Conchita Montenegro, el premio Primavera, el ego y la polémica literaria

Javier Moro (EFE)

Una actriz española en Hollywood, Conchita Montenegro. Una historia apasionante. Dos escritores. Dos novelas llegadas en pocos meses sobre ella. Una polémica. A buen seguro, unos buenos miles de ejemplares vendidos.

El pasado viernes, el conocido Javier Moro -premio Planeta 2011, sobrino de Dominique Lapierre, bestseller habitual desde Pasión india– ganaba el premio Primavera -publicado por Espasa, 100.000 euros- con la novela Mi pecado, centrada en la vida de la actriz antes mencionada. Y en la entrega del premio, una idea: Moro afirmó que le extrañaba que nadie hubiera novelado la vida de Montenegro antes.

Chas.

Nadie. Antes. En concreto, en septiembre de 2017 (apenas seis meses antes), la Esfera de los Libros publicó Mientras tú no estabas, de la periodista Carmen Ro, igualmente basada en la vida de la actriz donostiarra que triunfó en el Hollywood de los años 20 y 30 y enamoró a Leslie Howard.

La autora lo suelta en Twitter. Y un antiguo compañero de radio y de editorial, Melchor Miralles, dispara con bala. Días después, Moro, rey de la historia novelada -él lo dice: «Novelo la historia»- en nuestro país, responde y  asegura en El Mundo que no ha robado la historia, que «pasa de esas chorradas», «que quieren que hable de su libro y no me da la gana». La explicación, sin las frases gruesas, suena bien. Las frases defensivas le hacen perder peso.

Hay lío literario, y los periodistas encantados. Que la prensa literaria y editorial, suele ser tan a menudo blanca y suave…

Por tiempos, dudo (y, lo reconozco, soy bien pensado por naturaleza) que haya tongo. No es la primera vez que dos ficciones (películas, novelas…) sobre el mismo tiempo coinciden en el tiempo.

Intento hacer un ejercicio de empatía. Escribir una novela, exponer el universo interior de uno al gran público, es un ejercicio de ego, del bueno. Y es normal también, no leer otras novelas sobre lo que uno escribe. Así que, sí, Moro puede pensar que su novela es única en el planeta y decirlo. Tampoco tiene por qué conocer todo el panorama editorial, aunque sorprenda. Tiene un punto desafortunado, pero tiene un pase. No tiene que pedir perdón y con matizar sus palabras habría bastado.

Una novela propia es como un hijo. Los que hemos parido una, lo sabemos; para los demás, es fácil de imaginar. Así que es totalmente comprensible que Ro saliera a defender la suya como leona que defiende a la camada. A reclamar su mérito, ser pionera, y su éxito. «Conchita Montenegro es un personaje que yo he rescatado del olvido, hace bastantes meses, y me provoca una gran extrañeza que el señor Moro apunte que es un personaje desconocido. Extrañeza, y cierta tristeza, incluso», asegura Ro a Abc.

Polémica. Lío. Cabreos variados.

No pasa nada. Viene bien a todos la polémica en estos tiempos en los que los libros tienen cada vez menos espacio en los medios. Moro no lo necesita, pero que cinco días después del fallo del premio sigamos hablando de su novela le viene bien: más impacto mediático, más expectación de cara al lanzamiento en abril. Venderá como churros. Ya lo haría de por sí, pero quizá esto le dé más proyección mediática. Más morbo: ¿igual, mejor o peor que la otra?

A Ro nadie le podrá quitar ser la primera en novelar la vida de Montenegro. La polémica vuelve a dar alas mediáticas a su libro cuando todavía está vivo y, justo, cuando sale la edición de Círculo de Lectores. El morbo también la beneficiará.

Polémicas y cabreos variados, pero todos, lo sepan o no, contentos. Todo sea por fomentar la lectura.

Y a vosotros, ¿qué os parece esta polémica?

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