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Tifón Hagupit: 24 horas en el centro de evacuación de Quezon

Por Andy Brown, especialista regional de Comunicación de UNICEF en Asia oriental y el Pacífico

El tifón Hagupit, conocido en Filipinas como Ruby, pasó al sur de Manila durante la noche del lunes 8 de diciembre. El ojo de la tormenta obvió la ciudad, pero la lluvia y el viento que rodearon al tifón, venían acompañados de graves riesgos de inundación, y asustaron sobre todo a las comunidades de los barrios más marginales y cercanos al río. El trauma del tifón Yolanda/Haiyán aún estaba demasiado fresco en sus memorias.

Los vecinos de Barangay Bagong Silangan, Quezon City, dentro de Manila, crearon un centro de evacuación en un espacio deportivo cubierto en la ladera del barrio. Sobre esa llanura esperaban sortear los peligros de las inundaciones. A las cuatro de la tarde, ya estaba empezando a llenarse de mujeres y niños que llegaron temprano con algunas pertenencias para reservar un espacio entre las esteras que se repartieron en el centro de la cancha. Personas voluntarias empezaron a preparar la comida para los evacuados y el Departamento de Salud montó una pequeña clínica para hacer chequeos médicos.

Elna Cirilo con Nicole, de 6 años, y Cyrus, de 5, en el centro de evacuación Barangay Bagong Silangan © UNICEF Filipinas / 2014 / Andy Brown

Elna Cirilo con Nicole, de 6 años, y Cyrus, de 5, en el centro de evacuación Barangay Bagong Silangan
© UNICEF Filipinas / 2014 / Andy Brown

Elna Cirilo, de 31 años, acababa de llegar con sus dos hijos Nicole, de 6, y Cyrus, de 5. Está embarazada de ocho meses de su tercer hijo. «Hemos venido aquí para escapar del peligro y estar seguros», nos explicó. «Mi marido se quedó para cuidar la casa, pero si las aguas se elevan, ha dicho que vendrá enseguida para estar con nosotros.»

Elna y su esposo cultivan y venden verduras para ganarse la vida, ganan alrededor de 100 pesos al día (1,8 euros). No pagan el alquiler de su casa de este barrio marginal, porque todavía están luchando para salir adelante tras el tifón Yolanda del pasado año y, a veces no pueden permitirse el lujo de enviar a sus hijos a la escuela. «Nuestra casa ya se ha inundado tres veces «, nos contaba Elna. «Estoy muy preocupada, pero no hay nada que pueda hacer.»

Nicole es demasiado tímido y no quiso hablar con nosotros, pero el pequeño Ciro sí que nos contó cómo vivía la situación. «Me estoy portando bien”, nos explicaba. «Me da miedo la tormenta, pero estoy contento porque al menos mis amigos están aquí y vamos a tener algo que comer.»

Justo después de las 5 de la tarde, los voluntarios actualizaban una pizarra informativa para mostrar que ya había 77 familias y 370 personas en el centro de evacuación. En el exterior, la tarde se oscurecía y la lluvia era cada vez más pesada. Si te asomabas, podías ver a la gente caminando por la carretera luchando contra la lluvia bajo sus paraguas y cargando sus pocos objetos de valor hacia el centro de evacuación.

Conocer a Elna y su familia resguardándose en el centro de la llegada de la tormenta fue, en gran medida, un ejemplo de cómo los planes de reducción de riesgos y de preparación de desastres funcionan. Aprendidas las lecciones del tifón Haiyan, el año pasado, los preparativos, la evacuación y la respuesta humanitaria para este tifón que ha atravesado Filipinas han sido ejemplares.

Aldrin Cuna (a la derecha) en el centro de control de tifón del ayuntamiento de Quezon, Manila © UNICEF Filipinas / 2014 / Andy Brown

Aldrin Cuna (a la derecha) en el centro de control de tifón del ayuntamiento de Quezon, Manila © UNICEF Filipinas / 2014 / Andy Brown

Los trabajadores encargados de la emergencia apenas han dormido en las últimas semanas preparándolo todo. En un visita temprana a la sala de control del Ayuntamiento, nos encontramos a los trabajadores de emergencia tratando de vencer al sueño acumulado. «Llevamos esperando al Ruby desde hace días «, nos explica Aldrin, uno de los trabajadores con una sonrisa. «Hemos desplegado la mayor parte de nuestros barcos y vehículos para que estuvieran preparados y el personal de emergencia estaba listo para cualquier salida.»

Finalmente, la tormenta pasó por Quezon causando un daño mínimo. Hubo algunas inundaciones durante la noche en casas cerca del río, pero a media tarde la mayoría de las familias habían abandonado el centro de evacuación, y el resto recogían sus pertenencias y se preparaban para irse. En comparación con la noche anterior, había una sensación de alivio visible en los rostros de las personas.

El médico del centro de evacuación, Joselito Paulina, se mostraba satisfecho de cómo habían ido las cosas. «Hemos dado comida a la gente y hemos aprovechado para hacer chequeos y repartir medicación. He podido ver a 98 pacientes durante la tormenta. La mayoría de ellos tenían infecciones agudas del tracto respiratorio. Con el mal tiempo empeoran. Vamos a intentar verlos de nuevo dentro de tres días».

Elna y sus hijos estaban cansados pero felices de regresar a casa. «Estoy contenta porque la tormenta ha pasado, estamos bien y ya podemos volver a casa», explicaba Elna. «He podido hablar con mi marido y me ha dicho que el agua llegó a la altura de la rodilla en mitad de la noche, pero que ya se está retirando. Ha estado bien poder refugiarnos aquí. Me daba seguridad para los niños, pero también es verdad que hacía mucho calor y estaba tan lleno de gente que apenas hemos podido dormir «.

Los niños también estaban ansiosos por volver a casa. «Quiero leer un libro cuando lleguemos”, decía Cyrus mientras se aleja del centro. «No me importa qué libro, cualquiera.»

El doctor Paulina hace a Elna y a sus hijos un chequeo médico en el centro de evacuación © UNICEF Filipinas / 2014 / Andy Brown

El doctor Paulina hace a Elna y a sus hijos un chequeo médico en el centro de evacuación
© UNICEF Filipinas / 2014 / Andy Brown

1 comentario

  1. Dice ser Antonio Larrosa

    Ante las inclemencias catastróficas de la naturaleza nada se puede hacer , lo malo es que un vecino mala persona te bloquee el desagüe pluvial para que se inunde tu casa, como me ha pasado a mí, originándose grandes daños. ¿Que puedo hacer?

    Clica sobre mi nombre

    11 diciembre 2014 | 17:07

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