El historiador y escritor Tom Holland (ÁTICO DE LOS LIBROS)
En pleno descreído y tecnológico siglo XXI, llega un historiador y divulgador inglés y nos dice que el cristianismo no es sólo «la mayor historia jamás contada», sino además «la revolución subversiva más exitosa» que ha marcado y marca el mundo occidental. Lo hace Tom Holland, galardonado autor por libros como Rubicón o Fuego Persa (toda su obra, ahora publicada en Ático de los Libros) en su libro recién aparecido en nuestro país, Dominio (traducción de Joan Eloi Roca, Ático de los Libros, 2020). Un repaso a la historia del cristianismo, desde la Atenas clásica hasta hoy, pasando por santos, batallas, papas, Tolkien o The Beatles. Y su búsqueda se convierte en la de los orígenes de la mentalidad occidental y del mundo.
Y lo hace alguien que confiesa en el libro que en su niñez y juventud, su obsesión primero por los dinosaurios y después por las civilizaciones de la Antigüedad, que le han hecho reconocido, «oscurecieron su confianza en la fe cristiana». Sin embargo, en su madurez y la profundidad de su conocimiento de culturas como Esparta o Roma, las comenzó a percibir como culturas depredadoras, con las que es tan difícil empatizar como hacerlo con «un tiburón blanco».
Así Holland comenzó a perfilar su visión del cristianismo, esa religión que parecía marcarlo todo: «Tan profundo ha sido el impacto del cristianismo en el desarrollo de la civilización occidental que ha llegado un punto en que pasa desapercibido. Las que se recuerdan son las revoluciones incompletas; el destino de las que triunfan es convertirse en normalidad». En su viaje, Holland, con un buen pulso narrativo, mezcla cultura popular, historia y religión logrando una obra interesante, contundente y llena de puertas abiertas.
Escribe que la historia del cristianismo es la “mayor historia jamás contada”…
Creo que es la mayor historia jamás contada porque es la más destacable. El cristianismo es la manera más transformadora, la más revolucionaria para entender las relaciones humanas. Emerge de un rincón oscuro de un imperio antiguo cuya figura central es un hombre que sufre la muerte de un esclavo, torturado a través de la crucifixión. Es el camino más poderoso que se puede tomar para entender a la humanidad.
En pleno siglo XXI, defender el cristianismo como una revolución subversiva y exitosa que sigue marcando el mundo occidental, ¿es provocación o iluminación?
¡Creo que es iluminación! Además, es una verdad evidente. El hecho de que la gente pueda pensar de alguna forma que el cristianismo es conservador solo demuestra que la revolución que el cristianismo ha iniciado y mantenido, continúa. Sus mismas ideas e influencias a través del tiempo generan reacciones en contra.
¿Es necesario ser creyente, espiritualmente hablando, para escribir y entender esta obra? Usted cita a Tolkien con aquello de que un mito no es necesariamente una mentira y escribe que aunque “su fe en Dios se había disipado no había dejado de ser cristiano”…
Creo que no ser creyente inhabilita de alguna forma la capacidad de ser objetivo, pero también es ilógico pretender que alguien pueda ser neutral con este tema. Si eres católico tienes una perspectiva católica y si eres protestante tienes una perspectiva protestante. Pero si lo ves desde una perspectiva progresista, sectaria o humanista puede moldear y formar tus ideas sobre el impacto del cristianismo.
Creo que el libro es una inspiración, para mi forma de ser cristiano y creo que para la gente que comparte los valores y la ética del cristianismo también. Por eso creo que la observación de Tolkien es importante. Los mitos tienen mala reputación en general, pero un mito puede ser verdad. La forma en la que vemos el mundo puede no ser una realidad objetiva, pero si contener una honda verdad. Eso creo que es el cristianismo.
¿Qué momento de la historia del cristianismo cree fundamental y piensa que suele obviarse?
Lo fundamental es eso, fuera lo que fuera, que convenció a la gente de la resurrección de Jesús. Sin ese convencimiento no existiría el cristianismo. Algo tuvo que haber pasado, un momento significativo y revelador interpretado como resurrección. Pero creo que el evento del que menos se habla es la revolución papal del siglo XX. Puede que por su éxito, por su gran impacto, no solemos mencionarlo.
Plantea una paradoja interesante: sin descartar que el cristianismo ha creado formas de terror y dominación, también afirma que las posturas que sirven para oponerse a esas formas son de raíces cristianas… Y cita, por ejemplo, los debates sobre la mujer y el feminismo y los derechos LGTBI…
Creo que esto es algo que se remonta muy atrás en el tiempo. Los humanos no pierden su apetito por el poder, por el control y por supuesto la iglesia fue víctima de eso. Una iglesia que consagra reyes y curas como grandes figuras de un imperio poderoso, un imperio que crucifica a un hombre que busca la iglesia y dice que “los últimos serán los primeros”, se vuelve responsable de esa muerte. Pero todos en el mundo cristiano deben de pensar que un ladrón o un asesino puede estar mas cerca de Dios que una persona rica o la que envía a alguien a la muerte. Creo que tiene que ver con la autoestima de los poderosos y los ricos y con la forma de quebrantar sus posturas.
