Patrañas que contó mi libro de historia en el colegio

El ruido del forro para los libros de texto, las mochilas cargadas hasta el límite y la chavalería corriendo hacia los centros escolares me han hecho recordar Patrañas que me contó mi profe (traducción de Jesús Cuellas, Capitán Swing, 2018), del historiador y sociólogo James Loewen (Decatur, EE UU, 1942). El libro tiene por subtítulo el sugerente: En qué se equivocan los libros de historia de los Estados Unidos. El arranque del curso escolar me ha impelido a hablaros de este interesante libro que leí a saltos el año pasado y del que no tuve ocasión de hablaros en XX Siglos.

Loewen repasa doce de los principales libros de texto de historia de la enseñanza secundaria estadounidense y los destroza sin piedad. Principalmente, por dos razones: porque ninguno logra emocionar o captar de manera memorable la atención de los estudiantes y porque todos ofrecen una visión única, una versión patriótica y acrítica, optimista sin sentido y llena de tópicos y contenidos casi legendarios.

La lectura de este Patrañas que me contó mi profe resulta disfrutable en dos sentidos: por un lado, se puede leer como una historia de los Estados Unidas, crítica y altamente comprometida; por otra, como una reflexión educativa con sus, agradecidas, aportaciones para la solución a los problemas que apunta.

Este sociólogo e historiador nos muestra cómo la historia que venden esos libros (además, obviamente, manejada y apoyada por intereses editoriales, políticos y educativos) es una visión complaciente con los poderosos y quienes tomaron decisiones en la historia, prácticamente anglosajona y protestante y masculina. ¿Dónde están los nativos, los afroamericanos, los hispanos, las mujeres, las comunidades LGTBi o los migrantes de otros lugares del mundo que también han formado esa gran nación? Loewen también señala como esa visión histórica conlleva un apoyo al capitalismo y al individualismo tan típico de ese país.

El texto de Loewen es sugerente y llama a la reflexión, sin duda, aunque es fácil disentir o no estar de acuerdo en todo lo que plantea. Es verdad que el propio autor entiende las propias limitaciones de lo que expone: como es evidente que la falta de espacio y tiempo escolar hace que no se pueda enseñar todo, ¿cómo se puede enseñar una historia más centrada en colectivos y minorías? ¿Cómo explicar también las polémicas y distintas visiones? Loewen apuesta por ofrecer menos temas y más profundidad y explicar la historia siempre con enganche en la actualidad, para servir y mostrar el nexo de unión con los estudiantes. Resulta una gran idea, pero, creo, que ponerla en práctica en exclusividad provocaría una enseñanza de la historia también insuficiente, pero por otros motivos. Lo que sí apoyo de las peticiones de Loewen es que la propia asignatura de historia enseñe a tener una mirada crítica que permita llegar a conclusiones personales y a poner en cuestión los relatos históricos de los que los alumnos serán testigos en el cine, la literatura, la política, la sociedad…

Cuando leía Patrañas que me contó mi profe, mi mente volaba constantemente hacia mi país desde Estados Unidos. ¿Qué ‘patrañas’ enseñarán los libros de historia en España? ¿Qué harán bien y qué harán mal? Las quejas de los editores que aparecieron en prensa la semana pasada nos muestran que las peticiones políticas de las distintas comunidades pueden ser una de las grandes cuestiones en nuestro país. Las visiones contrapuestas y, previsiblemente extremas, falaces y manipuladas, de los nacionalismos centralistas y de nacionalismos regionales y periféricos, que se pueden encontrar en ellas. Sin embargo, estoy seguro de que más allá de ese problema clave habrá muchos más puntos conflictivos a revisar: minorías, leyenda negra (o rosa), perspectiva de género, la ausencia de histórica científica, técnica, cultural y artística…

Desde aquí lanzo un guante a los docentes de historia de secundaria (que sé a ciencia cierta que alguno seguís XX Siglos). ¿Nadie se lanza a esa labor, sin duda trabajo colosal y seguramente generador de problemas, de hacer una versión española de este Patrañas que me contó mi profe?

¡Buenas lecturas y buen arranque de curso para todos!

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2 comentarios

  1. Dice ser Alisa

    No sé si mis libros de historia me contaron patrañas, pero lo que sí sé es que eran monotema: guerra. Guerra, guerra, guerra, guerra, guerra… Guerra. En este año o en este otro. Aquí o allá… Guerra, guerra, guerra, guerra.
    ¡Menuda porquería!
    Ojalá me hubiesen enseñado historia científica, humana, el cómo llegamos hasta hoy… Y no las infinitas veces que intentamos no llegar.

    11 septiembre 2019 | 14:25

  2. Gracias por la recomendación. Me lo apunto!

    11 septiembre 2019 | 23:24

Los comentarios están cerrados.