El feminismo del Ibex 35

Por Liliana Marcos Barba

Los cánticos multitudinarios de las manifestaciones del 8 de marzo y los ríos de tinta impresa al calor del #Me Too han llevado al feminismo hasta cuotas inimaginables hace apenas cinco años: partidos políticos que no quieren dejar de salir en la foto o empresarias de la estratosfera que sin tapujos proclaman su compromiso con el feminismo. Bienvenidos sean los compromisos y declaraciones si vienen acompañados de cambios en políticas y conductas –también conductas empresariales– que nos acerquen a una mayor igualdad entre ellos y ellas.

Cada año, Oxfam Intermón hace un repaso al comportamiento de las empresas del Ibex y su impacto en la desigualdad publicando un informe que cuantifica no sólo el número de filiales que las grandes empresas cotizadas españolas tienen en paraísos fiscales (805 en 2018), o cuántas veces el salario de aquel mejor pagado multiplica el salario medio de la empresa (124 veces), sino que compila indicadores varios en desigualdad de género que nos permiten saber cómo de cerca o lejos están las prácticas empresariales de las declaraciones públicas pro igualdad entre hombres y mujeres.

Este año el informe Quién parte y reparte añade una importante novedad. Gracias a una nueva y ambiciosa legislación sobre transparencia empresarial, las grandes empresas españolas están obligadas a reportar, públicamente y mediante un profuso listado de indicadores qué impactos tienen en el medio ambiente o en el empleo. Indicadores que, desagregados por sexo o categoría laboral, nos hablan de la incidencia en estas compañías de algunos de los fenómenos que lastran las proyecciones laborales de las mujeres.

Empezando por la brecha de género y medida por la diferencia existente en sueldos medios (única forma que permiten los informes de transparencia), por cada euro que reciben los hombres, las mujeres ingresan 85 céntimos. Las tres compañías con mayor brecha serían el Santander (71 céntimos ellas por cada euro de ellos), Mapfre (72) y Viscofan (74).

Esta es la primera vez que las empresas hacen públicos sus informes de transparencia empresarial y es de esperar que vayan mejorando y dejen de pasar cosas como que seis compañías hayan decidido directamente no dar información alguna sobre sus salarios medios desagregados por sexo, o que el reporte incluya indicadores mejor construidos. En el caso de la brecha salarial, ésta no se da ajustada al coste por hora del trabajo de hombres y mujeres, y eso oculta que las mujeres tenemos más contratos parciales. Según se desprende de analizar la información publicada por las propias compañías del IBEX 35, de todas las personas contratadas con una jornada reducida el 75% son mujeres.

Trabajar menos horas es una realidad que para muchas mujeres viene ocasionada por sus desproporcionadas responsabilidades de cuidado en el hogar. Una carga que, junto con otras causas, las atrapa en el llamado “suelo pegajoso” o quedarse relegadas de sus compañeros hombres ocupando la mayoría de los puestos en las categorías laborales más bajas. Las tres compañías del IBEX 35 donde el suelo es más pegajoso serían Técnicas Reunidas, donde un 95,6% de las mujeres están contratadas en la categoría más baja, Indra (93,2%), e Iberia (93%). En el otro extremo, los informes de las empresas también ilustran a la perfección el techo de cristal, el acaparamiento de los puestos más altos por hombres. Nada menos que 7 de cada 10 puestos de primera categoría son ocupados por un hombre. En la cúspide de la pirámide, tan sólo dos presidencias de las empresas del Ibex 35 están ocupadas por mujeres.

Liliana Marcos Barba es responsable de Políticas públicas y desigualdad | Departamento de Campañas y Ciudadanía de Oxfam Intermón.

1 comentario

  1. Very interesting subject, appreciate it for posting.

    16 noviembre 2019 | 10:13

Los comentarios están cerrados.