Recientemente, lo que parece ser un argumento entre los que se definen como progresistas y los de doctrina cristiana es un argumento de la teología cristiana; los derechos de los homosexuales son un ejemplo clásico para esto. El concepto de homosexualidad no existía antes del siglo XIX. Los romanos por supuesto entendían que habían hombres atraídos exclusivamente por mujeres y hombres atraídos por hombres, pero esto no definía realmente a alguien. Era como decir hoy en día que a un hombre le gustan las rubias o las morenas.
La razón por la que pensamos que los hombres y las mujeres son dos polos gemelos es porque San Pablo lo ha transmitido así en sus escritos. El efecto secundario de esto ha sido una condena hacia las relaciones entre personas del mismo sexo, como si estuviera lleno de pecado.
La persona que realmente popularizo la palabra “homosexualidad” fue un psicólogo alemán católico, que hacia el final de su vida llegó a pensar que sí, la homosexualidad puede ser entendida como un pecado para la mayoría de la iglesia, pero también puede ofrecer un marco estable para algunas relaciones monógamas. La paradoja de la homosexualidad es que es una combinación de un pecado cristiano, la sodomía y una virtud cristiana, el matrimonio; por eso hoy en día la cristiandad tiene tan difícil tarea en decidir que postura adoptar en relación al matrimonio gay.
¿El mensaje cristiano puede ser base para casi cualquier razonamiento, perverso o bondadoso?
No estoy convencido de que el cristianismo pueda ser utilizado para justificar el racismo, por ejemplo. La idea de que todos somos semejantes a Dios es muy cristiana.
Así pues ¿es el cristianismo es el pilar central de la cultura occidental? ¿Más que el mundo clásico o la Ilustración? ¿O es indivisible con ellos dos?
Si, creo que la civilización occidental es cada vez más cristiana. Yo solía pensar que sus raíces pasan por Grecia y Roma pero ahora creo que es imposible entenderlo sin pasar por una clase de niebla cristiana.
¿Tiene futuro como religión o solo como origen cultural, moral…?
El cristianismo continua creciendo y ganando adeptos en África, por ejemplo. En Europa, ¿quien sabe? …puede que la cristiandad se disolverá y morirá, o puede que el deseo de buscar sus raíces lo revivirá.
Al arrancar esta obra, uno podría pensar que recuerda a su obra sobre el origen del Islam, A la sombra de las espadas, pero esta va mucho más allá, ¿por qué? ¿Es por proximidad cultural? ¿O habría sido imposible hacer un ejercicio similar con el Islam?
Una de las razones por la que escribí Dominio fue porque muchos musulmanes me han preguntado si haría algo parecido para mis creencias, buscar mis orígenes. Me pareció un pregunta falta de sentido. Con el islam buscaba los orígenes del islam, Dominio es sobre la humanidad y los orígenes de la modernidad.
¿Cómo valora el multiculturalismo que está naciendo en Europa y otros países occidentales? ¿Debería Occidente preservar su esencia cristiana o estar abierto al, parece que inevitable, mestizaje?
Creo que el multiculturalismo funciona para que tradiciones diferentes entiendan los preceptos cristianos. Pero porque las autoridades, los gobiernos o la prensa pretendan que la secularización es neutral, se imponen normas extrañas para las personas de otras religiones, en particular para los musulmanes. De alguna forma las personas de otras tradiciones creen pertenecer a una religión culta que puede tener valores procedentes del cristianismo, menos algunos musulmanes que rechazan esta idea y quieren regresar a los valores del siglo XVIII cuando se mostraban como pertenecientes a una norma y no a una nación, no a una religión, sino a un pueblo. En definitiva, creo que lo del multiculturalismo es una pregunta abierta.
Tolkien, The Beatles… Se ha buscado poderosos aliados en la cultura de masas para expresar la pervivencia del cristianismo. ¿La clave de ese triunfo es estar sin parecerlo, sin aparente imposición o institución?
Creo que el éxito que tuvo el cristianismo en propagarse reside justo en que ha hecho parecer que sus valores no vienen del cristianismo, sino que de alguna forma son universales. Conceptos como secularización, derechos humanos o igualdad de genero, todos ellos tienen raíces cristianas pero el genio de la sociedad occidental ha sido en pretender que son valores universales y que todos pueden adquirirlas.
Escribe que tras escribir sobre Esparta o la antigua Roma no podía sentir tanta empatía porque tenían la ética de un depredador, ¿el cristianismo ha hecho al mundo occidental mejor o más humano?
La paradoja es que ha hecho la sociedad occidental más capaz de conquistar a otros, porque precisamente el premio para los conquistados, la universalidad, y la compasión por ellos significa el Occidente tenia éxito como imperio.
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