Lo dije y lo mantengo: la cabecera de Los problemas crecen me da morriñona.
Quien más, quien menos, todos sabemos que Kirk Cameron, el «guapo» de la serie, se convirtió en pastor de una especie de secta creacionista (o algo parecido) y «le hace entrevistas a Dios» (o algo parecido). Y, obviamente, todos sabemos qué ha pasado con Leonardo DiCaprio, que nos ha mantenido a todos en vilo durante décadas a ver cuándo le daban el puñetero Oscar. Pero de los otros protas de la serie, que dejó de emitirse en 1992 después de 7 años, como que ya sabemos algo menos.
Pues bien, si hace poco os contaba qué fue de Jeremy Miller, el pequeño Ben Seaver, hoy es turno para Tracey Gold, la hija mediana de los Seaver, y a quien le tocó ser lo que en argot sitcomero se conoce como toquem repelentus.
Cuando en el ’92 dejó de emitirse la serie, parece que Tracy, simplemente desapareció. ¿Qué fue de ella?
Pues puede que esto sorprenda a más de uno, pero lo cierto es que Gold, durante todos estos años, ha estado total y plenamente activa. De hecho esta mujer, a sus 49 años, lleva -ojocuidao- CUARENTA Y DOS de carrera, ya que se estrenó allá por el ’76, cuando solo tenía 7 añitos, con un pequeño papel en la serie Capitanes y reyes.
Y entonces, ¿cómo es que no la hemos seguido viendo en televisión? Pues por una razón simple, que se da en muchos actores y actrices que fueron estrellas de la sobremesa (como Sabrina, de Cosas de brujas, por ejemplo): cuando tu trabajo se centra en televisión, o el producto es muy bueno, o no se exporta. Por lo que, a estas latitudes del planeta, no ha llegado ni la mitad del trabajo de Tracey. Y lo que ha llegado, la verdad, tampoco es que sea ninguna obra maestra.
Además, Tracy, aunque es cierto que ha seguido trabajando sobre todo (por no decir exclusivamente) para televisión, y aparte de algún papel episódico en distintas series, como Diagnóstico: Asesinato, Tocados por un ángel o Chicken Soup for the Soul (por citar algunas)…

Tracey en ‘Diagnóstico: Asesinato’, en 1996.
Se ha dedicado, esencialmente, al cine de serie B. Ya sabéis: ese que te ponen en Antena 3 los domingos después de comer, para que pases la resaca sin tener que hacer mucha labor mental. Desde que terminara Los problemas crecen, Tracey suma un par de docenas de títulos en esta categoría.
En general, son películas del montón, que apenas pasan el aprobado (cuando llegan) en los principales portales de crítica, de títulos del estilo A solas con su pasado, Buscando una salida, Corazón robado o Infierno en la montaña. Os hacéis una idea, ¿verdad?
Una de sus últimas películas (plantados ya en 2008) llegó a estrenarse en cines: Llamarada Solar. Y, en ella, ya veíamos a una Tracey convertida en señora.

«¡Oh, no! ¡Una llamarada solar!»
Si esto no es calidad interpretativa, que venga Kirk y lo vea.
Sin embargo, me vais a permitir que me vaya a 2012, cuando Gold interpretó el papel de Katelynn en una de estas pelis que a mí tanto me fascina que existan… ¡¡Arachnoquake!! ¡Y junto a… Edward Furlong, el John Connor adolescente de Terminator! Oh, sí, Dios: gracias por Arachnoquake xD
(Por cierto, ¿qué fue de Edward Furlong?)
A pesar de todo, durante esta última década parece que su ritmo de producción ha empezado a caer, pasando de hacer hasta tres pelis por año a hacer una peli cada tres años. Ya sabéis: Hollywood perdona mal la edad, y más aún en las mujeres.
Hace un par de años, coincidiendo con el estreno de la última película en la que participó (All Hallows’ Eve, en 2016), su nombre volvió a sonar bastante (especialmente por las redes) por lo que muchos medios calificaron de «encontronazo» con su antiguo compañero, Kirk Cameron, por unas declaraciones de este contra la homosexualidad en general y el matrimonio gay en particular, a las que Tracey respondió en su cuenta de twitter:
I am a strong supporter of the #LGBT Community, and I believe in equal rights for all. #NOH8 #LOVE
— Tracey Gold (@TheTraceyGold) 5 de marzo de 2012
«Soy una firme defensora de la Comunidad #LGTB, y creo en los mismos derechos para todos».
Sin embargo, a pesar de que los medios lo vendieron como una especie de pelea entre ambos actores, Tracey aclaró después en el programa de Oprah: Where Are They Now? que «sintió que su silencio en ese momento no era beneficioso» porque «le estaban preguntando por su opinión todo el rato» y que, después de publicar el twit, llamó a Kirk para hacerle saber que había expresado su opinión y que él le respondió que todo estaba bien, que simplemente habían dado cada uno su opinión.
«No significa que lo odie o que estamos en una pelea o una pelea», dijo ella. «Al igual que la familia, simplemente no estamos de acuerdo».