Porque, amigos, esta mujer ha hecho más cosas que casarse con Michael Douglas.
Echando un ojo muy general a su carrera, uno puede preguntarse cómo es posible que con (bastante) menos de medio centenar de créditos en casi treinta años interpretando, alguien pueda llegar a gozar de la fama y el renombre que tiene Catherine Zeta-Jones.
Se estrenó allá en el ’90, con 21 añines, en la producción francesa de Las mil y una noches, entrando por todo lo alto en el papel de Scheherazade:
Desde ese momento y hasta que, en 2000, se casara (que sí) con Michael Douglas, pudo añadir a su haber títulos tan relevantes como The haunting (la guarida), La máscara del zorro, La trampa o Traffic. En 2000, la noticia de su boda con el veterano actor dio, como no se podía esperar menos, la vuelta al globo, coleccionando apuestas en torno a cuánto duraría tan «forzado» matrimonio, porque al parecer cuando dos personas tienen una diferencia de edad importante solo un oscuro motivo puede empujar ese amor… Pero ahí están, después de 17 años, casados y relucientes.
En realidad lo que descoloca de la carrera de Zeta-Jones es que casi parece que de una belleza joven y exuberante se espera verla siempre en papeles… Pues eso, de exuberante joven (hasta que se acaben ambas cosas: juventud y exuberancia) y Catherine ha sabido mantenerse en un movimiento perpetuo de papeles serios, como el de Velma Kelly en la magnífica Chicago (2002), Amelia Warren en La terminal (2004), Kate en Sin reservas (2007) o, por supuesto, Cathleen en La trama (2013).
El mismo año de La trama (2013) apareció también en RED 2 (¿cuatro años ya?) y en Efectos secundarios. Tras ello, tuvo tres años de parón para reaparecer el año pasado en Dad’s Army: el pelotón rechazado y, este mismo año, ha saltado a ser uno de los personajes recurrentes (6 episodios de 8) de la serie Feud, junto a las ENORMES Jessica Lange y Susan Sarandon. Se trata de una serie antológica, creada para FX y centrada en su primera temporada en los pleitos entre Joan Crawford y Bette Davis durante el rodaje de ¿Qué le pasa a Baby Jane? Catherine interpreta a Olivia de Havilland, amiga de Davis.
Si existe un extremo diametralmente opuesto al papel de exuberante joven, es el de Olivia de Havilland, sin duda.
Y, ya para rematar, a muchos nos sorprendió, hace poco, la noticia de que Zeta-Jones participaría, junto al actor Idris Elba y al exfutbolista uruguayo Forlán, en la gala de los premios The Best, organizada por la FIFA en Londres, para entregar el premio al mejor gol del año. De hecho, su participación fue un secreto hasta casi el último momento, y todos los medios se hicieron eco de su aparición. Os propongo un juego: buscad los titulares de esa noticia, y cada vez que leáis la palabra «irreconocible», ¡chupito!
Al día siguiente, no se habló de otra cosa. Pareció pasar bastante desapercibido quién se llevó el premio que Cath entregaba (por cierto, fue Olivier Giroud), porque la noticia giró en torno a si Zeta-Jones se había operado o era un efecto del maquillaje. Que, como todo el mundo sabe, es lo verdaderamente importante en una gala deportiva: saber si la presentadora se ha operado la cara y por eso está irreconocible… ¡Ops! ¡Chupito!
Está demacrada y parece una bruja.
03 noviembre 2017 | 11:15 am
Me hace gracia ver cómo la gente espera que una persona, por ser famosa, no envejezca. «Está demacrado/a», ¿qué esperas con 50 años? El tiempo pasa para todo el mundo.
03 noviembre 2017 | 1:54 pm
Simplemente !!Preciosa!!!
03 noviembre 2017 | 2:46 pm
Asaltacunas asqueroso… viejo verde…
03 noviembre 2017 | 3:30 pm
Lo malo de la cirugía estética es que siempre parece cirugía estética…
03 noviembre 2017 | 5:58 pm
Douglas se casó con ella cuando ésta ya pasaba de la treintena, y algún imbécil por arriba lo «llama asaltacunas» XD Para mí que la Jones ya llevaba bastantes años fuera de la cuna por aquel entonces. XD
05 noviembre 2017 | 12:24 am
Sigue siendo bellísima. Al que dice que «está demacrada y parece una bruja», habría que verte a tí a ver qué pinta tienes. Qué mala es la envidia. Y encima, buena actriz y ganadora de un Oscar.
30 enero 2018 | 7:46 pm
Lástima que esta buenaza señora, se haya hecho «rellenar» de botox y silicona, perdiendo su belleza natural.
¿ Qué le quedará de los atributos naturales ??
Todo por estar más cachonda. ! Qué superficialidad !
23 enero 2019 | 12:36 am