Fotograma de la película El Médico (2013)
Este lunes por la noche la familia de Noah Gordon ha comunicado a través de su página web el fallecimiento del gran escritor de El Médico, entre otras novelas, a los 95 años de edad. Es obligado en un blog como este, dedicado a la narrativa histórica, dedicarle una pequeña despedida exprés.
Gordon fue uno de los referentes, con Ken Follet y algunos más, de esa gran novela histórica mainstream que atrajo a ese género a millones de lectores no habituales. A millones de lectores los cautivó y les metió el gusanillo de la ficción histórica. Aunque su éxito fue internacional, fue en Alemania y España donde tuvo un impacto descomunal. De hecho, en una entrevista concedida en 2007 a este periódico a nuestra compañera Puri Caro, le confesaba: «Aún escribo gracias al lector español».
Aunque a veces han sido despreciados por los más puristas, o por la crítica, fueron autores que derribaron puertas y murallas para autores que llegarían tras ellos. Sin su éxito, muchos novelistas no habrían logrado publicar. Nadie hoy publica una novela histórica sobre medicina o médicos sin que se piense en Gordon -y para muestra, un botón reciente-.
Este autor estadounidense, llegado del periodismo, ya había publicado cuatro novelas cuando en 1986 publicó El Médico y arrasó. La historia de aquel joven inglés, aprendiz de cirujano, su don sobre la muerte, y su viaje hacia Oriente en pos del conocimiento médico cautivó a millones de lectores. Tuvo adaptaciones a cine, televisión e incluso un musical. E inició la trilogía de los Cole, que continuaría con Chamán y La doctora Cole. Entre el resto de sus novelas pueden destacar El último judío, La Bodega o El comité de la muerte, entre otras.
El escritor Noah Gordon (EFE)
Su maestría la demostró repetidas veces con la sencillez con la que contaba y planteaba situaciones científicas e históricas, sin perder ritmo o interés. En su estupendo Código Best Seller, el gran periodista Sergio Vila-Sanjuán describía así su estilo: «Es un narrador acumulativo en los detalles, sobrio y preciso, que da lo mejor de sí cuando tiene que explicar el proceso de densificación de la orina o comparar el costillar de los cerdos con el de los humanos. Divulgador científico de primera, consigue hipnotizar al lector con párrafos dedicados a ese tipo de cuestiones, que no escatima. Pero la mirada a ras de tierra que se deriva de esta aproximación la aplica también a otros territorios de la acción humana, como las relaciones amorosas, que en el autor siempre están planteadas de una forma muy práctica y escasamente romántica. Noah Gordon, en suma, es el autor de best seller antienfático por excelencia de nuestro tiempo». No podría estar más de acuerdo.
Para mí, siempre será el autor de El Médico, su mejor novela. Recuerdo haberla leído a través de un sobado ejemplar de bolsillo de Ediciones B (años más tarde, cuando su editora Blanca Rosa Roca abandonó aquel grupo, se marcharía con ella a Roca Editorial) cogido de la biblioteca uno de aquellos largos veranos lectores de la primera adolescencia. Y recuerdo haberlo devorado y disfrutado como aquellos años hice con Patrick O´Brian, Lindsey Davis o Ken Follet entre otros. Recuerdo haber viajado a Ispahán con Rob J. Cole. Recuerdo que las más de 800 páginas se pasaban rápido.
No diría que hoy por hoy sea uno de mis autores favoritos, pero sí estoy seguro que fue una de esas plumas a las que debo mi amor por el género histórico.
Por cierto, su fallecimiento se produce pocos días después del de otro grande, Wilbur Smith. Se nos marcha una generación de grandes artesanos del best-seller.
Descansa en paz, Noah Gordon, nosotros buscaremos consuelo en tus novelas.
Y vosotros, ¿qué recuerdos tenéis de Noah Gordon y sus novelas? ¿cuál es vuestra novela favorita suya?
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