Álber Vázquez: «A la gente le interesa la Historia si se la cuentas bien»

Fotograma de ‘The Terror (AMC).

Álber Vázquez (Rentería, 1969) escribe novelas históricas y las suyas son ficciones que destacan por la intensidad, emocional e histórica. Ya sean de las andanzas españolas en lo que hoy es EE UU durante el siglo XVIII, ya sea sobre naufragios, como la novela de la que hoy tratamos, o de conquistadores, como la que llegará en un mes aproximadamente. Y con intensidad, sangre y frío, ha narrado en su última obra, Muerte en el hielo (Esfera de los Libros, 2018) lo que pudo acontecer con el galeón San Telmo. Un navío español que en 1819 y camino de Perú, desaparece para la historia al intentar doblar el Cabo de Hornos. Vázquez, y muchos más, creen que sus desgraciados tripulantes fueron los primeros en llegar a la Antártida. Por poco tiempo, sí, pero antes que los ingleses, que siempre se han apuntado el tanto.

¿Cómo le llegó la historia del San Telmo?

No lo recuerdo exactamente. La historia del San Telmo no es secreta, pero no es muy conocida. Los que estamos interesados en la Historia, lo conocemos, pero no es algo que tenga montones de entradas en Internet. Y ese carácter semi-secreto es lo que despertó mi interés.

[FIRMA INVITADA: El San Telmo y los españoles que descubrieron la Antártida]

La parte náutica de la historia debió resultar muy compleja…

Casi no llego a escribir esta novela por eso mismo, por la parte más náutica donde narro la deriva del San Telmo hasta que embarranca. Ese tipo de detalles es lo que menos me interesa y la que más asusta. Es muy difícil porque cuando mencionas algo náutico del siglo XVIII o de principios del XIX no hay forma de contrastar la veracidad final de lo que pones. Y, además, es la parte más desagradecida y por la que más palos te llevas. Siempre hay mucho sabihondo, que probablemente tenga razón, ojo, y por eso me da mucho respeto. Pero una vez pasada esa parte yo me centro en los personajes, que es lo que mejor se me da.

Personajes como el aterrador padre Pizarro, pieza fundamental de la historia, y sus singulares creencias…

Toda novela, histórica o no, necesita un antagonista y el problema de esta historia del San Telmo era que se encontraban solos allí. Y yo lo busqué entre ellos porque es algo muy español: no necesitamos a nadie de fuera, ya nos damos de hostias nosotros mismos. Sus creencias son cosas que vengo desarrollando en poemas y escritos míos desde hace años. Una especie de creencia pseudocristiana que he aprovechado.

Tenía varios meses para contar la historia, hasta la llegada de los ingleses, pero decide condensarla en pocos días…

Lo hago porque pienseo que la tripulación del San Telmo se murió de frío. No creo que sea un espóiler decir que se mueren todos. Su gran problema fue el frío y la hipotermia, no estaban preparados para sobrevivir a esas temperaturas bajo cero. De hecho, creo que me he pasado en mis cálculos, el cuerpo humano no es capaz de sobrevivir en esas temperaturas sin ropa adecuada, que no tenían.

Parece que los autores de novela histórica estáis entrando en el debate y estáis cogiendo la bandera del interés por la historia de España…

Los historiadores son un coñazo y lo digo yo que de formación lo soy, aunque no ejerza. Leer libros de historia, los que tenemos que hacerlo, es cuestión de ganas, porque me suelo morir de aburrimiento al hacerlo. La novela histórica cubre un espacio que se ha dejado vacío. El gran público no accede a lo técnico en cualquier área del conocimiento humano. Aún así yo quiero ser prudente, soy novelista y no me sujeto más que a las reglas de la novela, por más que intente ser riguroso y no cometer anacronismos.

Quizá, vuestro poder sea despertar el interés del público…

A la gente le interesa la historia si se la cuentas bien. Hay un problema con la historia de España: durante mucho tiempo que la historia de España ha sido una cuestión de fachas, cuando realmente carece de ideología, como la de cualquier país. Cualquier personal, cualquiera que sea su ideología, puede disfrutar o criticar la historia de España.

Siendo autor de Mediohombre, una de las novelas sobre Blas de Lezo más exitosas, no puedo evitar preguntarte sobre la nueva investigación que se ha publicado este año y que resulta bastante desmitificadora…

Sí, la conozco. Mira, la historia es algo que no es real, lo único que podemos hacer es la recreación y tí a eso le aplicas las gafas que consideres. ¿Se puede desmitificar a Blas de Lezo? Claro, el mérito que le damos es algo subjetivo. Puedes decir que fue una gesta y también puedes decir que no fue para tanto. Pero yo lo critico, porque por una vez algo salido bien en este país, que ha sido rescatar a Blas de Lezo ya nos lo queremos cargar. Con Lezo nadie se lo ha adjudicado como propio y a todos les parece bien. A la derecha e izquierda, soy vasco y en el País Vasco como es vasco aquí tampoco nadie le ha puesto pegas. Para una vez que algo sale bien, dejémoslo estar. Si cualquier tema sirve para enfrentarnos, y la historia de España, que no es limpia ni clara, nos da para suficientes enfrentamientos. Compáralo con los los conquistadores, hay tantas cosas que criticar allí.

Os recuerdo que sigue activa la votación para elegir las mejores novelas históricas del año 2018. Si queréis votar, podéis. Muerte en el hielo está entre ellas.

¡Buenas lecturas!

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