Si hay una serie que en el nuevo milenio se llevara la palma, esa serie fue Aquí no hay quien viva. Y si existe un secundario inolvidable, ese era Gerardo, el actor Jaime Ordóñez.
Gerardo era conocido por sus escenas en las que largaba un interminable monólogo hablando rapidísimo, sin apenas coger aire, absolutamente serio y, por supuesto, sin pestañear. Sin duda toda una habilidad que hacían que personaje y actor fueran uno solo.
A lo largo de la serie, echaban mano de Gerardo cada vez que necesitaban que un profesional random explicara cualquier cosa con vis cómica. Así, el hombre que no necesitaba respirar ayudó a instalar alarmas de seguridad, fue exterminador de plagas, trabajó en una tienda de espionaje, en un laboratorio, en una perrera municipal, investigó sectas e incluso instaló hidromasajes. Siempre, eso sí, para terminar con la misma coletilla:
¿Lo han entendido? Me alegro.
Su haber, por supuesto, no se limita a la comedia de Antena 3 (ni de Telecinco, cuando esta pasó a manos de Mediaset). Además de muchísimo teatro, ha sido un recurrente en La hora de José Mota, donde ha imitado a celebridades como Kevin Spacey, Charlton Heston, Luis Tosar o Christopher Lloyd, y es también uno de los actores fetiche de Álex de la Iglesia, con quien ha hecho cuatro películas desde 2013, entre ellas la magnífica Las brujas de Zugarramurdi y, en 2018, El bar, papel por el que fue nominado a un premio Feroz a mejor actor de reparto, aunque me juego algo a que no lo reconocisteis al verlo (hubo quien tampoco reconoció a Mario Casas, como para reconocer a «el calvo de Aquí no hay quien viva» con esas greñas).
Ha estado, además, recientemente en la serie del mismo director para HBO, 30 monedas: una de las mejores producciones de streaming de los últimos tiempos, en mi humilde opinión y para la que, el pasado mes de febrero, se inició el rodaje de la segunda temporada.
Además, acaba de terminar El cuarto pasajero y ha rodado con Nicolas Cage y Pedro Pascal El peso del talento, que se estrenará el próximo 10 de junio.
Aunque, personalmente, me quedo esperando la segunda temporada de 30 monedas.
Tanto cuesta revisar la ortografía antes de darle a «publicar»??? Duele la vista ver «a sido»…. Periodismo de calidad
27 mayo 2022 | 4:09 pm
Que digo yo, Albert, así como idea loca, que si en un artículo que está perfectamente escrito ves una errata, es eso: una errata. No una falta de ortografía: una errata. El mundo está lleno de ellas; siento que tengas que vivir en él, dado lo mucho que te afectan. Eso sí, utilizar una errata para hacer la reductio ad absurdum que te has marcado dice de ti mucho más que mi errata de mí :). ¡Que tengas un gran día!
31 mayo 2022 | 9:41 am