Pérez-Reverte, un merecido premio Barcino de novela histórica

EUROPA PRESS

Arturo Pérez-Reverte ha sido galardonado con el V premio internacional Barcino de novela histórica. El escritor de Cartagena toma así el testigo de los anteriores galardonados, a saber Lindsey Davis, Santiago Posteguillo, Simon Scarrow y Christian Jacq. El jurado (formado por la novelista Care Santos, el periodista Sergi Doria, el escritor Enric Calpena y el comisario del certamen, Fèlix Riera) ha fundamentado el premio en que «la novela histórica tiene que entretener, pero también debe ayudarnos a comprender una época» y que la misión del escritor es la de huir de las trampas, de los lugares comunes y construir artefactos narrativos con los que conseguir iluminar el presente desde el pasado, algo que el galardonado logra en sus novelas.

Me alegra la concesión de este premio. En primer lugar, porque no tengo dudas de que es merecido. Caiga como caiga a cada uno Pérez-Reverte como opinador, no se puede dudar de su contribución al género en España y a catapultarlo tanto en el interior como a nivel internacional. Tanto en género breve (Ojos azules, La sombra del águila) como en sus novelas (El asedio, El maestro de esgrima, Hombres buenos o Un día de cólera por poner cuatro ejemplos) ha sabido demostrar que es un autor poderoso en el género histórico, que sabe reconstruir el pasado de tal manera que dialogue con el lector del presente.

Pero es, a mi entender, la serie Alatriste lo que hace brillar con luz propia la obra histórica de Pérez-Reverte. La influencia popular y cultural de este personaje y la transmisión del mundo del siglo de Oro que ha logrado en el gran público es indudable. Tampoco se puede dudar de la influencia que está teniendo en las nuevas hornadas de escritores de género: sin ir más lejos, el jovencísimo Álvaro Arbina me contaba el año pasado que una novela del capitán de los tercios había despertado su interés por la ficción histórica. Quizá se pueda decir que no fue el primero en hacer algo parecido con el Siglo de Oro (y alguien citará, con razón, Decidnos quién mató al conde, de Néstor Luján) y quizá también, su imagen haya quedado algo desdibujada tras su decepcionante adaptación cinematográfica, su vulgar versión televisiva y sus algo más flojas (que no malas, sino flojas en comparación con las primeras) dos últimas entregas. Pero eso no puede desmerecer su valores innegables del conjunto de la serie y de la obra de Pérez-Reverte.

Seguramente, como otros autores minusvalorados por élites culturales, habrá despertado más interés por la historia que muchos profesores e historiadores.

Además de por su merecimiento, el galardón me satisface también por sus protagonistas. No soy tan iluso como para pensar que el autor esté promocionado su última novela Eva (Alfaguara, 2017) y que eso haga que sea más que posible su aparición en las próximas jornadas de Barcelona Novela Històrica no haya tenido cierta influencia en la concesión. Pero que en estos días de convulsión política que vivimos, el Institut de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona premie a Arturo Pérez-Reverte tiene algo de simbólico. Que la cultura mantenga en pie los puentes que los políticos se empeñan en demoler. Siempre.

¿Y a vosotros qué os parece este premio?

¡Buenas lecturas!

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1 comentario

  1. Dice ser Conchi

    Enhorabuena Javier Reverte. He leído diferentes historias y todas Me hicieron volar. Me da pena que el «Tesoro del Alcazar» se quedara huerfano su autor se fue con demasiada prisa. El disfrutaba con este género

    19 octubre 2017 | 20:07

Los comentarios están cerrados.