En una aciaga primavera, allá por 2002, se estrenaba en nuestras pequeñas (y aún muchas de tubo catódico) pantallas Los Serrano, esa serie maravillosa que entretuvo a la audiencia durante cinco años y cuyo final es un poco como la gran historia de Ricky Martin, el perro, el armario y la mermelada: todo el mundo la conoce, aunque muy pocos afirman haberlo visto. Y es que sí: cuando Antonio Resines tiene un sueño, pues qué menos que contárselo a España entera. Y dejar que la gente se cabree, pues también, qué menos.
Pues en este sueño que Resines tenía había una familia estupenda formada por un matrimonio de arrejuntaos (Diego y Lucía), dos parejas en situación de «dudosa moral» (Marcos y Eva y Guille y Teté), un niño que estaba ahí, a lo suyo, feliz con su perrete (Curro) y un montón de amiguetes y aledaños que terminaban de darle forma a esa maraña cuasi incomprensible. Y de uno de ellos hablamos hoy: Octavio Salas, a.k.a. Chucky, amigo de Marcos (Fran Perea), interpretado por el actor Jimmy Barnatán.
Barnatán había ya estrenado la veintena cuando interpretó a este adolescente en seis de las ocho temporadas de la serie, y tras ella, aunque no ha sido fácil seguirle la pista (suele pasar después de estar en un programa de tantísimo tirón como fue Los Serrano) todavía lo pudimos ver en algunas producciones dispares, como Museo Coconut o la tercera y quinta entrega de Torrente.
No fue hasta 2018 que volvió a tener un papel recurrente en televisión, en la serie Servir y proteger de TVE, en la que estuvo durante un año e hizo un total de más de 200 episodios como Fede Alarcón.
Pero, antes de eso, Barnatán comenzó a construirse un buen futuro en la música que, en realidad, le venía desde pequeño.
Hijo del escritor Marcos Barnatán y de la escritora y periodista Rosa Pereda, el interés de Jaime (que así se llama) por la música se remonta a sus 16 años en Nueva York, cuando, como él mismo ha contado:
Desde pequeño solía ir, primero con mi abuela y, más tarde, solo, a una iglesia de Harlem, a escuchar gospel. Me fui interesando por la música negra y, un día, a los 16 o así, me colé con una amiga en el Arthur’s Tavern, lugar mítico, para ver un concierto. Cuando acabó, comenzó una jam session y me subí a cantar… a los músicos les gustó como lo hice y me emplazaron a volver cuantas veces quisiera. A partir de ahí, todo fue rodando solo.
En España fue primero vocalista de Caronte’s Ferry y después de San Telmo Music Factory, con la que en 2010 lanzó su primer disco, Black Note, con trece temas que suponían todo un homenaje a los grandes del jazz, el blues y el soul.
A este disco siguieron After the blue times (2011, con la Back Door Band) y otros tres como Jimmy Barnatán & The Cocooners, Room 13, Motorclub y el último en 2017: Bourbon Church.
De la actualidad de su vida, personal y profesional (y como no podía ser de otra manera) os podéis enterar a través de su perfil de instagram, donde comparte cosas tan dispares como sus rutas en autocaravana, sus conciertos improvisados y todo con mucha, mucha carretera.