El sueño de Rebeca: igualdad

Por Eloisa Molina

«Cuando les vimos llegar pensamos que venían a arrestarnos, y casi huimos «, dice la madre de Rebecca, sentada en su estera. Se refiere al momento en que, hace  varias semanas, el profesor titular de su hija y otros dos maestros se presentaron sin previo aviso en el hogar familiar. Pensaron que venían a cobrar las cuotas vencidas. Todo lo contrario, iban para proponerles que su hija continuase estudiando en un colegio de alto rendimiento. «Fue un milagro, no lo esperábamos en absoluto», dice su madre sonriendo con orgullo a su hija.

Ella y el padre, ambos jornaleros, trabajan en los campos de la comunidad por 60 céntimos al día. Su niña es la mejor alumna de St. Catherine, un internado limpio y ordenado a varios kilómetros de distancia por la carretera.

Rebecca, de 16 años, se considera afortunada. Sin embargo, no todo ha sido fácil. Hace unos meses desde la escuela donde estudiaba secundaria les notificaron que tenía tres años de cuotas vencidas, y por tanto, no se le permitía seguir estudiando. Fue un momento traumático en el que tuvo que regresar a casa.

Durante unos meses la joven se dedicó a fabricar y vender pan para ayudar a su familia. Allí, en su comunidad de Uganda, no hay muchas más opciones. Mientras, uno de sus profesores, basándose en el sistema de alerta temprana del proyecto de World Vision, la identificó como una adolescente en riesgo. Se reunieron los miembros del comité escolar, incluido el director de la escuela secundaria, y establecieron un plan de acción para que pudiese volver a la escuela.

Una oportunidad para el futuro de millones de niñas

Hace unos meses, la administración escolar y los maestros del centro St. Catherine recibieron una formación específica sobre los primeros sistemas de alerta: un registro que rastrea al alumno para detectar cualquier comportamiento sospechoso con el objetivo de identificar a las niñas que están en riesgo de abandonar la escuela y así poder evitar que esto suceda. A fecha de hoy, más de 120 niñas han podido volver a la escuela gracias a este sistema.

La escuela es la clave. La educación puede protegerlas del VIH, del matrimonio infantil y otra serie de amenazas que rodean la realidad de las niñas y mujeres de su área. Bastan los datos: según JSI Research & Training Institute, Inc. (JSI) siete de cada diez niñas de su edad han experimentado situaciones relacionadas con la violencia de género en la escuela; casi el 4% en esta franja de edad tienen VIH, y entre dos y seis veces más probabilidades de contagio que los niños en el mismo rango de edad.

Eloisa Molina es Coordinadora de Comunicación de World Vision.

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