’14 de Julio’: la Bastilla literaria de Éric Vuillard

Toma de la Bastilla (Jean-Pierre Houël – Bibliothèque nationale de France / WIKIPEDIA)

Se quiera o no, el francés Éric Vuillard (Lyon, 1968) es uno de los referentes a los que hay que mirar cuando se habla de ficción histórica contemporánea. Su obra, centrada en el pasado, y siempre con una mirada reflexiva y de largo alcance, con una indisimulada intención de establecer un diálogo entre el pasado y el tiempo del lector, debe ser observada como modelo… ya sea como faro a seguir o como camino a evitar. En ella se mezcla los elementos canónicos del género y la pulsión literaria.

Tras leer Tristeza de la tierra y El orden del día, me enfrentaba a la última obra de Vuillard aparecida en España, 14 de julio (traducción de Javier Albiñana, Tusquets, 2019), sobre la célebre toma de la Bastilla, pistoletazo inolvidable de la Revolución Francesa. Cuando leo a Vuillard, cabalgo entre la admiración y el disfrute y la sensación de una cierta pretenciosidad que a veces me saca de la ficción. En ésta, esas sensaciones se han mantenido, aunque me haya resultado menos lograda que las dos anteriores novelas.

Vuillard logra condensar y sintetizar -sin duda, sus novelas son breves en un género tiranizado por los tochos de centenares de páginas- la toma de Bastilla, logrando dotarla de ritmo y construyéndola como un hecho popular y anónimo, coral, sin grandes protagonistas, construida por el pueblo de París. Y lo logra, el lector se ve empujado por la algarabía, por la masa, hacia la fortaleza y participa, sufre y triunfa con ella.

Sin embargo, no sé si por la fascinación consecuente de ser un autor francés narrando tan destacado hecho de su historia nacional, el aparato crítico, la mirada certera y nada maniquea de sus otras dos novelas, aquí se encuentra más diluida. Es más una celebración, un recuerdo del levantamiento popular (en tiempos de los chalecos amarillos) que una mirada crítica y alejada, realizada desde el hoy.

Aún así, Vuillard ajusta y marca su camino y se sirve de la literatura para mirar a la historia: no le sale historia novelada, sino auténtica novela histórica. Y después de las 185 páginas de 14 de julio, sigue siendo un referente. Su fórmula funciona y marca tendencia. Parece sencillo, pero no lo es. Me pregunto si Vuillard no se verá a sí mismo como al pueblo de París aquel 14 de julio y la novela histórica como género no será su Bastilla.

Y vosotros, ¿habéis leído a Vuillard? ¿Qué os parece?

¡Buenas lecturas!

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