Que será ancha Castilla, pero el mundo es un pañuelo y estos tres tienen algo en común. Pero, ¿qué puede ser? ¿Qué pueden tener en común un consagrado actor, un cómico rancio y el actual presidente de los Estados Unidos de América?
Y la respuesta es…
SOLO EN CASA 2: PERDIDO EN NUEVA YORK
Iba a decir que el papel de Tim Curry en esta película es memorable, pero eso sería caer en la redundancia, porque todos los papeles de Curry son memorables. Se dice a menudo sobre él que es quien le da la calidad a sus papeles, y no al revés, y es totalmente cierto: no existe papel pequeño que el -terrorífico- primer Pennywise no convierta en una delicia para los sentidos.
En Solo en casa 2, el pequeño Kevin, perdido ahora en la ciudad de Nueva York, se alojaba así con toda su humildad en el Hotel Plaza, del que Tim era el gerente:
Para mí, momentazo el fundido con el Grinch. Si es que no puede evitar tener la perfecta cara de malo.
Luego está el electo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que antes de ser presidente -como sabemos todos- era un famoso empresario, más famoso por sus historias amorosas y sus -varias- declaraciones en bancarrota que por el buen funcionamiento de sus negocios.
En esa época en la que Trump era un personaje público que ocupaba portadas de revistas por todo el país, no era raro verlo haciendo algún cameo en pantalla, y uno de ellos, muy discreto, fue en Solo en casa 2. Cuando fue elegido presidente y el mundo se hizo eco de la noticia, de hecho, en varios medios mencionaron esta anécdota, así que probablemente os suene:
Culkin tropezaba con él en un pasillo del hotel al entrar por primera vez, y el ahora hombre más poderoso del mundo le daba indicaciones para llegar a la recepción.
Y, por último, tenemos a Rob Schneider. Reconozco que vi la película estas navidades, en una de sus infinitas reposiciones por televisión, aunque no la había visto desde hacía al menos quince años y no recordaba que Rob Schneider salía en ella. Y, además, en un papel destacado: el del botones del hotel.
Poniéndonos un poco en situación, Schneider, protagonista de por ejemplo Deuce Bigalow o Estoy hecho un animal, pertenece a esa casta de cómicos americanos afines al humor facilongo y grosero, que tan bien ha funcionado el último par de décadas (especialmente entre el público que solo busca entretenimiento en una película). De hecho, pertenece a la misma generación de actores de comedia que Adam Sandler, con quien coincidió cuando ambos formaban parte del elenco de Saturday Night Live, programa en el que Schneider participó desde 1990 hasta el ’94. Desde entonces, es tradición que siempre se vea a uno haciendo cameos en las películas del otro.
La cuestión es que Solo en casa 2 es del ’92, justo de la época en la que la cara de Rob empezaba a ser conocida en los USA pero era aún un misterio en el resto del mundo. De ahí que a muchos nos pasara desapercibida su presencia en el Hotel Plaza.
Glorioso x’D