Por Marta Muñoz
¿Qué tienen en la cabeza algunos empresarios/as cuando emprenden? Seguramente muchas ideas, metas y objetivos que pueden parecer verosímiles cuando empiezan a trabajar, pero que pueden acabar como una pesadilla conforme avanzan los meses: sueldos sin pagar, jornadas interminables, horas extras gratuitas, mentira tras mentira para ocultar que la empresa no funciona.
Esta es la triste realidad de muchos emprendedores. Lo peor de todo es que también es la de sus trabajadores. ¿Dónde está límite? ¿Es qué no se dan cuenta de que no se puede forzar más?
Uno puede entender que se ha invertido tiempo y dinero, hasta aquí es comprensible que no quieran ver la realidad. Pero cuando la realidad te supera, cuando además de no poder pagar los salarios sigues contratando personal, cuando tienes descontenta a la plantilla, ¿sigues sin ver la triste realidad? Muchos sí.
Pongamos sentido común porque el empresario/a no querrá bajar la persiana de ese negocio que es como un hijo, pero por el camino está amargando la vida de mucha gente que se ve entre la espada y la pared. Seamos conscientes que trabajamos con personas.