A Alonso (Guillermo Campra) era imposible no quererlo, pero luego estaba Nuño, cuya finalidad era poner carne al estereotipo de niño repelente y malcriado. Y es que, como sabes todos los guionistas del mundo, en los contrastes está el point de la cuestión.
Criado tenía 13 años cuando interpretó a Nuño, y nunca había tenido un personaje protagonista aunque sí había aparecido en otras series de tirón como Aída, en Telecinco. Muy probablemente, fue su paso por Águila Roja, en La 1, el que le dio el empujón definitivo.
Vimos a Nuño de Santillana y Guzmán en un total de noventa episodios a partir de 2009 y, para cuando terminó la serie en 2015, despedimos ya a un joven adulto que se abría paso a lo grande en el mundo del cine y la televisión. Incluso antes de ese momento, en 2013 concretamente, estuvo nominado a un premio Goya a mejor actor revelación por su papel de Efraín en La gran familia española, del directo Daniel Sánchez Arévalo.
En los últimos años lo hemos podido ver, por ejemplo, en 1898. Los últimos de Filipinas y en Bajocero, de Lluís Quílez. Y, en cuanto a series, no se queda atrás: ha estado en La línea invisible y Antidisturbios, ambas de Movistar+, y el año pasado se incorporó a la espectacular La casa de papel, de Netflix, donde tuvo una revolucionaria aparición como Rafael de Fonollosa. Tanto, que incluso hay rumores de que él sea el posible protagonista de un spin-off que «resolvería» el final de la serie.