‘El sueño de Toledo’ de Puy du Fou: bienvenidos al gran espectáculo de la historia

Fotografía del espectáculo ‘El sueño de Toledo’, del parque Puy du Fou en Toledo.

Amenazaba tormenta en el estreno de El sueño de Toledo, el espectáculo nocturno que supone la inauguración del parque temático Puy du Fou en España. Fueron clementes los nubarrones, pese alguna gota y algún relámpago en los momentos previos, y permitieron un espectáculo de impresión. Los empresarios del exitoso parque temático sobre la historia de Francia ofrecieron en su desembarco español una superproducción de apenas 70 minutos que comprimían 14 siglos de historia nacional simbolizados en la ciudad de Toledo. Coreografías, efectos especiales, caballos, luces y hasta fuegos artificiales. Un espectáculo artísticamente impecable.

El sueño de Toledo arranca con la conversión al catolicismo del rey godo Recaredo, en el 587, y a ritmo frenético repasa la historia hispana hasta pasada la Guerra Civil. Es un espectáculo emocionante, que salta de la conquista musulmana de Toledo -con una cinematográfica coreografía de la toma- a las taifas, a la Reconquista, Carlos V, los Siglos de Oro, la decadencia, la revolución industrial… Hay momentos llenos de magia y sorpresa: la carabela de Colón emerge del agua frente a Isabel la Católica con almirante y tripulación en ella para comunicar la noticia del descubrimiento; los artistas de los Siglos de Oro -Cervantes, Lope, Calderón, el Greco…- se encadenan en una bella escena que sirve de homenaje para todos ellos… Y todo ello cierra con un mensaje esperanzador, positivo y de unidad. Como se escuchó varias veces durante el estreno: «Parece mentira que tengan que venir unos franceses a contar la historia de España».

Se puede achacar, con cierta razón, que ofrece una visión histórica muy tradicional, que recurra a muchos componentes épicos y legendarios (la leyenda de la Cava, por ejemplo), incluso a tópicos; que su mirada es casi estrictamente cristiana y que, en varios momentos, abusa de contraponer lo español ante el otro, el extranjero; que evita cualquier momento comprometedor o polémico y cuando los trata, aún de pasada como la Guerra Civil, evita profundidades; o que el rigor a veces se rinde ante el efectismo y la espectacularidad… Pero centrar la valoración de El sueño de Toledo en esos elementos supone no ser consciente de ante qué se está. El montaje no es un ensayo, ni un museo, ni una exposición. Sus pretensiones son las de un parque de ocio, las de entretener a la mayor parte del público, desde niños a ancianos, emocionarles. «No somos historiadores», recalcan varios responsables de Puy du Fou. Las exigencias de rigor académico, visión crítica, profundidad y matices resultan exageradas y relamidas para un espectáculo de algo más de una hora que utiliza el lenguaje de la música, luz y el movimiento para entretener.

Como en los grandes musicales o en las superproducciones de Hollywood, con las que se pueden comparar este montaje, el objetivo no es enseñar, sino entretener. El sueño de Toledo cumplirá con la Historia si logra inocular el virus del interés por la historia a alguno de los 4.000 espectadores de cada función.

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1 comentario

  1. Suscribo tus palabras… ojalá deje el poso suficiente en muchos de los espectadores que se acercan para simplemente disfrutar de un gran espectáculo, y despierte en ellos el interés por la historia.

    11 septiembre 2019 | 23:29

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