejor actriz protagonista, por La decisión de Sophie, con Kevin Kline y Peter MacNicol.
Y el primero, en el ’80, a mejor actriz de reparto por Kramer contra Kramer, y eso que ella era una de los dos Kramer.
¿De qué va Kramer contra Kramer? Recordemos: Joanna Kramer (Streep) deja a su marido Ted (Dustin Hoffman) y este, que hasta entonces, «aunque quería a su familia, se centraba mucho en su trabajo», se encuentra con que tiene que cuidar a Billy, el hijo de ambos. Que digo yo que, habida cuenta de que esto lo vivían (y lo viven) a diario decenas y decenas de mujeres, en sentido inverso, y es lo normal, así que esto merece una película por lo extraordinario del suceso.
Esta película, en la que, una vez más, el personaje principal es él y ella es el accesorio (y encima aquí es la mala de la película) es una adaptación. La novela homónima la escribió Avery Corman, escritor neoyorquino nacido en 1935, y la película está escrita y dirigida por Robert Benton, tejano nacido en 1932. Es decir: tenemos que una novela sobre un divorcio, donde ella renuncia a la custodia de su hijo, es escrita, dirigida, adaptada, producida y protagonizada por hombres. Y ahí metieron a Meryl. Harto interesante la historia de la participación de la actriz y su relación con Hoffman en esta peli.
Ella le contó a la revista Time, ya en 1979, que conoció a Hoffman cuando se presentó a una audición para una obra que Hoffman dirigía. «Hola, soy Dustin, se tiró un eructo, y dijo Hoffman», asegura Streep que dijo el actor para presentarse. «Después puso su mano en mi pecho. Que cerdo tan detestable, pensé», comentó Streep en la entrevista.
¿Por qué actuó después con él?
En 1978 acababa de perder a su pareja, John Cazale, que murió de cáncer cuando ella tenía 29 años. Ella, por cierto, se mudó entonces, su hermano le ayudó con la mudanza y se llevó a un amigo con él, el escultor Don Gummer, que después se convirtió en su pareja y padre de sus cuatro hijos. Siguen juntos hoy.
Ella era, pues, una actriz desconocida que no podía perder trabajos, y se presentó al casting de Kramer contra Kramer, aunque estuviera Hoffman. En esa audición, cuando le preguntaron por su opinión acerca del personaje de Joanna Kramer, Streep fue directa:
Es fácil convertir a una mujer que decide no conservar la custodia de su hijo en una villana plana y simple.
Dijo que ese personaje necesitaba ser reescrito, ahondar en sus motivaciones, en su historia. El director opinó de ella que había hecho una audición horrible, pero Hoffman, que sabía de la reciente pérdida de Cazale, opinó que ella estaría en un estado de fragilidad emocional que le vendría muy bien al papel. De modo que fue la elegida, y en el segundo día de trabajo, primero de rodaje, Hoffman —conocido «actor de método»— decidió que, para ponerla en alerta permanente, lo ideal sería darle una bofetada. Y lo hizo.
Esta fue mi primera película, y fue mi primera toma en mi primera película, y él me abofeteó. Y lo ves en la película (la tensión, el asco). Se sobrepasó- —Fueron las palabras de la actriz recogidas por Hipertextual en 2018.
Pero no se quedó ahí. Antes de rodar la secuencia en la que Joanna le dice a Ted que ya no lo quiere y que se va, Hoffman se burló de la muerte de John Cazale. Y luego tenemos la famosa escena de la copa.
Michael Shulman publicó en 2016 una biografía no autorizada de la actriz. En ella, asegura que Streep habló con Benton para replantear una escena y ahondar, precisamente, en esas motivaciones que ella creía necesario explorar en su personaje, y el directo lo aprobó. A Hoffman, al parecer, no le pareció bien y explotó contra ella: «Meryl, ¿por qué no dejas de enarbolar la bandera del feminismo y te dedicas a actuar?». Justo después de eso, y sin avisar a la actriz ni el director (solo al cámara, para asegurarse de que todo salía en plano), lanzó en una escena una copa contra una pared. Streep terminó con fragmentos de vidrio en el pelo. El susto real se ve en la película, porque la toma se dejó. «Una brillante improvisación».
Hoffman, por su parte, dijo tranquilamente en una entrevista a la revista People en 1983. «Soy chauvinista y mujeriego. Es difícil que yo piense que una mujer es poco atractiva, a no ser que esté enfadada o muy concentrada en sí misma». Nunca respondió a las palabras de Streep y en cuanto a la escena de la copa y la bofetada contaba en otra entrevista que «supone que no pudo evitar proyectar en Meryl el enfado que tenía con su mujer real, de quien en aquel momento se estaba separando».
Por Krammer contra Krammer, Hoffman ganó el Oscar a mejor actor, Benton mejor director y mejor guion adaptado y la propia cinta ganó mejor película. Streep se llevó el de mejor actriz secundaria.
El Oscar a mejor actriz principal ese año, por cierto, lo ganó Sally Field por Norma Rae. Basada en hechos reales sobre el proceso de concienciación política de Crystal Lee Sutton, una mujer obrera de una fábrica textil del sur de EEUU y su compromiso con la lucha sindical. Esta película, aunque dirigida por un hombre, tenía en producción a dos mujeres y las dos personas encargadas del guion eran una mujer, Harriet Frank Jr., y su marido, Irving Ravetch.
¿Qué quiero decir con todo esto? Que Meryl no solo tiene más de 40 años de carrera, 21 nominaciones, 3 Oscars y un montón de buenos títulos que avalan su calidad, sino que tiene todo eso habiendo empezado cuando casi tenía la edad de desahucio de Hollywood en un mundo creado por y para los hombres, donde la presencia femenina se reducía casi siempre al accesorio de ellos. Y ahora, cuatro décadas de Krammer contra Krammer, el Princesa de Asturias de las artes se lo dan a ella, y no a ninguno de «los otros Krammer».
ES IMPORTANTE SABER DE DÓNDE VIENE MERYL PARA ENTENDER POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE QUE ELLA HAYA LLEGADO ADONDE ESTÁ.
Y os juro, porque lo he oído en directo, que todavía hay quien dice que Meryl Streep le debe su carrera a Dustin Hoffman.