Nueve libros para unas lecturas escalofriantes y con un toque histórico para este Halloween

Cate Blanchett en un fotograma de la película 'Desapariciones', basada en la novela La última galopada.

Cate Blanchett en un fotograma de la película ‘Desapariciones’, basada en la novela La última galopada.

Se acerca la noche de Halloween, una noche vinculada al mundo del terror, las fiestas paganas, etc. Yo, qué queréis que os diga, no soy mucho de Halloween (ni del Hollywins que se han inventado) y de ser de algo, soy más de buñuelos y huesos de santo. Sin embargo, de lo que sí soy es de pensar que cualquier excusa es buena para leer y en Halloween lo que pega es chimenea (o calefactor, no seamos pejigueros), penumbra y una historia de terror. Y, ¿por qué no una historia así con ambientación histórica?

Aunque si hablamos de terror con ambientación histórica (o historicista) nos sale rápido el género gótico, hay propuestas que mezclan ambos cauces con gusto e ingenio. El género histórico es muy flexible y, aunque no es lo más habitual y por raro que pueda parecer, lo terrorífico y lo sobrenatural también han alcanzado nuestro género favorito. ¿Queréis pruebas? Aquí van las mías que, si bien no soy un lector furibundo del género, alguna tengo.

Hace unas semanas, saltaba la noticia de que se habían encontrado los restos del HMS Terror (ya solo el nombre…), un barco británico perdido hacía 168 años en el Ártico. Precisamente hace unos años antes de esta noticia, un autor habitual del género del horror, Dan Simmons, narró la tragedia de este navío, con un toque sobrenatural y terrorífico, en El terror (Roca Editorial, 2009, traducción de Ana Herrera).

En una ambientación más cálida que la anterior, el mítico Mississippi del siglo XIX encontramos otras dos propuestas. Una es de un autor bien conocido, Sueño del Fevre (Gigamesh, 2009, traducción de Cristina Macía) de George R. R. Martin. El autor de Juego de Tronos nos proponía una historia de vampiros en los vapores del célebre río, en 1857, en la que algunos califican, y no sin razones, como su mejor novela. En esa misma ambientación, recientemente otro autor especializado en terror, como Juan de Dios Garduño nos proponía El hijo del Mississippi (Stella Maris, 2016), una historia de aventuras y venganza con muchos ecos de la literatura estadounidense de la época y con elementos fantásticos y, claro está, propios del terror.

fr-10Siguiendo este mapa de escalofríos lectores, viajamos un poco más al Oeste, pero no nos alejamos demasiado en épocas ni lugar. La mezcla de terror y western es algo que ahora no sorprende tanto (tengo pendiente hablaros del director de Bone Tomahawk y alguna de sus novelas), pero hace unas décadas sonaba a chorrada mayúscula. No tiene por qué. El año pasado la colección de Valdemar -hablando de terror era obligado, pero seguro que ni ellos pensaban en este título-, Frontera, sacaba su entrega más contemporánea La última galopada, de Thomas Edison (Valdemar, 2015, traducción de Marta Lila Murillo): un western crepuscular con mucho de aventuras y toques sobrenaturales y de terror, centrados éstos en la magia apache. Novela muy recomendable (llevada al cine hace años bajo el título de Desapariciones), con personajes memorables y mucha atmósfera, aunque quizá sea de las más flojas de esta maravillosa colección. ¿Crees que un western no puede provocar algún escalofrío?

libro_big_178Avanzamos un poco más en el tiempo y nos vamos a las trincheras de la Primera Guerra Mundial: un sitio aterrador, pero, además, propicio para el terror. Con La sombra blanca (Reino de Cordelia, 2015), el escritor y periodista Carlos Fidalgo nos llevaba a una auténtica historia de fantasmas con ese conflicto de fondo. Mi compañera Madre Reciente ya la recomendaba hace justo un año.

121_portadaNo avanzamos mucho más en años, pero cambiamos la Primera Guerra Mundial. Claudio Cerdán, autor hiperrecomendable para los amantes del policíaco (y que ahora triunfa con seudónimo anglosajón), se marcó una historia que cabalgaba entre lo histórico, el terror, el thriller y el gore con La revolución secreta (Alrevés, 2014, y en México Ediciones B). Momentos de taparse los ojos con esta historia donde un oficial del Ejército blanco tendrá que perseguir, junto a un salvaje cazador de monstruos, a un asesino indiscriminado que aprovecha la brutalidad de la guerra para actuar.

No estoy contento con la selección…¡Sólo hay títulos de los siglos XIX y XX! Bien, añado dos novelas que he leído, de las que os he hablado este año y que creo que solventarán esas carencias. Primero, un thriller con toque sobrenatural y mucha atmósfera, publicado en nuestro país hace unos meses: El invierno más largo, de Cecilia Ekbäck (Roca Editorial, 2016, traducida por Santiago del Rey). Una de misterios, mucha nieve y frío, asesinatos truculentos, localidades cerradas en sí mismas, tradiciones finesas y una montaña que da mucho yuyu ambientada en la Laponia del siglo XVIII. Hablé hace unos meses con su autora.

Después, una novela que no clasificaría como de terror, pero que sí utiliza alguno de los recursos de este género: Donde aúllan las colinas, de Francisco Narla (Planeta 2016). Y los usa en su meritoria forma de narrar la venganza y cacería de un lobo hispano frente a los romanos desde el punto de vista del animal.

Y para poner la guinda a esta pequeña selección, un interesante libro de no ficción que pega en estas fechas: Fantasmas, brujas y magos de Grecia y Roma (Ediciones Evohé, 2010), de Fernando Lillo Redonet. Un recorrido por las historias de fantasmas y los misterios de la Antigüedad, digerible e interesante.

Y, vosotros, ¿recomendáis alguna novela de terror con ambientación histórica?

¡Buenas lecturas!

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