La organización del Certamen Internacional de Novela Histórica Ciudad de Úbeda ha dado a conocer las tres obras finalistas del Premio Los Cerros de Úbeda. Las mejor valoradas por la comisión lectora del certamen, entre todas las novelas participantes, han sido tres novelas de las que he hablado en XX Siglos: Nazarí, de Mario Villén (Edhasa), El nombre de Dios, de José Zoilo (Ediciones B) y La avenida de las ilusiones de, de Xavi Barroso (Grijalbo).
La obra ganadora se dará a conocer a lo largo del mes de octubre, tras la reunión que mantendrá el jurado formado por los escritores Salvador Compán, Jesús Maeso, Emilio Lara y Mari Pau Dominguez y el periodista Javier Velasco.
Uno de los tres autores pasará a ser el ganador de la sexta edición del premio que distingue aquella que se considera la mejor novela histórica publicada en el año 2020. El ganador se unirá a los ya galardonados Álber Vázquez, Javier Olivares, Sebastián Roa, José Calvo Poyato e I. Biggi.
Os dejo con las fichas y sinopsis de las novelas finalistas. ¿Quién ganará?
El nombre de Dios, de José Zoilo
Cuenta la leyenda que el rey Salomón mandó hacer un objeto en el que escribiría todo el conocimiento del mundo. Esta escritura contiene las pistas necesarias para deducir el Nombre verdadero de Dios, el cual nunca puede ser escrito, solo pronunciado.
Principios del siglo VIII. Los musulmanes desembarcan en el sur de la península Ibérica sin que parezca haber rival capaz de oponerse a su fulgurante avance. El rey Roderico viaja al sur para plantar cara a los nuevos invasores. Para apoyar al rey, aparece una pequeña columna que porta una reliquia capaz de cambiar el curso de la contienda. A su llegada ya es demasiado tarde, pero el rumor de la existencia de la reliquia empieza a correr entre los musulmanes, cuyo objetivo deja de ser únicamente la conquista de la península…
La avenida de las ilusiones, de Xavi Barroso
Barcelona 1909. Las hermanas Francisca y María Romero llegan a la ciudad en plena Semana Trágica para servir en casa de los Puig, una adinerada familia de la burguesía catalana. En las calles los trabajadores luchan por unas condiciones más dignas, mientras la clase alta se aferra a sus privilegios. Francisca tiene un carácter indomable y la cabeza llena de pájaros, sueña con ser artista y una vida más libre y emocionante que la que la sociedad le ha destinado. Pronto conocerá a Joan, un joven anarquista que le robará el corazón y le descubrirá el brillo y la magia del Paralelo.
Pero un fatídico acontecimiento sacude el alma de las hermanas Romero y empuja a Francisca a perseguir su sueño: convertirse en la reina de los teatros del Paralelo. Francisca buscará su lugar y jugará con sus lealtades en una Barcelona revolucionaria y en plena ebullición teatral. Conocerá el lado más oscuro de la ciudad, vivirá la humillación, la soledad, la traición y un amor imposible que marcará su vida. Pero nunca renunciará a su sueño.
En una época en que las mujeres ni siquiera tenían derecho al voto, Francisca siempre será una mujer libre.
Nazarí, de Mario Villén
Alarcos, 1195. El ejército musulmán ha derrotado a las tropas lideradas por el rey castellano Alfonso VIII. La alegría es doble para Asquilula, naqb andalusí: vuelve a casa victorioso y ese mismo día sabe del nacimiento de su primer nieto: Muhammad bin al-Ahmar. Corren tiempos convulsos en la península ibérica, dividida política y culturalmente. En el norte, los reinos cristianos luchan entre sí; en el sur, musulmán, tampoco reina la unidad. Serán años de batallas y muertes, traiciones y compromisos, treguas y pactos salpicados con algaradas e incursiones a uno y otro lado de la frontera. Son tiempos duros en los que la vida pende de un hilo. Y será en esos años cuando Muhammad bin al-Ahmar, desde su Arjona natal, se convierta en un fiero cegrí que luchará incansable en la frontera con Castilla. Aclamado como sayj, encabezó la lucha de su pueblo por sobrevivir ante los constantes ataques de los reinos cristianos, llegó a ser nombrado emir y reunió bajo su mano los restos de al-Andalus tras las Navas de Tolosa. Teniendo como enemigos a sus propios correligionarios y, al norte, al firme y decidido rey Fernando III el Santo, construyó no sólo un reino, sino una nueva dinastía, la nazarí, para gloria de al-Andalus y de la Historia. Y en su camino nunca estuvo solo…
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