Hace un par de semanas, la prensa internacional se hizo eco de la noticia:
El duro más duro de la televisión y el cine deja su carrera. ¿Porque ya tiene como mil años? ¡Nope! Por amor. Porque incluso los más duros tienen su corazoncito, y el de Chuck Norris seguro que golpea fuerte y tiene barba.
La razón de que Norris haya decidido retirarse de su carrera como actor es que quiere centrar todo su tiempo y energías en cuidar de su mujer, Gena, con la que se veía así de feliz el pasado mes de septiembre paseando por San Francisco, según ha compartido él mismo en su cuenta de facebook:
Chuck contó en una entrevista a Good Healths que su mujer y él llevan cuatro años embarcados en una dura pelea (y mucho ojito, que si de algo sabe este hombre, es de peleas), desde que su mujer sufriera una intoxicación por gadolinio, un metal pesado presente en un contraste que le inyectaron antes de realizarle una resonancia magnética. La CBS News se apresuró a compartir la noticia con el mundo.
Según cuentan, después de que en el hospital sus médicos negaran la posibilidad de la intoxicación por gadolinio, finalmente buscaron una segunda opinión en una clínica privada de Nevada, donde les fue confirmado el diagnóstico.
El matrimonio Norris asegura que, desde entonces, la salud de Gena se ha visto gravemente afectada. Ella afirma que «a las pocas horas de la primera inyección, sentí que todo mi cuerpo estaba en llamas, como si hubiera pasado ácido a través de él. Primero era una sensación aislada, pero siguió propagándose» y que «antes de esto, era una persona vibrante. De hecho, yo diría que mis niveles de salud y estado físico me habrían colocado en el 10% de los mejores del mundo en ese momento».
Relata también que, después de la resonancia, quedó postrada en la cama, con una vía intravenosa y la necesidad de cuidados de enfermería las 24 horas. «Chuck dormía en un sofá, junto a mí. No me dejó sola. Creía que me moría, y yo solo quería vivir para criar a mis hijos».
Chuck, por su parte, declaró:
He renunciado a mi carrera cinematográfica para concentrarme en Gena. Toda mi vida en este momento se trata de mantenerla viva.
La inyección de contrastes antes de una resonancia magnética es una práctica extendida en todo el mundo, ya que permiten obtener una visión más clara. Según los datos que compartió la CBS, se estima que al año se hacen en el mundo unos 60 millones de resonancias y que, de ellas, la tercera parte reciben una inyección de gadolinio.
De ahí que el matrimonio Norris haya iniciado su cruzada contra ello, considerándolo un peligro para la salud pública, y hayan presentado, finalmente, este mismo mes de noviembre una demanda oficial a través del juzgado de California.
Mientras Chuck se decide a volver (o no) a la pantalla, si lo echáis mucho de menos, no se ha pronunciado con respecto a su faceta de escritor (porque Chuck, amigos, también escribe), así que si tenéis mono siempre podéis encontrarlo en su columna de CForce.
No apta para blanditos.
¿Pero no sufrió hace poco un ataque al corazón?
22 noviembre 2017 | 9:18 pm
Lo de los ataques al corazón resulto ser una noticia falsa su fundación Kickstart Kids lo desmintió tras contactar con el Sr. Norris.
22 noviembre 2017 | 10:04 pm