Papás con delantales

Por Magela Demarco

En España, cada 19 de marzo se celebra el Día del Padre. Por eso quiero aprovechar esta fecha para hablarles de Un papá con delantal, un libro editado por Bellaterra para niñas, niños y adult@s. El proyecto surgió como respuesta a las desigualdades diarias que solía ver tanto fuera de mi círculo como dentro de mi propia familia e incluso en mí misma. 

La historia, contada a través de los ojos de una niña, desde el humor, se podría resumir así: una madre casada o en pareja, con dos hijos (una niña y un niño) contrata a un señor para que la ayude con los quehaceres del hogar, porque ella entre el trabajo, la casa y el cuidado de sus hij@s no da abasto. Me gustó jugar con la idea de que sea un señor, que se llama Amador, la persona que la mamá contrata para que la ayude con las tareas del hogar, porque es algo que no pasa en la realidad, o al menos en Argentina, donde todas las personas que uno contrata para trabajar son mujeres. Y, a decir verdad, son contados con los dedos de las manos los hombres que barren, pasan el trapo, hacen las camas, limpian los vidrios, lavan la ropa, ordenan la casa, hacen las tareas con las hijas y los hijos, los/as llevan al médico… A lo sumo hacen una cosa o dos cosas de todas esas, pero la mayoría las seguimos haciendo las mujeres, además de salir a trabajar, claro.

 Quise contar una historia que nos invitara a cuestionarnos la división arcaica de algunos roles que todavía existe entre hombres y mujeres. Y a poder ver las diferentes formas en que –a veces, de forma no del todo consciente– criamos a nuestros niños de nuestras niñas (y después nos quejamos). El hecho de que un hombre se “ponga el delantal” simboliza la distribución equitativa de las tareas del hogar, que son abundantes, llevan mucho tiempo y siempre quedan a cargo de nosotras.

Para ver estas inequidades entre hombres y mujeres que al día de hoy continúan existiendo podemos apelar a los datos estadísticos. Según el  Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE), el 78,7% de las mujeres europeas realizan las tareas domésticas de forma diaria, mientras que el porcentaje de hombres es del 33,7%. Y si hablamos específicamente de España, esta desigualdad se mantiene: el 84,5% de las mujeres comparado con el 41,9% de los hombres. Datos muy similares arroja el Instituto Nacional de Estadística de España (INE): el 77,5% de las mujeres realizan tareas domésticas todos los días, frente al 32,9% de los hombres. En Argentina, mi país, los datos son similares. Y así, podríamos replicar estos mismos datos o similares, prácticamente, a todo el mundo.

Pero más contundente que los datos estadísticos que no dejan de ser números y abstracciones, vayamos a nuestro diario devenir. Cuando voy a los colegios a leerles el libro y a conversar sobre estos temas, les suelo hacer a las y los pequeños estas simples preguntas. En sus casas, ¿quién hace las compras? ¿Quién cocina? ¿Quién lava los platos? ¿Quién cambia las bombitas de luz? ¿Quién saca a hacer sus necesidades al perro? ¿Quién friega los pisos? ¿Quién cuelga los cuadros? ¿Quién lava la ropa? ¿Quién va a las reuniones del colegio? ¿Quién compra los materiales que piden para la escuela? ¿Quién les ayuda a hacer la tarea? ¿Quién los lleva al médico?

No creo que haga falta que les diga cuáles son las respuestas que dan la mayoría de l@s chic@s. Por las dudas, si hay alguno o alguna que todavía no se ha espabilado, les comento que la palabra que más nombran, por lejos,  es “mamá”. De ahí mi libro. Porque además, con estas divisiones de roles arcaicas, algunos padres se pierden muchas de las cosas más lindas que uno puede experimentar en la vida. Muchos se pierden el hermoso momento de cantarles canciones de cuna a sus hij@s para hacerlos dormir, de leerles un cuento, de peinarlos, enseñarles a lavarse los dientes, incluso cambiar sus pañales. Son momentos únicos, de una comunicación profunda y amorosa. Leerle un cuento y ver dormir a mi hijo que hoy ya tiene ocho años, me sigue emocionando como el primer día o más. Es una pena que muchos padres se pierdan estas cosas. Por eso, este 19 de marzo invito a los hombres a ponerse también el delantal. Con amor, unión y entrega.

Para que las relaciones entre hombres y mujeres sean equitativas, armónicas y sanas tenemos que estar a la par.

Magela Demarco es periodista 

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