La juventud en Latinoamérica aún ve «normal» la violencia machista. ¡A desaprender!

Por Aida Pesquera

Los países de América Latina y el Caribe han adoptado, desde los 90, leyes y otras normas para la protección de las víctimas de violencia machista. Colombia, por ejemplo, cuenta con importantes directivas aprobadas entre 1996 y 2015, además de planes nacionales para prevenir y atender la violencia contra mujeres y niñas. Los avances legislativos son significativos, pero hay que reconocer que la situación de la violencia contra las mujeres persiste. Según la Comisión Europea para América Latina y el Caribe, CEPAL, 1.831 mujeres fueron asesinadas por el solo hecho de ser mujeres en 2016.

Imagen del informe publicado por Oxfam sobre imaginarios. En él se recoge también que hay caminos para la transformación de imaginarios.

Son cinco mujeres al día, todos los días. ¿Qué está fallando? Además de los enormes niveles de impunidad, persisten fuertes creencias y comportamientos discriminatorios que impiden y obstaculizan la implementación de los marcos jurídicos y la sanción efectiva de los actos de violencia. Es uno de los enormes desafíos al que nos enfrentamos.
El informe de Oxfam Rompiendo moldes: transformar imaginarios y normas sociales para eliminar la violencia contra las mujeres penaliza las creencias que tienen jóvenes de 15 a 25 años de América Latina y el Caribe en torno a la violencia y las relaciones de pareja. Fundamentadas en una idea distorsionada del “amor romántico” (basado en el control y no en sentimientos de compañerismo amoroso), estas creencias llevan a las personas a reproducir desigualdades y normalizar situaciones de violeecia machista, como controlar la forma de vestir de la pareja, sus amistades y mensajes en el teléfono celular, censurar sus fotos en las redes sociales, o exigir su ubicación y contraseñas personales.
La impunidad se alimenta de esta tendencia a considerar “normal” o justificar actos de violencia. Junto con el machismo, está presente en las canciones, telenovelas, películas, familias y parejas, y es algo que se tolera e, incluso, se celebra. Esto tiene consecuencias concretas y graves: el 86% de mujeres y hombres de 20 a 25 años encuestado/as por Oxfam no intervendría si un amigo le pegara a su novia. En Colombia, cinco de cada diez hombres de 20 a 25 años tampoco lo harían.

Nuestro país se coloca por encima de la media regional: enojarse si la pareja no quiere tener relaciones sexuales, considerar “normal” el acoso sexual callejero en forma de “piropo” y controlar o espiar el teléfono personal y las redes sociales de la pareja, son comportamientos aceptados por las personas encuestadas. Es muy preocupante que seis de cada diez jóvenes preguntados cree que las mujeres no logran salir de las relaciones de pareja violentas porque el hombre amenaza con matarlas. A pesar de lo revelado en el informe, es importante recordar que la violencia contra las mujeres no es un callejón sin salida. Hay cada vez más jóvenes que alzan su voz y toman acción. Organizaciones de mujeres y colectivos de jóvenes, con quienes Oxfam trabaja de la mano en ocho países de América Latina y el Caribe, están consiguiendo que muchas mujeres y niñas puedan vivir libres de violencia. Todas las personas podemos cambiar y ayudar a transformar las creencias que refuerzan la violencia contra las mujeres como algo “normal”. Lo que se ha aprendido se puede desaprender.

Aida Pesquera es directora de Oxfam en Colombia. 

1 comentario

  1. Dice ser fernando

    No la ve normal…

    Sino que la juventud tiene mas educacion y conocimiento y ve que no todo es maltrato.. y menos en una sola dirección.

    26 julio 2018 | 12:03

Los comentarios están cerrados.